Por Walter Aldana
De forma equivocada algunas personas creen que si eres crítico con acciones de nuestro gobierno le aportas al “golpe blando” en el cual los grandes medios de comunicación son el perverso parlante de la oligarquía que ha perdido en algo el manejo del poder.
De mi parte, como opinador político comprometido con el impulso de la paz y justicia social y ambiental, pilares del programa de gobierno y base del Plan Nacional de Desarrollo, me siento representado en el proyecto político del progresismo que lidera el compañero Gustavo Petro.
Y no es solo por izquierdismo, aunque soy orgulloso de serlo, sino por los resultados. Dos ejemplos breves de ello: a) que las personas puedan pasar de los fondos privados de pensiones a la entidad pública Administradora Colombiana de Pensiones –Colpensiones-, con la posibilidad cierta de recibir una pensión; b) la inversión de $1,85 billones para la construcción de vías terciarias y en el programas “Caminos comunitarios para la paz”.
Ello no es óbice para reconocer las dificultades que afronta la acción del gobierno. Empezaré por decir que “en la guerra no mandan los generales sino los coroneles”; más de 200 años de gobiernos oligárquicos han incrustado en la institucionalidad una cultura burocrática que hace paquidérmico su funcionamiento, cultura de la que este gobierno NO está exento: mesas de negociación con las comunidades sin presupuestos para resolver las exigencias; presentación en cada reunión de la oferta de las institucionales, que puede consultarse en sus páginas de internet, sin soluciones para resolver los problemas concretos de las comunidades, verdaderas ollas a presión que en algún momento estallarán; bajo nivel de ejecución de los ministerios y desconocimiento de la articulación interinstitucional, por ejemplo entre el Ministerio de Educación y el Icetex, o el email que le rebota a la ministra y se convierte en una justificación de la falta de explicación de la baja ejecución del Ministerio de lgualdad.
En el 2025 el gobierno deberá combinar lo técnico con la sensibilidad social si quiere superar la desazón que se siente en varios sectores populares, y avanzar en sacar de la crisis su política de sustitución de cultivos de uso ilícito, las negociaciones de paz para la resolución del conflicto armado, e implementar las inversiones sociales con eficiencia y eficacia.
Esta es nuestra apuesta de futuro. No será Petro inferior al reto que asumió al ser electo presidente. En las calles y con el voto acompañaremos las acciones que su gobierno emprenda para cumplir la promesa de cambio.