Las delegaciones, con presencia del presidente Juan Manuel Santos, anunciarían que hay humo blanco sobre zonas de ubicación temporal y cese al fuego bilateral.
Después de varias semanas de negociaciones y diálogo, entre diferencias y concesiones, este jueves las delegaciones de paz del Gobierno y las Farc por fin anunciarían que alcanzaron un acuerdo sobre el punto del fin del conflicto, precisando las zonas de ubicación temporal y acordando un cese al fuego bilateral, según ha podido establecer la emisora La F.M.
El anuncio, si todo sale como está previsto, contaría con la presencia del presidente Juan Manuel Santos, quien se trasladaría a La Habana para formalizar el acuerdo. Participarían del encuentro además delegados de los países garantes e incluso, el mismo presidente cubano Raúl Castro.
En el sentido de un supuesto acuerdo que se anunciaría esta semana se pronunció Pablo Catatumbo, uno de los negociadores de la guerrilla, quien sostuvo a través de su cuenta en Twitter que trabajan “arduamente para poder darle a los colombianos nuevas noticias de paz esta semana”.
De acuerdo con La F.M., entre este martes y miércoles las partes que negocian en La Habana adelantarán reuniones para terminar los detalles de la estructura del acuerdo que, entre otros, comprendería no más de 30 zonas de ubicación temporal y los términos para el cese al fuego de hostilidades bilateral y definitivo. No obstante, por los mismos ritmos de la negociación y debido a las diferencias que se han hecho evidentes, aún no está garantizado que este jueves haya un anuncio.
En materia de dejación de armas, por ahora solo se anunciaría el mecanismo que se implementará para que la guerrilla deje las armas, las zonas, mecanismos y destino final del armamento. Se trata de un punto en el que aún se estarían finiquitando detalles.
Ha trascendido que el Gobierno entiende la dejación de las armas como un momento que depende de la decisión de las Farc. La guerrilla, por su parte, lo ve como un proceso gradual que implica compromisos de parte y parte. Las garantías de seguridad y gestos de confianza por parte de las Fuerzas Militares, así como la lucha contra el paramilitarismo, hacen parte de sus peticiones.
La dejación de las armas conduce directamente a un escenario: las zonas de concentración o de ubicación temporal, cuyo número preciso sería anunciado el jueves. Allí, la propuesta de los negociadores del Ejecutivo es que la guerrilla se ubique temporalmente en determinados puntos geográficos hasta que dejen las armas.
El contacto con la población debe ser mínimo, con autorización del Gobierno y las Naciones Unidas. Las armas, a juicio de los plenipotenciarios de Santos, deben ser guardadas en depósitos mientras dure el cese bilateral, y un pequeño porcentaje utilizado para la seguridad de los excombatientes.
Por último, para brindar a los guerrilleros garantías de seguridad, se crearía una subdirección especial en la Unidad Nacional de Protección, sumado a la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad para blindar a los subversivos de organizaciones sucesoras del paramilitarismo.
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