Por César Torres Cárdenas*
Este texto es tomado de ElQuinto.com.co y se publica gracias al acuerdo entre dicho portal y la Corporación Nuevo Arcoiris.
Hoy empezamos oficialmente la evaluación del primer año de El Quinto. Para hacerla, hemos decidido suspender la publicación a partir de la fecha y volver a aparecer el lunes 6 de enero de 2025.
Aquí, se ha publicado una columna diaria desde el 13 de abril de 2024 y sumamos algo más de 30 mil lectores. El equipo de El Quinto se siente orgulloso de su persistencia y de su capacidad de convocatoria: se está construyendo un grupo de trabajo con artistas, analistas y creadores de opinión.
Las personas que hacen El Quinto, su compromiso con este portal y el triunfo que representa la publicación diaria, son nuestro más importante patrimonio. Ese es el punto de inicio de la evaluación que se avecina.
Seguro encontraremos aciertos y errores. Valoraremos en positivo o en negativo algunos hechos que nos ocurrieron más allá de nuestra voluntad y otros que fueron producto de las decisiones propias.
Somos conscientes de que no todo lo que ocurre en la vida de alguien o de algo es de su exclusiva responsabilidad. Sin embargo, asumimos lo que nos corresponde por cada una de las cosas que hemos dicho, hecho, vivido o permitido, durante la corta existencia de nuestro portal.
Estamos aprendiendo. Hemos aprendido y seguiremos haciéndolo. No nos interesa sentirnos culpables por lo que hemos hecho o dejado de hacer. Tampoco pretendemos ocultar los errores que hemos cometido. Nos interesa, sobre todo, encontrar enseñanzas
Hemos aprendido, por ejemplo, que somos parte de un mundo en permanente cambio y que, contrario a lo que dicen las y los gurúes del coaching, no todo cambio es para mejor: en muchas partes del mundo se gobierna promoviendo el odio, haciendo del asesinato y la persecución un régimen político.
Ahora sabemos que ese sentimiento no es de propiedad y uso exclusivos de los sectores más poderosos, pues nos permea a todas las personas que vivimos en el mundo actual: a unas más a otras menos, pero nadie es una isla de pureza en un mar de porquería.
También reconocemos que hay una tendencia generalizada a justificar el uso de la violencia para acumular más riqueza, más poder, más reconocimiento y que no somos totalmente ajenos a ella. ¿Cuántas veces, ante los desmanes de corrupción y crimen, hemos sentido que la violencia física y sistemática es el único remedio? Sabemos que no somos el órgano absolutamente sano de un cuerpo podrido.
Estos son algunos de los rasgos que definen la cultura actualmente dominante. El Quinto se creó para enfrentarla y ayudar a su transformación. En la evaluación veremos qué tanto hemos alcanzado de nuestro propósito y que hay que hacer para lograr un poco más.
Hemos decidido, como las y los protagonistas del levantamiento popular de 2021, parar para avanzar.
*Investigador, consultor y profesor