En el mes de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS), calificó como posible sustancia cancerígena, el pesticida usado en Colombia para fumigar los cultivos ilícitos de marihuana, amapola y hoja de coca que recibe el nombre de glifosato, debido a esto el Ministerio de Salud recomendó suspender el uso de este, recomendación apoyada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Colombia se encuentra dividida. Mientras el Ministro Alejandro Gaviria Uribe, recomendó esta semana cesar las aspersiones de dicho pesticida por medio de una carta a las autoridades antinarcóticos colombianas; el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, mantiene la posición de usarlo para seguir combatiendo la lucha anti drogas. En vista a esto las Farc se pronunció a la prensa por medio del comandante guerrillero Pablo Catatumbo, “En el mundo entero ya es casi una decisión unánime que el glifosato es un veneno dañino, perjudicial para los seres humanos, para los cultivos, para la gente humilde que trabaja en el campo”.
Pese a estos pronunciamientos de distintas partes no se tomó una decisión pero se acordó que, el 15 de mayo del presente año, el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) de Colombia se reunirá para estudiar a fondo la petición del Ministerio de Salud, apoyado por las Farc, de acabar con el riego de este herbicida que como dice el grupo revolucionario es, “un daño terrible al ecosistema” y “está perjudicando gravemente a los campesinos.
Según dijo la guerrilla “el esquema no es la erradicación sino la sustitución voluntaria acompañada de proyectos de desarrollo integral para las comunidades que son las protagonistas principales de los procesos”, dejando en claro que apoyan el dar fin a los cultivos ilícitos y dar lugar a una nueva política antidrogas que tenga como enfoque los derechos humanos con proyectos de desarrollo para las comunidades.