Por Walter Aldana
Por segunda oportunidad, el 5 de noviembre, los estadounidenses, incluidos los migrantes latinos, eligieron a Donald Trump como presidente para el periodo 2025 – 2029.
Desde el estado de Florida, en un discurso de autoproclamación como vencedor en la contienda electoral, Trump marcó la política que aplicará en su mandato: “vamos a darle la vuelta a todo y lo haremos rápido, de todas las formas. Hoy es el día que será recordado como uno en el que el pueblo estadounidense recuperó el control de su país”.
Darle la vuelta a todo, según sus anuncios como candidato, significará detener las políticas que han significado avances progresistas a favor de las personas migrantes, cuya cifra alcanza los 46 millones y, según el Centro de Investigación Pew, “hasta 2022, el 77% estaban en el país de manera legal en busca del ‘sueño americano’”. Igualmente apuntará a frenar conquistas en la política de género, como el aborto, el matrimonio igualitario del mismo sexo y la garantía de los derechos de la comunidad LGBTIQ+.
Como en cada periodo electoral en USA, sus resultados son motivo de tensión en el mundo, pues la orientación de la política externa de quien resulte electo generan preguntas sobre la forma como abordará asuntos clave: ¿Se levantará el bloqueo contra el digno pueblo Cubano o se profundizará? ¿Se arreciará o no la guerra en Medio Oriente? ¿Colombia será descertificada en materia de la lucha antidrogas? ¿Cuál será el manejo de las relaciones con Rusia? ¿Cómo se continuarán tratando las tensiones políticas y económicas con China y su política proteccionista? Protección será la palabra más usual en la administración de Trump: protección a la familia en su noción más conservadora, a la producción interna para la exportación, a la economía y a los estadounidenses en el extranjero.
El mundo recuerda las imágenes de más de veinte mil pequeños hijos de inmigrantes separados de sus padres, encerrados en jaulas, como en un campo de concentración nazi; recuerda igualmente la multitud instigada por Trump ingresando por la fuerza al Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021 para detener la certificación del triunfo electoral de Biden y pidiendo el reconocimiento de Trump como presidente electo. Por esos hechos se mantiene abierta una investigación judicial contra el hoy electo presidente, que seguramente deberá cerrarse para que éste asuma como mandatario en enero próximo. Estas actuaciones reflejan el talante de quien por segunda vez ha sido elegido presidente de los Estados Unidos de Norte América.
El país ha registrado el trino del presidente Petro ante la realidad electoral del país del Norte: “El pueblo estadounidense ha hablado y se le respeta. Felicitaciones a Trump por su triunfo. El diálogo Norte/Sur sigue vigente y la realidad del colapso climático hará que gire alrededor de su solución».