El profesor Vicec Fisas es doctorado en Estudios de Paz de la Universidad de Bradford (Inglaterra). FOTO COLPRENSA
Vicenc Fisas, director de la Escuela de Paz de la Universidad de Barcelona, aseguró que el momento actual que atraviesa el proceso de paz, requiere de un desescalamiento de las acciones armadas, que deriven en un cese el fuego bilateral y definitivo. En entrevista con este diario, el catedrático experto en el estudio de otros conflictos y guerras en el mundo, dijo que el Gobierno “podría arriesgarse” a tomar la decisión de bajarle a las acciones ofensivas contra la guerrilla, que conllevaría a que se aceleren los diálogos en La Habana.
¿Cómo analiza el debate por el cese el fuego de las Farc, en el que el mismo Gobierno dice que se ha cumplido?
“El alto al fuego o cese de hostilidades de forma unilateral, en todas las partes del mundo donde se ha hecho, nunca ha sido perfecto porque la otra parte, en este caso las Fuerzas Armadas, continúan con su actividad y se pueden producir combates, porque una parte que ha declarado el alto al fuego unilateral no se va a dejar matar si se tiene que defender. Es inevitable que haya situaciones de enfrentamiento y eso no se puede atribuir a la parte que ha decretado el alto al fuego. Otra cosa sería que las acciones ofensivas las realizara las Farc, entonces estaría incumpliendo una cosa que ha acordado públicamente. En Colombia, donde no hay una verificación porque el Gobierno no ha querido, creo que en lo fundamental se está cumpliendo el alto el fuego unilateral”.
¿Y qué opina de la negativa del Gobierno de no pactar ese cese el fuego en este momento y postergarlo hasta que se dé el acuerdo final de la agenda de diálogos?
“Es muy frecuente lo que ocurre ahora en Colombia, que una de las partes, en este caso el Estado, quiera tener una actitud de más de fuerza y de control de la situación, que tiene algún temor de quedar en peores condiciones si decreta un alto al fuego que entonces sería bilateral. Pienso que en los momentos actuales en que se ha avanzado bastante en La Habana, el Gobierno podría arriesgarse a decretar un alto el fuego o bien podría proceder, como ha explicado el profesor Carlos Medina, a lo que llamamos el desescalamiento del conflicto; sería un alto el fuego no formalizado. Se rebajan determinadas acciones ofensivas y eso rebaja mucho la presión militar y favorecería a que la marcha de las negociaciones en La Habana puedan ser más intensas y rápidas. Para el tema que ahora viene en la negociación, que es la dejación de armas, sería un apoyo importante. En ese sentido recomendaría, partiendo del análisis de otros procesos, de intentarlo como mínimo. Si luego se ve que no funciona, pues se rompe el pacto y ya está”.
Desde que las Farc empezaron con el cese unilateral, las Fuerzas Militares han capturado a mandos medios de esa guerrilla, pero no se han registrado grandes operaciones ofensivas como bombardeos, ¿cómo analiza esto?
“Quizá está en marcha un criterio que me parece muy razonable, que es el de bajarle la intensidad al conflicto. Esto siempre es bueno, porque entre otras cosas garantiza la seguridad de la población civil, que siempre se ha visto afectada por los combates. Y apunta a la vía política de negociación, que con menos presión militar permitiría avanzar un poco más de prisa”.
¿Qué es más benéfico para el proceso de paz en estos momentos, un desescalamiento o un cese el fuego bilateral?
“Las dos cosas. Puede haber un desescalamiento como primer paso, y si esto funciona y nadie se aprovecha de esta circunstancia, pues el desescalamiento habrá sido la puerta de entrada a una decisión más formal, y tampoco más difícil de tomar, de un alto el fuego bilateral. Este último siempre tendrá detractores que no estarán de acuerdo, que son sectores guerreristas que no han apostado por la paz”.
Según la Escuela de Paz, ¿cómo se resolvió el tema del cese el fuego en los procesos de Sudáfrica, El Salvador e Irlanda del Norte?
“Más allá de estos tres casos, a nivel global lo que ocurre muchas veces es que el alto el fuego no se cumple, tampoco es un término mágico que lo soluciona todo. Por tanto lo primero que hay que asegurar es que las partes toman esa decisión con seriedad y que están dispuestas a un cumplimiento estricto de la decisión del alto al fuego y si es posible alto el fuego más cese de hostilidades. Eso implica callar las armas, pero también no tomar rehenes, no secuestrar, no capturar, etc. El alto el fuego puede ser un desastre si no hay seriedad o puede ser un camino muy útil y provechoso cuando hay en medio una negociación en una etapa muy avanzada, que es el caso de Colombia. El Gobierno podría arriesgarse tomando este primer paso como prueba de que si funciona un desescalamiento nos vamos definitivamente al cese el fuego bilateral. Creo que todo el mundo lo podría entender si las partes actúan de forma seria”.
¿Cuáles son los principales retos para los diálogos de paz este año que comienza?
“El primer desafío es acabar bien y con compromisos claros toda la cuestión de las víctimas, de las reparaciones y planificar para más adelante lo que será la etapa de reconciliación, que lleva muchísimos años. Para que la reconciliación puede existir tiene que haber mucha verdad de parte de todas las partes que han intervenido en el conflicto, no solo de las Farc, también del Estado con todos sus aparatos, los militares, los políticos y los sectores económicos que apoyaron el paramilitarismo.
Segundo, tienen que asumir cada cual sus responsabilidades. Tercero, tendrán que pedir un perdón real y sincero a la población civil víctima de este conflicto, y luego ver los mecanismos de reparación de lado y lado, porque antes de llamar a la comunidad internacional a que dé dinero a Colombia, tienen que ser los protagonistas del conflicto los que asuman económicamente su responsabilidad. Tiene que haber mucha verdad y reparación y luego la justicia, si esto funciona, podrá ser más benevolente.
Luego se verá cómo se resuelve este dilema clásico del realismo de las negociaciones que apuntan a una justicia benévola frente a la demanda y la presión de las víctimas y sectores de derechos humanos que reclaman medidas más punitivas. Esta segunda opción tiene el riesgo de que aborte completamente lo que es la negociación y por tanto el fin del conflicto armado.
Es difícil, nadie sale ganando completamente, pero lo que hay que evitar es que el país en su conjunto pierda en este tipo de diálogos”.
POR JORGE IVÁN POSADA
Tomado de: http://www.elcolombiano.com/colombia/santos-podria-arriesgarse-a-un-desescalamiento-fisas-YC1105199