Flor del Monte y el precio de apostarle a la paz

Foto: CNAI/ La comunidad de Flor del Monte en los 20 años de la Corporación Nuevo Arco Iris
Foto: CNAI/ La comunidad de Flor del Monte en los 20 años de la Corporación Nuevo Arco Iris

Amaneció temprano aquel día. El sol madrugó deslumbrante, reluciente a cumplirle la cita a Flor del Monte. Él también celebraba el acuerdo de la paz. Las calles del pueblo del hermoso nombre Flor del Monte se engalan con sus árboles de lluvia de oro florecidos, como si la propia naturaleza festejara la esperanza. No fue escogido al azar Flor del Monte, Corregimiento de Ovejas, Departamento de Sucre. Dónde sino allí podríamos estar en el establecimiento de la zona de distensión, en la cual reunidos todos, o al menos en su mayoría, ya que los otros restaban en las cárceles colombianas, nos habíamos convocado para hablar en esta oportunidad de la paz, y no de la guerra de la cual hicimos parte desde casi niños y niñas, adolescentes tal vez.

Su nombre Flor del Monte, fue nombrado en la palabra de largo aliento de Enrique Buendía, comandante guerrillero de la Corriente de Renovación Socialista –CRS-, quien avizoró que la Paz era ahora el camino de la lucha por la justicia social. Enrique Buendía era su nombre de Guerra, Carlos Prada su nombre formal. Como negociador de esta organización tuvo la osadía de convidar a otros, alzados en armas, en el corregimiento Blanquicet, zona rural de Turbo (Antioquia), a juntarse al propósito de la paz, osadía que le costó la vida en el vil asesinato por parte de las fuerzas militares, junto con el comandante guerrillero Ricardo González, en su nombre formal Evelio Antonio Bolaños, el 23 de Septiembre de 1993. Por este hecho fueron condenados por la corte Suprema de Justicia el capitán (r) Néstor Raúl Vargas, el teniente (r) José Miguel Velandia y el soldado profesional (r) Manuel del Cristo Chiquillo.

No murieron en el propósito de la guerra sino en el propósito de la paz. Hoy los recordábamos con tristeza, ahora que por fin se celebraba la firma de los acuerdos de Paz. Estaban en tarima, juntos dando ese parte de victoria los negociadores de la CRS y del Gobierno Nacional. En la plaza cientos de combatientes que se mezclaban con la población, ya sin camuflados, ya sin armas. Camisetas blancas con el distintivo del Arco Iris, que en adelante remplazaría de una vez y para siempre el Rojo y Negro, de vencer o morir. Hasta allí habían llegado sus familias al encuentro, los niños y abuelos, sus hijos ya crecidos.

Rodomiro Ortega lideraba la organización de la entrega de armas. Gotas de sudor corrían por su frente, ¡Tremenda responsabilidad! Rodomiro fue secuestrado y posteriormente asesinado en el corregimiento de Malagana, municipio de Mahates (Bolívar), el 24 de Febrero de 1996 y con él a 26 años de haberse firmado el acuerdo de paz, más de 80 excombatientes de la CRS, hombres y mujeres, han sido asesinados, desplazados, amenazados y exiliados.

Ese día, 9 de Abril de 1994, la plaza estaba llena. Familiares y amigos estaban allí, el pueblo presente como comunidad afectuosa de Flor del Monte, que cometió la osadía de albergarnos amorosamente creyendo en la Paz. Su osadía le ha costado desplazamiento, muerte y horror, como lo sufrió la población de la región de los Montes de María, de la cual hace parte el municipio de Ovejas, quienes habían albergado también otro proceso de Paz como lo fue el del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), en el Corregimiento Don Gabriel de este mismo municipio.

Flor del Monte, cómo te recuerdo ahora, alegre y amigable, tremendamente solidario. Cómo has sufrido en la decisión de ser Zona de Paz. Gracias por darnos la tierra que pisamos, por los paisajes que te recorren como mares verdes en donde la paz ondea en el movimiento de sus frondosos árboles. A lo lejos como testigo mudo está San Anterito, con su sombrero vueltiao, su mochilita terciada y sus abarcas tres puntá, a quien la gente reza por los nuevos tiempos de la paz, en donde la maldad acabe, el olvido persevere en el recuerdo y nuestros muertos se conserven dignamente en la memoria en un pueblo que honradamente ha sabido defender su tierra y sus derechos. Principalmente el Derecho a Vivir en Paz. Y el precio ha sido alto.

Dennis Dussán Márquez
Participante Proceso de Paz CRS
Integrante de la red de Mujeres Excombatientes de la Insurgencia