Tres lecciones que nos ha dejado la selección

Estamos a vísperas de los cuartos de final. No sabemos aún si el equipo colombiano será capaz de ganarle a Brasil y mucho menos si podrá coronarse campeón.

Pero, sin caer en triunfalismos, no hay que esperar los resultados definitivos para reconocer que tenemos una gran selección.

No solo porque haya ganado todos los partidos que ha enfrentado, porque tenga hasta ahora al goleador del campeonato o una de las vallas menos vencidas, sino porque su juego ha sido excepcional.

Ha sabido jugar con confianza, pero sin confiarse, a ser creativa y divertirse jugando, sin abandonar la disciplina. Es un equipo como nunca habíamos tenido antes, un equipo que está al nivel de los mejores del mundo.

¿Qué podemos aprender de esta selección? ¿Algo de lo que ha hecho este equipo en la cancha podemos ponerlo en práctica como sociedad?

Estas son tres de las muchas lecciones que nos ha dejado la selección y que deberíamos poner en práctica de cara a la reconciliación. ¿Usted qué otra lección agregaría?

1. Trabajar en equipo 

Como ocurrió con Cristiano Ronaldo y la selección de Portugal, no fueron pocos los equipos con grandes figuras que tuvieron que decirle adiós al Mundial, porque no estaban lo suficientemente engranados como conjunto.

Colombia es un equipo que tiene grandes jugadores pero que no depende solo de uno de ellos. En el que todos los jugadores aportan: todos se juntan para atacar, sin individualismos, y cuando tiene que defender, incluso los delanteros participan en esa labor.

Hay un video que se hizo famoso a propósito del triunfo de la selección en las eliminatorias, que resume muy bien este punto. Aunque en redes sociales se le ha atribuido a Pekerman y se afirma que era utilizado para motivar a los jugadores del equipo, no es claro que lo sea, pero sus argumentos sí son bastante válidos.

“Ir solo es más fácil, no tenés que ponerte de acuerdo con nadie. En equipo es a otro precio. Antes de empezar a competir le tenés que ganar al ego más grande de todos, que es el tuyo. Tenés que entender que no solo está bien como vos lo haces, que hay otros caminos. Que si vas más rápido que el resto es igual que si fueras el más lento de todos. Que para ser escuchado, primero tenés que haber oído”, dice el video.

En materia de reconciliación, el país no ha logrado lo mismo que la selección. Aún no somos capaces de trabajar como un equipo. Todos queremos la paz, pero no estamos seguros de cómo lograrla. Hay en muchos casos muy buenas iniciativas, pero no hemos sido capaces de juntarnos entre todos y hacerlas realidad.

“Cada uno está haciendo desde su propia ‘rosca’ la propuesta que quiere, pero no quiere hacer el trabajo duro de buscar una estrategia en común”, dijo el experto internacional John Paul Lederach en una reciente entrevista con Reconciliación Colombia (Ver el video).

2. Los partidos se ganan jugando, no hablando

En todas las ruedas de prensa previas a los partidos del Mundial, del equipo de quien mejor hablan José Pekerman y los jugadores de la selección, es de su rival.

Sin excesos de confianza ni triunfalismos, siempre comentan lo difícil que será el partido y el tamaño del reto que tienen por delante.

Después del primer partido frente a Grecia, lo primero que dijo Pekerman fue: “No hemos ganado nada”.

Esta actitud no solo tiene que ver con la humildad. También significa reconocer que las cosas no se logran solo con anunciarlas, hay que llevarlas a cabo. Si queremos ser campeones no basta con decirlo, hay que superar cada una de las etapas, incluida la final.

Los jugadores responden, casi como un mantra, siempre que se les pide hablar de lo que viene en el futuro: “Hay que pensar en cada partido”.

“Hemos tenido serenidad para dar cada paso. Hay que tener esa visión para poder rendir bien”, dijo Pekerman antes del partido con Uruguay. (Ver video)

Como sociedad, tenemos que entender lo que entiende la selección: la paz y la reconciliación no llegarán solo porque las deseemos, hay que trabajar por ellas paso a paso.

Estamos muy cerca de alcanzar la paz, sí, pero como lo han repetido muchas veces los negociadores: «nada está acordado hasta que todo esté acordado». Y cuando todo esté acordado con las Farc, e incluso con el Eln, tampoco habremos logrado nada, nos faltará todo, una verdadera reconciliación de todos los colombianos. ¿Qué estamos haciendo cada uno de nosotros por alcanzarla?, es algo que deberíamos preguntarnos.

3. Hay que creer

Tener los pies sobre la tierra no significa perder la fe en lo que uno es capaz de lograr. Aunque el equipo colombiano hace un gran esfuerzo por mantener su humildad y no ser triunfalista, eso no significa que no valore lo que tiene y lo que es capaz de lograr.

Sin fe en sí mismo, probablemente el equipo colombiano no habría podido ser cabeza de serie, ni primero en su grupo, ni ganar todos los partidos que ha jugado hasta ahora o se habría atemorizado por enfrentar a Uruguay en el Maracaná, el lugar en donde obtuvo su mayor hazaña futbolística, o aún más por tener que encontrarse con Brasil, el pentacampeón mundial y a la vez equipo local. Pero no ha sido así.

“Brasil es un equipo duro, que tiene grandes jugadores con los cuales hay que tener cuidado, pero ellos también deben estar pensando que tenemos buenos jugadores y podemos provocarle peligro”, dijo James Rodríguez después del partido con Uruguay. (Ver video).

El equipo colombiano sabe que el camino que tiene por delante no será nada fácil y no cree que haya ganado nada sin jugar, pero, sin duda, su meta no es otra que ganar.

Por muchos años, los colombianos creímos que estábamos muy lejos de alcanzar la paz. Tal vez tan lejos como estábamos de ganar un Mundial. Ahora, las dos cosas parecen posibles.

Tomado de: http://www.reconciliacioncolombia.com/historias/detalle/tres-lecciones-que-nos-ha-dejado-la-seleccion