La muerte de Gustavo Marulanda García, estudiante de Filosofía de la Universidad de Antioquia, fue uno de los hechos que reconoció Éver Veloza García, alias ‘HH «NOSOTROS AGOTAMOS LOS RECURSOS PACÍFICOS ADVIRTIÉNDOLES A ESTOS SUBVERSIVOS QUE ABANDONARAN LA UNIVERSIDAD O QUE CORRIGIERAN SUS ACTITUDES DELINCUENCIALES» Decía el comunicado de las AUC.
El día 29 de mayo de 1999 el periódico El Colombiano en un artículo titulado “Qué pasa en la UdeA”, hizo serios señalamientos en contra de los activistas del Movimiento Estudiantil, reproduciendo como ciertas las afirmaciones esgrimidas por Carlos Castaño como pretexto para imponer el terror en la Universidad y ‘justificar’ los crímenes que perpetuaba. La situación se tornó tan aguda que la sola circunstancia de portar el carné de la Universidad era suficiente para ser estigmatizados por la policía y el ejército. Estudiantes como Carmiña Zapata, Carlos Oliveros, Eder Navarro, Huber García, Jorge Correa y Jorge Maldonado miembros de la CEUA fueron amenazados y tuvieron que abandonar el país.
La desaparición forzada fue también la desgracia sufrida por el profesor de la Facultad de ingeniería de la UdeA, Nelson de Jesús Cañola Correa y su sobrino James Humberto González Bedoya cuando se movilizaban por la vía Bolombolo – Betulia en dirección al corregimiento de Altamira, en hechos ocurridos el 1º de septiembre de 2000. En toda universidad, por esencia, el ambiente natural debe ser el de desarrollar el pensamiento crítico y del compromiso social, aún más si se trata de una universidad pública, en donde se anidan las múltiples manifestaciones existentes de la sociedad, y en donde las expresiones de los diversos estamentos sociales conviven en una común misión científica y social.
Gustavo fue un comprometido defensor de los derechos humanos en Colombia que denunció la presencia de los Paramilitares al interior de la Universidad de Antioquia y por sus contundentes denuncias fue asesinado en la misma universidad por manos de paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Marulanda era un líder,un estudiante como cualquier otro pero con la valentía de alzar la voz para denunciar que la universidad se estaba llenando de asesinos a sueldo, era estudiante de Filosofía, o mejor, Gustavo es, pues la memoria no se resigna a dejarle en el pasado.
En abril de 1999 se discutía en la Universidad de Antioquia el Plan de Desarrollo de la misma, con la participación de los profesores, sindicatos, estudiantes y directivas del Alma Máter. Se ponía en la mesa de las conversaciones el futuro de la Universidad sobre la base de posturas en pro y en contra de su privatización. Ese mismo año, fueron asesinados el profesor Hernán Henao, director del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia -INER-; Hugo Ángel Quintero Jaramillo, trabajador de la cafetería de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, y el estudiante de Filosofía y de la Universidad de Antioquia Gustavo Marulanda.
Las fuerzas especiales urbanas de las AUC se atribuyeron el crimen de Gustavo Marulanda y como distractor ‘justificaron’ el hecho, acusándolo de haber ordenado el asesinato dos días antes de Hugo Ángel Jaramillo administrador de la cafetería de la Facultad de Derecho de la Universidad y de ser integrante del ELN.