Por Walter Aldana
Treinta días cumple la jornada de huelga de nuestros maestros agremiados en la Asociación de Institutores del Cauca (Asoinca), quienes, en una legítima, legal y excelente actividad de economía popular, tienen los recursos económicos para sostener una jornada de paro reconocida por la ley.
Dos reivindicaciones sociales agitan en su pliego de peticiones: el primero, la estabilidad laboral de los aproximadamente 9500 docentes que por la política de «tasa técnica», es decir, el número de alumnos necesarios, en lo urbano (40) y lo rural (20), para asignar un profesor que cumpla con la tarea de educar en cada salón o en la metodología de rotación por grados; ello se ha convertido, por la denominada «necesidad del servicio», en un atentado contra la calidad de la educación y el derecho al trabajo de quienes por vocación se convirtieron en formadores de hombres y mujeres que en diferentes disciplinas componen nuestra sociedad. El segundo, cuello de botella hoy, es la resistencia frente al operador privado del servicio de salud de los educadores y sus familias, la empresa Cosmitet, que actúa como EPS en la intermediación de recursos, al igual que presta algunos servicios como IPS privada.
De los dos puntos ya hay acuerdo público sobre el primero; el neoliberal ministro de Educación, Alejandro Gaviria, se comprometió a mantener la planta de profesores durante los cuatro años del gobierno del cambio.
Pero el hueso duro de roer está en relación con el prestador de servicios de salud que está en manos de Cosmitet; su lógica del mercado capitalista de la rentabilidad es desestimular el uso del servicio para acumular en sus manos los recursos del presupuesto nacional destinado por el gobierno, conocido como Unidad de Pago por Capitación (UPC), es decir, el dinero transferido a las EPS para la administración del servicio, pues realmente son las IPS (clínicas y hospitales, públicos y privados) quienes prestan el servicio médico al usuario.
Más de 120 hombres y mujeres, denuncia Asoinca, han muerto en el tiempo de los contratos con esta EPS.
El esquema de atención en salud que rige para los maestros es por regionales (diez en todo el país), en manos del Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio, cuya junta directiva para la toma de decisiones está compuesta por tres delegados del gobierno nacional y dos de la Federación Colombiana de Educadores (FECODE), en consecuencia con la realidad de ser un régimen especial, como los de la rama judicial, las fuerzas armadas y el Congreso de la República. Ese esquema ha llevado a que los docentes de los departamentos de Cauca, Nariño y Valle reciban una mala atención por parte de Cosmitet.
Es por lo anterior que el sindicato ha planteado constituirse en veedor del uso de los recursos de la salud aportados por el gobierno a Cosmitet, para lo cual propone constituir una unión temporal con el Hospital Universitario San José, de carácter público. Esa unión temporal sería la regional número once, sólo para el Cauca, con el propósito de mejorar la prestación del servicio, introducir equipos técnico de última generación, etc.
Un acta general y un oficio firmado por el ministro del Interior, Alfonso Prada, serán puestos a consideración de la asamblea general del magisterio del Cauca, el martes 21 de febrero, en el auditorio de Asoinca, para tomar la decisión sobre si se levanta la huelga o se mantiene.
El mayor respeto y admiración por quienes forman las generaciones para servir a la patria; nuestra energía positiva para que sean esas dos actas favorables a los educadores, sus familias y la sociedad en general.