Por Walter Aldana
A Luchar fue un movimiento político surgido en mayo de 1984, construido inicialmente desde los Colectivos de Trabajo Sindical, destacándose obreros de la industria como Goodyear, Nestlé, Ecopetrol y las electrificadoras, y de sectores de los servicios como el bancario, en los que se destaca la Unión de Empleados Bancarios -UNEB-.
Pronto se fortaleció con la participación masiva de liderazgos y bases del campesinado; estudiantiles, con su organización nacional denominada Fer Sin Permiso; de mujeres; cívicos; indígenas, en San Andrés de Sotavento, Córdoba, entre otros.
Se recuerdan gigantescas movilizaciones urbanas con la consigna “A luchar, a vencer, vamos es por el poder” y las reconocidas marchas de mayo de 1985 bajo el canto de “¡El pueblo habla, el pueblo manda!”, tan vigente en esta época en que el Senado, con mayoría de 49 votos frente a 47, le dio la espalda a la aspiración comunitaria de que se aprobase la consulta popular para que, en ejercicio de la Constitución Política, dar aplicación a la “democracia directa”, como la llamamos en la época de A Luchar.
La Unidad para la Atención y Reparación de Víctimas – UARIV– ha reconocido a la organización política A Luchar como sujeto de reparación colectiva e individual de derechos, según resolución número 2025-21057 de 2025, dada la lamentable cifra del genocidio político resultante de más de 300 homicidios y 80 desapariciones de mujeres y hombres militantes de la organización, amén de numerosos allanamientos, permanentes seguimientos y constreñimientos realizados por funcionarios públicos pertenecientes al extinto Departamento Administrativo de Seguridad -DAS- y otros organismos secretos pertenecientes a la fuerza pública colombiana.
La resolución de la Unidad para las Víctimas nos llena de alegría a los sobrevivientes del proceso A Luchar pues constituye un acto de verdad, justicia, reparación y principio de no repetición con un movimiento político que creyó en la posibilidad de lograr cambios políticos, económicos y sociales en beneficio de las mayorías sometidas a un régimen de explotación, inequidad y discriminación. Las medidas que se adopten por la Unidad para las Víctimas como consecuencia de la resolución que reconoce a A Luchar como sujeto de reparación deberán incluir acciones de reconocimiento de la responsabilidad del Estado por las violaciones de derechos humanos en contra de las y los militantes de ese movimiento político y de resignificación de su papel en la historia reciente de las luchas sociales y políticas en el país.