El principal reclamo de las comunidades indígenas en la vigésima cumbre mundial de las Naciones Unidas por el cambio climático (COP20) será la titulación de 20 millones de hectáreas de selva amazónica para preservar sus territorios de la explotación de hidrocarburos y de la tala ilegal.
En una entrevista, el dirigente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), Henderson Rengifo, afirmó que los indígenas podrán contribuir «mucho a favor del mundo» si los gobiernos les garantizan sus territorios y bosques, «donde los pueblos nativos siempre han vivido».
Rengifo participó en el «Diálogo de Pueblos Indígenas y Estados sobre el cambio climático», un encuentro desarrollado esta semana en Lima, para que asociaciones indígenas de América, Asia, África y Oceanía trasladaran sus propuestas a las delegaciones de los diferentes países que participarán en la COP20.
Entre las organizaciones presentes destacaron la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), la Coordinadora Indígena de la Cuenca Amazónica (COICA) y el Consejo Indígena de Centroamérica (CICA), quienes se reunieron con representantes de la Unión Europea, Francia, Noruega y Alemania, entre otros países.
Como parte de la estrategia de defensa de los territorios nativos, también recomiendan incluir a las comunidades nativas dentro del programa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de bosques (REDD+), un mecanismo que reconoce el servicio de los bosques como almacenes de carbono.
«Respaldamos la propuesta de la REDD+ Indígena Amazónica (RIA), que es la iniciativa de los pueblos para asegurar más de cinco millones de hectáreas de bosque en cinco países: Perú, Ecuador, Colombia, Brasil y Venezuela», explicó Rengifo.
El representante de los indígenas peruanos recordó el caso de los cuatro líderes de la etnia asháninka que fueron asesinados por madereros ilegales a inicios de septiembre cerca de la frontera entre Perú y Brasil, y cuya comunidad nativa llevaba doce años esperando la titulación de su territorio para defenderse de la tala ilegal.
«No podemos permitir que sigan ocurriendo más asesinatos. Un indígena solo no es nada, y los bosques solos tampoco son nada. Los bosques tienen que ser cuidados por los pueblos y por la gente que vive dentro de su territorio. La relación entre hombre y naturaleza ha existido siempre», añadió Rengifo.
Otra de las exigencias de las comunidades nativas es articular un fondo de financiación directa a favor de los pueblos nativos para mitigar la contaminación causada por la minería o la extracción de petróleo y de gas que se produce dentro de sus territorios.
«Esperamos que los gobiernos atiendan este pedido y se enfoquen en resolver los problemas que existen en los territorios de los pueblos indígenas. Exigimos que, con esos fondos, se coordine un manejo grande de los bosques», deseó el dirigente de Aidesep.
Los indígenas también proponen un programa para extender la participación de las mujeres en la toma de decisiones y en el manejo de la agricultura y la seguridad alimentaria, ya que reconocen la importancia del rol de la mujer dentro del gobierno de sus comunidades.
La COP20 se celebrará en Lima del 1 al 12 de diciembre y tiene como objetivo pactar un borrador sobre un nuevo acuerdo mundial en la reducción de gases de efecto invernadero que deberá ser aprobado el próximo año en la COP21 de París, para que sustituya al protocolo de Kioto, suscrito en 1992.
EFE