Cauca en el postconflicto

HABLAN LOS CONGRESISTAS

Transnacionalización y conflictos interétnicos los temas que debe afrontar el departamento de Cauca de darse una eventual firma que ponga fin al conflicto armado, dicen los congresistas López y Cárdenas.

Con un tercer acuerdo logrado en la agenda entre Gobierno y Farc, y los preparativos para abordar el tema de Víctimas, avanzan las conversaciones en La Habana Cuba para la terminación del conflicto armado y la construcción de una paz duradera .

Drogas ilícitas, Participación en política y Desarrollo rural lo acordado hasta el momento. No obstante la premisa ‘nada está acordado hasta que todo esté acordado’ sigue rigiendo los diálogos.

Para muchos el país puede estar ad portas de un acuerdo final. Por eso, los debates en torno a qué puede pasar de darse esa eventual firma continúan sobre la mesa.

Para profundizar sobre este tema y en especial en zonas donde la confrontación armada es fuerte, La Otra Orilla, entrevistó a dos congresistas que nos dan a conocer sus posturas sobre la situación que puede afrontar el departamento de Cauca – suroccidente de Colombia – en un escenario de posconflicto. John Jairo Cárdenas, oriundo del departamento y representante a la cámara por el partido de La U. Y Alexander López, senador vallecaucano, del Polo Democrático Alternativo.

El Senador Alexander López indica que Cauca es uno de los departamentos más ricos en biodiversidad del mundo. Tiene ecosistemas que cualquier país envidiaría. Se encuentra en el centro del corredor que comunica el norte con el oriente y el pacífico, con Venezuela y Ecuador.

Esto lo hace único tanto por ubicación como por riqueza. Características que lo convierten en escenario posible de implementar cualquier estrategia de desarrollo social y humano que se quiera plantear a nivel de país o mundo.

En la actualidad para Cauca existen mil 200 solicitudes de títulos para la exploración minera. Que equivalen a un millón 6 mil hectáreas. Un 60% del territorio que puede ser entregado a grandes transnacionales, enfatiza.

Entonces, superamos el conflicto armado y nos vamos a enfrentar a otro conflicto ¿Qué va a pasar en Cauca entonces? Se pregunta.

De seguro tendremos elevados niveles de inversión por lo que habrá una transnacionalización de este Departamento. Todo este escenario está acompañado de un despliegue militar.

Se invierten más de 120 mil millones de pesos anualmente en el sostenimiento de las fuerzas militares. Hay cerca de 9 mil hombres entre policías y ejército ubicados para contener el conflicto y proteger la expansión.

Es una discusión política que se debe dar porque en el posconflicto se va la insurgencia, el narcotráfico, la guerra, y tiene que volver la paz. ¿Nos la dará Anglo Ashanti o Cerromatoso? Hoy los que piensan en el posconflicto son las transnacionales, nosotros no.

Por eso para él, los territorios en donde llegan transnacionales deberían ser blindados y protegidos por el mismo Estado. El pueblo colombiano es desplazado. Eso está pasando hoy día en Cauca afirma.

Y finaliza el Senador López diciendo: “de lograrse un escenario de paz con la insurgencia, permitirá discutir el contexto de modelo que queremos. Y Cauca puede ser piloto del posconflicto porque el rigor de la guerra acá vivido no se encuentra en otro lugar del país y casi del mundo”.

Para John Jairo Cárdenas, representante a la Cámara, la sociedad caucana debe pensar en el nuevo modelo de coexistencia entre las diferentes comunidades como un punto de partida para la paz y el posconflicto.

La Otra Orilla: ¿Cómo hacerle creer a una sociedad que vive en medio del conflicto armado que es posible?

John Jairo Cárdenas: El imaginario de la guerra está instalado profundamente en el inconsciente colectivo de los colombianos. La gente no es dada a pensar un país en paz, lo más normal es que la gente siga pensando en que la constante de la guerra es eterna y por lo tanto hay un dispositivo que permite que la gente piense siempre en la prolongación del conflicto y no en el cese. Eso precisamente hay que desmontarlo.

Se trata entonces de empezar a hacer una profunda reflexión que le permita a la sociedad colombiana recapitular 50 años de conflicto armado, de desangre, y por supuesto de martirio para toda la nación porque es mucho el dolor y el drama que está instalado en el centro de todas las cosas.

Ahora bien, en nuestra sociedad que es una sociedad desgarrada, profundamente fracturada, no están todavía definidas las reglas de juego que nos vayan a permitir definir la coexistencia entre los pueblos indígenas, los pueblos afros y los otros pueblos colombianos.

Por ejemplo, el nivel de la conflictividad interétnica se incrementa en algunas zonas. Los conflictos por territorios han producido muerte y aún siguen litigios pendientes. Son procesos extremadamente críticos. Según me informan tenemos 67 puntos de conflictos interétnicos por problemas de tierras y de territorios.

La sociedad caucana tiene que repensar el nuevo modelo de lo que podía ser la coexistencia y cuáles son los derechos y deberes que nos asisten a todos como sociedad. Definir esas reglas es por supuesto un punto de partida para concebir la paz y pensar el posconflicto.

Lo que en principio queremos es llamar la atención de todos para que podamos abordar esos problemas y que empecemos a transformarlos de tal suerte que dejen ser escenarios de guerra y de violencia.

LOO: ¿Qué tan contundente y complejo resulta hablar de posconflicto en medio del conflicto en Cauca?

JJC: Las conversaciones que se llevan en La Habana no son fáciles. Hay unos márgenes de incertidumbre que acompañan de manera circunstancial estos procesos. Pero no nos pueden hacer perder de vista que el objetivo previsto es posible de lograr. Tenemos que comprometer toda nuestra fuerza en que dicho propósito se obtenga.

Por supuesto, y de cara a todas las experiencias que se han registrado en los últimos 20 años en América Latina y en el mundo, la construcción de la paz no es fácil. Es un asunto del cual se tiene que ocupar la sociedad al momento mismo en que termine el conflicto armado.

Para ello es necesario que la sociedad se prepare, que empiece a visualizar los escenarios de lo que podría ser una sociedad en paz. Ese es el objetivo principal en el que estamos instalados ahora.

LOO: ¿Qué tan dispuesta puede estar la sociedad para reconciliarse y perdonar?

JJC: Hay una base moral en el fondo de todo este proceso y tiene que ver con la capacidad que tenga la sociedad para esa reconciliación. Es una decisión que en últimas se tiene que instalar en el corazón de todos.

Una vez los colombianos estén armados de ese sentimiento y de esa decisión seguramente va a ser posible, en el marco estrictamente jurídico, definir fórmulas que nos permitan hacer posible el proceso, ese es el tema de fondo.

La comunidad internacional ha entendido que para efectos de asegurar el tránsito de la guerra a la paz hay que disponer de una forma atípica, sub-géneris de justicia. Esa forma se instala con el criterio de hacer posible la transición a la paz y al silencio definitivo de los fusiles.

Es una ecuación que cada sociedad debe resolver. No hay una formula única, pero si unas normativas que hacen que definitivamente no sea susceptible hoy tramitar simples leyes de perdón y olvido como en otrora aconteció.

POR SONIA LILIANA GODOY B.

Tomado de: http://www.laotraorilla.co/index.php/item/cauca-en-el-posconflicto-diferentes-miradas-de-cara-al-proceso-de-paz