TRUMP & MUSK

Por José Aristizábal García*

Este texto es tomado de ElQuinto.com.co y se publica gracias al acuerdo entre dicho portal y la Corporación Nuevo Arcoiris.

Cinco días antes de entregar su cargo, Joe Biden advirtió a su nación: “Hoy se está configurando en Estados Unidos una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que amenaza literalmente toda nuestra democracia, nuestros derechos y libertades básicos”. Si esto lo sostiene ese señor de 82 años, en un discurso oficial y siendo aún el presidente de la mayor potencia mundial ¿Qué podría mascullar un simple mortal de un portal popular y de provincia como El Quinto?

Y si a eso le agregamos la cohorte de invitados a la posesión del aludido en ese discurso, ¿nada menos que Milei, Bolsonaro, Orbán, Abascal (de Vox en España), Geert Wilders, (de AfD en Alemania), la Meloni, la Marine Le Pen y la Cabal de Colombia?

Pero no sólo éstos: ¿qué tal la panda de su gabinete, otros incendiarios escogidos básicamentelmente por su lealtad hacia a él y no por un programa o una causa ideológica?

Responder que esto es fascismo o neofascismo, como muchos repiten, puede ayudar a entenderlo, pero también puede simplificar un fenómeno que ya pasó hace un siglo y omitir lo vivo y lo concreto de lo que hoy estamos presenciando.  Pues el cuadro de esa fotografía completa no es más que la expresión resumida del mundo en el que vivimos y del reto tan gigantesco que se nos plantea a la humanidad y al planeta.  

1. El capitalismo ya no es el mismo del siglo XX. Podemos decir que el de hoy es un capitalismo bastardo, pues los dos afluentes que lo alimentan con más fuerza no son propiamente productivos: el de los grandes usureros del capital financiero y el de la criminalidad de todos los tráficos ilegales, ambos rentistas, parasitarios y superextractivistas. La globalización no ha sido sólo de los grandes flujos financieros, sino, igualmente, del crimen transnacional y sus mafias más poderosas. Por eso tenemos en esa cohorte la confluencia directa de los gánsteres financieros legales y los gánsteres mafiosos (o sus mejores representantes políticos).

2.  Los Estados Unidos, están siendo vencidos y bajados de su supremacía: sienten la pérdida del poder del dólar ante el avance de los BRICS, ven emerger un mundo que ya es tripolar (China-Rusia-EEUU) y sufren, junto con la OTAN, la humillación de su derrota frente a Rusia en Ucrania. Por eso necesitan una política nueva, diferente y una pandilla lo suficientemente cínica y vociferante para recuperar el terreno cedido, re-conquistar el mundo y re-disputar su hegemonía de «América primero».

3. Internamente, su país vive unas fracturas sociales y políticas, varios bancos han quebrado en los últimos años, se anuncian otros al borde de la bancarrota, se habla hace tiempo de una “burbuja” financiera, su moneda pierde respaldo y su deuda exorbitante es impagable. El nivel de vida de sus ciudadanos ha bajado en relación a décadas anteriores, los trabajadores cayeron en las promesas del neoliberalismo y las globalizaciones, se embarcaron en el consumismo y Trump recoge su rabia que los resiente contra el sistema y la exacerba a través de las plataformas digitales. Ante el riesgo de una implosión, se acusa a los inmigrantes como los culpables y propone deportar a 12 millones de indocumentados. Aquí su consigna es «Hagamos a Estados Unidos grande otra vez».

4. Los magnates del petróleo y del carbón saben que en los combustibles fósiles que aún quedan bajo tierra existen unas fabulosas fortunas, pero que sus años están contados y por eso quieren apurar su extractivismo desaforado. Para ello, nada mejor que su alianza con sectores de Wall Street y con quienes controlan las empresas de alta tecnología digital de Silicon Valley, como Elon Musk. Fortunas para sus negocios y su imperio y por ello anuncian sus intenciones de apoderarse de otros territorios ricos en esos y otros bienes comunes de Groenlandia, el Golfo de México y Canadá. ¡En primer lugar sus negocios!

5. A esa realidad del mundo, de la economía capitalista y sus potentados multimilmillonarios, se corresponde el libertarismo ultraneoliberal que proclama una libertad total, ocultando que se trata de la liberación de cualquier regulación al gran capital para que pueda sobrevivir, pese a sus crisis recurrentes.  Y se corresponde una posición aún más ecocida y no menos genocida que la de quien le entrega el mandato. Las propuestas de Trump coinciden con el Proyecto 2025, impulsado por la Heritage Foundation, uno de los think tanks más influyentes del movimiento conservador. Un plan estratégico cuyos elementos fundamentales son: “reorganización del Gobierno federal reduciendo el tamaño del Estado y delegando competencias al sector privado, desregulación masiva en sectores clave como medio ambiente, energía, educación y tecnología, bajo el argumento de fomentar la «libertad económica». Control ideológico a través de redes sociales, a las cuales ya adhirieron X, Facebook, Instagram eliminando el sistema de verificación de datos”. “Una estrategia para consolidar la hegemonía estadounidense en determinadas regiones mediante alianzas selectivas, proteccionismo económico y un enfoque militarista, todo bajo una agenda nacionalista y conservadora.”

6. No señores: no estamos ante un payaso, ni ante un excéntrico impredecible; se trata de un mentiroso, con procederes mafiosos de los que da cuenta su prontuario: defraudador del Estado, asaltante del Capitolio, convicto y delincuente con cuentas pendientes con la justicia. Un hombre que respira odio al extranjero y llama “países de mierda” a aquellos de donde proceden los inmigrantes irregulares. Un perfecto retrato del capitalismo podrido de hoy.

Tampoco un anti-sistema: cuenta con el respaldo de grandes magnates y unas poderosas élites económicas conservadoras del establecimiento que representan otro modelo distinto a las que quedaron en minoría en las elecciones.

¿Pacifista? El gran negocio del complejo militar-industrial yanqui son las guerras. Su poder y expansión requieren guerras. La guerra global permanente se ha vuelto otra forma de reproducción del capital y del crecimiento de la economía. Y el hombre del pelo naranja aspira a separar a Rusia de China y apunta al mar de la China en torno a Taiwan; relean su máxima: «la paz a través de la fuerza».

7. Por todo lo anterior, el reto que hoy implican Trump & Musk no es el mismo que el del siglo XX. Tampoco el mismo del fascismo. Con ellos, y la cohorte de la fotografía inicial, tenemos una derecha extrema y neoreaccionaria aún más compleja que, resignificando la idea de hegemonía de la izquierda, construyendo una contracultura al liberalismo y aprovechando las tecnologías digitales y la inteligencia artificial, está ganando la batalla cultural  y ofreciendo respuestas a la ira de los jóvenes, los trabajadores  y las mayorías desengañadas por el orden democrático-burgués y el neoliberalismo desde una perspectiva radical antipopular. Sus críticas al Estado son totalmente sesgadas desde su fanático  fundamentalismo del Mercado. Trump & Musk son la mezcla de lo más avanzado de la tecno-ciencia al servicio del capital y lo más retrógrado de la política. Por ello, algunos hablan de tecnofeudalismo. Y con ellos se aceleran de una manera más descarnada el caos climático y el colapso.

Si pensamos cambiar ese mundo que aparece en esa fotografía, necesitamos radicalizar la imaginación para materializar otra política distinta y más allá de las que están aplicando la izquierda y el progresismo que se han demostrado insuficientes. Las gentes siguen resistiendo en todas partes y todos los días, pero las pequeñas luchas, los micropoderes que surgen desde abajo, las modestas asambleas de base, los esfuerzos que se sudan en la comunidad y lo local, ya no les llaman la atención a los grandes partidos y los grandes líderes y por ahí es por donde se debería comenzar a retejer políticas que sí coloquen en el primer lugar la vida de los humanos concretos de carne y hueso y la de los demás seres vivos. Sin un amor y un cuidado por esos procesos que están ahí en la cotidianidad, esa gran ola neoreaccionaria que se escenifica en la posesión de Trump & Musk terminará de sepultar los restos de la democracia burguesa que aún sobreviven. 

*Autor entre otros libros de Amor y política (2015) y Amor, poder, comunidad (2024)