¿Cómo entender el problema de agua en Yopal?

La crisis del suministro de agua potable en Yopal merece toda la atención de los colombianos. No solo se trata de 350 mil compatriotas que desde 2011 no cuentan con un adecuado suministro de agua, sino de un caso que puede ayudarnos a reflexionar sobre posibles fallas de la organización del servicio en Colombia.

En primer lugar, es claro que en Yopal, como en otras regiones del país, el principal obstáculo para aumentar el acceso y la calidad de agua potable no es la falta de recursos, sino la mala organización del servicio.

El principal obstáculo para aumentar el acceso y la calidad de agua potable no es la falta de recursos, sino la mala organización del servicio.

Sin embargo, existe un debate intenso alrededor de cuáles son esos problemas de organización, y cómo resolverlos. Este debate puede resumirse en cuatro grandes enfoques, según la tipología que propuso el profesor Christopher Hood:

  1. Jerarquizado: énfasis sobre los grupos y sobre la aplicación de reglas generales.
  2. Igualitario: énfasis sobre grupos pero con preferencia por la discusión y la negociación.
  3. Individualista: énfasis sobre los individuos y sobre la negociación.
  4. Fatalista: énfasis sobre los individuos, pero con preferencia por las reglas generales.

1. Para quienes adoptan el enfoque “jerarquizado”, como ha sido común entre los tecnócratas de sucesivos  gobiernos nacionales, los problemas en Yopal se deben al incumplimiento de las normas y a la incapacidad de los operadores: todo es culpa de las administraciones municipales corruptas e incompetentes.

De allí que sus propuestas se concentren en una regulación más estricta y detallada, y en exigir que se cumplan los reglamentos técnicos del Departamento Nacional de Planeación (DNP) y del Ministerio de Vivienda, así como en mejores herramientas para supervisar  y controlar su cumplimiento.


El río Cravo pasa por la ciudad de Yopal.
Foto: Sergio Perez

De hecho, quienes promueven ese enfoque consiguieron que la Constitución incluyese sistemas de seguimiento y control del uso de transferencias (en 2007, durante el segundo período de Uribe) y de regalías (en 2011, durante el primer período de Santos).

Además, abogan porque los proyectos sean manejados directamente por el gobierno nacional, por ejemplo, a través de la Financiera de Desarrollo ( FINDETER) -así estén financiados principalmente con recursos de los entes territoriales, como ocurrió en el caso de El Carmen de Bolívar-.

2. En contraste, desde una perspectiva “igualitaria”, más común entre líderes departamentales y municipales (que uno podría suponer que abanderarían con fuerza las asociaciones de gobiernos sub-nacionales, como la Federación Nacional de Departamentos y la Federación Nacional de Municipios), los problemas de Yopal se derivan, principalmente, de la arbitrariedad de quienes están en la cúspide de las organizaciones.

Para ellos la solución pasa, por ejemplo, por reconocer un mayor poder a la ciudadanía de Yopal sobre la organización del servicio (por ejemplo, a través del ‘Comité Cívico Ciudadano en Defensa del Agua Potable de Yopal’).

3. Desde un enfoque “individualista”, el problema de Yopal es la falta de incentivos e información para que pueda haber prestadores eficientes. Aquí están aquellos para quienes la prestación puede mejorarse al eliminar las barreras de entrada a estos mercados, incluyendo las fuentes de financiación para el desarrollo de infraestructura por los municipios, de modo que no dependan exclusivamente del gobierno nacional.

Entre los promotores de esta perspectiva es fácil encontrar tecnócratas ya “retirados” del gobierno que buscan mayores espacios para iniciativas privadas en el sector de agua potable y quieren sacar del tema a los políticos, que siempre buscan réditos electorales con este tipo de obras.

4. Por último, para un “fatalista”, como pueden encontrarse fácilmente en la academia, cualquier aproximación hubiera tenido sus fallas y, a lo sumo, solo algunos mecanismos aleatorios de control podrían haber resultado útiles.


Habitantes de Yopal protestan por la crisis de agua.
​Foto: Defensoría del Pueblo

Problemas de las visiones

Los “diagnósticos” presentados arriba se basan en aproximaciones que tienen cada una sus fallas o problemas.

1. Primero, los planes propios de las organizaciones  “jerarquizadas” (demasiado ambiciosos) suelten tener colapsos dramáticos.

El ejemplo más reciente de esta situación puede encontrarse en la adopción accidentada del diseño institucional para el manejo las regalías en 2011(los célebres Órganos Colegiados de Administración y Decisión- OCAD), que tiene al DNP sumido en una de sus momentos más difíciles desde que fue creado.

Y no es descabellado pensar que los sistemas de monitoreo y control de transferencias y regalías también estén enfrentando graves obstáculos (de hecho, el desarrollo de la información sobre el suministro de agua potable en el país ha sido bastante precario). O que la capacidad de FINDETER para gestionar este tipo de proyectos pronto va encontrar su límite.

Además, como está ocurriendo en Yopal, debido a la intervención del gobierno nacional, a la ciudadanía le resulta difícil saber quién es el responsable de las crisis (o de las soluciones) en la prestación del servicio: por eso se oyen reclamos del tipo “la culpa es de los alcaldes corruptos…”, “no, la culpa es del DNP que no gira los recursos…”, o “es la gobernación la que no quiere girar…”.

2. La perspectiva “igualitaria” tampoco nos lleva a un escenario ideal. Su desarrollo cabal podría llevarnos a crear cientos de “islas” con malos servicios a lo largo y lo ancho del  país. No han sido pocos los casos cuando la autonomía de los alcaldes ha sido un obstáculo más que una ventaja para la prestación adecuada de los servicios públicos.

Asimismo, no son claros los medios para evitar que las organizaciones ciudadanas en Yopal, o en cualquier otra ciudad, caigan en las mismas prácticas de las administraciones municipales cuestionadas.

Debido a la intervención del gobierno nacional, a la ciudadanía le resulta difícil saber quién es el responsable de las crisis (o de las soluciones) en la prestación del servicio.

Como tampoco es claro cómo dotar a este tipo de comités, de forma general y permanente, con la capacidad para analizar la compleja información referente a estos servicios (por ejemplo, para verificar que el prestador esté aplicando correctamente la fórmula tarifaria desarrollada por la Comisión de Regulación de Agua Potable,CRA).

3. La gran falla de la perspectiva “individualista” consiste en cerrar los espacios para la cooperación (por ejemplo, ¿qué pasa si una familia con niños, ancianos o personas en situación de discapacidad no tiene recursos para pagar el recibo del agua?) y, ciertamente, puede abrirlos para la corrupción particular.

En todo caso, en la práctica, el papel de los prestadores privados aún es relativamente limitado en este sector en Colombia.

4. Por último, la perspectiva “fatalista”, al subrayar las fallas de los distintos tipos de organización, puede llevar a la inacción.

Preguntas sobre el caso Yopal

Todos deberíamos preguntarnos qué pasó en Yopal:

  • ¿Se trató de un caso que nos muestra la falta de instrumentos del gobierno central para intervenir en crisis extremas? (algo grave teniendo en cuenta la probabilidad calculada por el IDEAM para el fenómeno de “El Niño”)
  • ¿O estamos frente a las consecuencias de una mala intervención del gobierno central sobre las autoridades municipales? (a través de la retención de recursos municipales).
  • ¿El sistema vigente brinda a los ciudadanos herramientas suficientes para que ejerzan control sobre la prestación del servicio?,
  • ¿Cuál ha sido el papel del sector privado en esta crisis?,
  • ¿Conviene verificar de forma aleatoria la información que está obteniendo el gobierno con sus sistemas de monitoreo y control?

Tomado de: http://www.razonpublica.com/index.php/econom-y-sociedad-temas-29/7784-%C2%BFc%C3%B3mo-entender-el-problema-de-agua-en-yopal.html