Una historia tras la reforma agraria de los hermanos Castaño

Carolina es una mujer de 34 años que ha padecido los sinsabores de la guerra interna en Colombia. Cuando era niña su familia fue beneficiada por Funpazcor, quienes donaron en el departamento de Córdoba más de 10 mil hectáreas a campesinos afectados por la guerrilla. Las tierras que donó esta fundación pertenecían a los hermanos Castaño, quienes propiciaron una reforma agraria privada. Esta reforma en sus comienzos fue aplaudida por los medios nacionales e internacionales sin saber la pesadilla que desataría para los beneficiarios pocos años después.A los 16 años Carolina acompañó a su mamá a Funpazcor, pues días atrás fueron citadas por un funcionario de esta institución. Al ser atendidas por Sor Teresa Gómez Álvarez, quien era la representante legal de la fundación, se sorprendieron al saber que los predios en donde estaba toda su familia eran requeridos y por ellos se les iba a pagar un millón de pesos. La madre de Carolina, indignada por lo insignificante de la suma que le ofreció Sor Teresa, le respondió que era muy poco dinero. Sor Teresa afirmó contundentemente: “no hay más, o lo toma o lo deja”. Ana, la mamá de Carolina, le pidió que le prestara dinero a título personal para montar algún tipo de negocio. Sor Teresa le dijo que ella manejaba plata ajena y no tenía para prestarle. Esta escena nunca se borrará de la mente de Carolina. Al siguiente día ella, su mamá y su hermano, se fueron a vivir en una invasión en Montería.

Ana tuvo que trabajar lavando pisos mientras sus hijos la esperaban en una casa con paredes de madera y suelo de tierra. El camino no fue fácil, pero hoy en día los dos hijos de Ana, Carolina y Jorge, tienen títulos universitarios.

Carolina es una mujer muy inteligente. Cuando comenzó a estudiar en la universidad se informó sobre todo lo que rodeaba a su tragedia. Después de reflexionar sobre la información que consiguió y concatenarla con los hechos que vivió afirma lo siguiente:

Cuando todavía estaban vivos Fidel y Carlos Castaño se disfrazaban de campesinos para ir a supervisar Santa Paula. Les interesaba que todo estuviera bien por acá. Ellos mandaban a Sor Teresa. Pero, cuando murieron los hermanos Castaño, toda la gente de Funpazcor decidió sacarnos de nuestras tierras. Estas tierras son oro.

No creo que los Castaño tuvieran buen corazón, a nosotros nos entregaron las tierras para que ellos pudieran mostrar algo bueno al momento de hablar de paz con el Gobierno. Santa Paula era como el as bajo la manga, algo como para decir que no todo lo que habían hecho era malo. Eso es algo que pienso yo. También me pregunto qué pasó con Sor Teresa, yo creo que de buscarla la pueden encontrar fácil, es que esa gente todavía maneja mucho poder.

Por último hace un llamado al Alcalde de Montería, quien según ella, no tiene la mejor comunicación con las víctimas. En palabras de Carolina: “¿por qué sí es un Alcalde tan bueno nunca habla con nosotros? Ese es un Alcalde verraco, hace todo lo que se propone. Pero él, cuando lo llamamos, manda a cualquiera y no viene, Yolanda sí se habría hecho escuchar por el Alcalde”

Para Carolina, Yolanda Izquierdo fue “lo mejor que nos pudo pasar”. La recuerda como una amiga quien comenzó a reunir los papeles de la comunidad de Santa Paula con el fin de reclamar los predios en el marco de la Ley de Justicia y Paz. “A ella la mataron con hambre, eso es lo que más me duele”. Según Carolina, Yolanda no había alcanzado a desayunar cuando dos sicarios en moto le dispararon a ella y a su esposo, logrando la muerte de Yolanda y dejando herido a su cónyugue. La voz de Carolina se quiebra cuando recuerda la historia.

Los parceleros restituidos en la Hacienda Santa Paula recibieron de manos del Presidente de la República los títulos de sus predios el día 10 de abril del 2013, después de haber sido olvidados ahora son restituidos. La Unidad de Restitución de Tierras, además de haber realizado la recopilación de la información para realizar las demandas, está encargada de realizar proyectos productivos que garanticen la vida digna de Carolina y todos sus compañeros. Los predios ya están en manos de sus dueños, y cómo dijo el Presidente en el acto de entrega: “donde mandaban los asesinos, vuelven los campesinos”. Claro está, los asesinos han sido sacados de estas tierras.

Fuente: Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas

Tomado de: http://restituciondetierras.gov.co/?action=article&id=291