Por Walter Aldana
Tan pronto se juramentó el presidente Gustavo Petro, ordenó que le llevaran la espada del libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco que reposa en un depósito del Banco de la República después de haber sido devuelta por el movimiento 19 de abril ( M 19), en ese momento recordé la consigna que por mucho tiempo se coreó en las movilizaciones sociales y que reza así: » alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América latina». El símbolo de la independencia y la rebeldía sería testigo del discurso profundo del mandatario.
A diferencia de la maniquea conversa nacional de Duque, el objetivo central en el cuatrenio será «más democracia , más participación», «dialogar para producir cambios».
Con relación a la política de drogas, el énfasis estará en la prevención fuerte del consumo, hacia una nueva convención internacional, que recuerde que ha fracasado la estrategia a nivel mundial y local, las cifras así lo confirman: un millón de asesinados, de ellos setenta mil muertos en EEUU, por drogas no producidas en Colombia.
Disertó igualmente sobre la situación de crisis en materia de derechos humanos en nuestro país, concluyendo de manera categórica que «nuestro estado ha cometido crímenes», relacionando este tema con los derechos sociales, donde expresó que el 10 % de la población tiene el 70 % de la riqueza, llamó a no naturalizar la pobreza, hacerlo s-entenció frente a la espada de Bolívar- «es una aberración si queremos ser una nación y vivir en paz»
Se refirió a la necesidad de una reforma tributaria sobre la base filosófica de «una Colombia más igualitaria y de oportunidades», con una economía cuyo énfasis estará en la producción, en el conocimiento, en lo que genera riqueza, donde la solidaridad humana es pre-requisito para que los pueblos sobrevivan. Fue enfático al señalar que «seremos iguales cuando el pagador lo haga con gusto», con la máxima de que «la solidaridad está en el impuesto de quien pueda pagarlo».
Devolver la deuda a la educación, quiere decir según el presidente compañero Gustavo Petro, que todos y todas tengan el máximo de estudio, esa es en verdad la sociedad del conocimiento, ha dicho.
Con relación a la producción expresó que «el hambre avanza por todo el mundo», que como algo necesario y urgente se debe producir, otorgar créditos, garantizar distritos de riego, incentivar para que los campesinos vuelvan a las cosechas, que para transportarlas se hagan y / o fortalezcan caminos vecinales, con el concurso del ejército nacional, la comunidad y la institucionalidad civil.
Capitulo especial dedicó Petro a la mujer, reconocimiento a su aporte en la construcción de sociedad nueva y certeza de equibrar la balanza. «Acción y no hipocresía» con relación al cambio climático, abogó por un modelo sostenible hacia una sociedad sin carbón ni petróleo y el objetivo de liderar la lucha contra el cambio climático; al centro salvar la selva amazónica.
Prometió trabajar con las regiones, bajo la premisa de que «juntos somos más fuertes», buscaremos una alianza con África de donde venimos» dijo, «en la búsqueda de la Colombia que nos merecemos, trabajaré para construir la paz, con una política sensible al sufrimiento ajeno, con igualdad real, para que las colombianas puedan caminar tranquilas y sin temor».
Finalizó con el compromiso de que «nos une la voluntad del futuro: un acuerdo nacional, no se gobierna a distancia, se gobierna escuchando, defenderé a las y los colombianos contra las violencias», «la seguridad se mide en vidas».
La espada de Bolívar, del libertador de cinco naciones, fue testiga del juramento del primer gobernante de izquierda, será notaria de los cambios estructurales necesarios para hacer de Colombia una potencia de vida, hasta que la dignidad se vuelva costumbre.