‘El problema para la paz es la democracia precaria que tenemos’

Las relaciones entre Estado, conflicto y violencia han sido el escenario perfecto para la reproducción de prácticas de exclusión política. Resultado de estas son las formas de violencia selectiva, el miedo de las comunidades para participar en procesos sociales y políticos y la presencia débil del aparataje institucional de justicia.  

7 de octubre de 2014

En el desarrollo de la séptima jornada de la Cátedra ¡Basta ya!, tres académicos e investigadores abordaron la situación de la violencia, las relaciones de poder, la economía del narcotráfico y las conexiones entre paramilitares y las fuerzas armadas. Elementos que hacen parte de los factores explicativos del conflicto armado.

Jaime Zuluaga, profesor emérito de la Universidad Nacional y de la Universidad Externado de Colombia, identificó tres factores estructurales que hacen parte del sistema político colombiano: conflictos, violencia y democracia. Haciendo la claridad de que en el país el conflicto ha devenido en guerra, que se traduce en la búsqueda para siempre eliminar al rival.

“La democracia precaria que tenemos en Colombia no busca reconocer las diferencias que existen entre los ciudadanos. Eso se extrapola al conflicto y se busca siempre acabar con el que piensa diferente. Lo ideal sería poder canalizar conflicto y democracia para que sean funcionales a la sociedad y al ejercicio de derechos”, manifestó.

Para él los conflictos se han articulado a partir de lógicas de carácter político, militar y económico en la que se generan guerras por territorios, poblaciones y recursos que se han profundizado desde que el narcotráfico se instaló en el país. Así se han establecido las condiciones para la exclusión de los sectores populares, en especial en lo político y lo económico.

“Esas formas de exclusión hacen uso de la violencia para preservar los intereses e influencia de las elites. Los campesinos y las clases trabajadoras son las víctimas por excelencia. Y los actores armados legales e ilegales han atacado indiscriminadamente a estas poblaciones”, agregó.

Como ejemplo de este tipo de formas de violencia que generan exclusión política fue presentado el caso de la Unión Patriótica (UP), por parte del profesor de la Universidad de los Andes Yesid Campos.

Para el académico, los ejercicios de violencia y exclusión política han permeado toda la sociedad y se han instalado en la cotidianidad de los ciudadanos. Tanto que existe indiferencia frente al genocidio de este grupo.

“La lógica de eliminar al contradictor fue la que se aplicó con la UP. Sistemáticamente y como política de Estado se aniquiló a esta fuerza política y esos crímenes continúan en la impunidad. La sociedad no puede seguir impávida frente a esto”, señaló.

En la misma vía, José Antequera, del Centro Nacional para la Memoria Histórica (CNMH), manifestó que conflicto, violencia y exclusión política han alimentado un sistema democrático débil, restringido a las élites y favorecedor de la impunidad.

“Para superar esta condición son fundamentales los ejercicios de verdad y memoria, la reforma institucional que garantice la no repetición de los hechos victimizantes. El posconflicto debe garantizar que se puedan ventilar pacíficamente las problemáticas sociales y que el conflicto se desarrolle en términos políticos donde no se recurra a la eliminación sistemática de los rivales”, dijo Antequera.

Para los tres panelistas es fundamental que el posacuerdo de fin del conflicto armado busque reconstruir la democracia desde la misma sociedad, que el Estado rompa sus vínculos con las estructuras narcoparamilitares y que haya involucramiento activo de sectores académicos, sociales y económicos que garanticen la aplicación de pedagogías de paz.

Zuluaga cerró su intervención manifestando que “la crisis democrática más grande se ha venido presentando desde que el narcoparamilitarismo hizo metástasis en el Estado y eso hace que hoy por hoy el proceso de paz tenga grandes enemigos”.

En el desarrollo del ciclo de la Cátedra ¡Basta ya! la próxima sesión abordará la relación entre justicia y guerra y estará a cargo de Luis Carlos Sánchez y Patricia Linares.

Para los interesados en seguir la Cátedra y sus contenidos, desde aquí se puede acceder al Modulo 2 del curso y acáse puede descargar el capítulo 2 del Informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad.

De la misma forma los videos de la Sesión 6 de la catedra están disponibles aquí.

Tomado de: http://www.reconciliacioncolombia.com/historias/detalle/459/-el-problema-para-la-paz-es-la-democracia-precaria-que-tenemos