En el lamentable incidente del 8 de Julio, se presentó un error por parte de las FARC al fijar unas coordenadas equivocadas, distintas al lugar donde debían operar las garantías de seguridad en La Uribe. La comitiva que iba a ser recogida se ubicó en una zona diferente a la prevista.
«Como Jefe de la Delegación del Gobierno quiero informar a la opinión pública los aspectos humanitarios relacionados con el incidente ocurrido el 8 de julio de 2016 en la Vereda Candilejas, Municipio de la Uribe Departamento del Meta. (Ver Reportan combate entre Ejército y Farc en el Meta)
Tal como tuve ocasión de informar el pasado 6 de julio desde La Habana, se pusieron en marcha diversos operativos tanto para que ingresaran al territorio nacional algunos miembros de las FARC a fin de realizar visitas técnicas con las Fuerzas Militares y con funcionarios de la ONU vinculadas a la puesta en marcha de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización, así como la extracción de otros miembros para recibir entrenamiento de parte de Naciones Unidas en La Habana como futuros integrantes del mecanismo de monitoreo y verificación.
Para tales propósitos, se convienen áreas determinadas a fin de que con presencia de los Garantes y de funcionarios del Comité Internacional de la Cruz Roja, en un esquema en el que el Estado garantiza la seguridad, se proceda a efectuar el embarque o desembarco según el caso.
En el lamentable incidente del 8 de Julio, se presentó un error por parte de las FARC al fijar unas coordenadas equivocadas, distintas al lugar donde debían operar las garantías de seguridad en La Uribe. La comitiva que iba a ser recogida se ubicó en una zona diferente a la prevista.
Es en estas circunstancias donde se presenta el incidente, cuyas características ya han sido informadas por el Ministerio de Defensa.
En cuanto a las declaraciones de un miembro de la Delegación de la FARC, según las cuales no se prestó atención humanitaria a los supuestos heridos, a la vez que afirmo que ellas no corresponden a la verdad, me permito exponer los procedimientos rigurosos, eficaces y oportunos que tomó la fuerza pública para buscar la más rápida y competente atención de las personas que las FARC reportaron como heridos. Lo hago con pleno conocimiento de causa, ya que yo mismo, de manera personal, atendí este asunto.
El viernes 8 de Julio a las 9:46 p.m tuve contacto telefónico Iván Márquez quien me narró su versión del incidente y me pidió ayuda humanitaria para atender a varias personas que, según él, habían sido heridas en el combate. Informé de esto al Señor Presidente de la República, de quien recibí la instrucción de brindar la más eficaz ayuda que en estos casos corresponde a una obligación humanitaria. De igual forma entré en contacto con el Ministro de Defensa.
El Ministerio de Defensa inmediatamente inició las labores y pocos minutos después se dispuso un helicóptero para que esperara a los heridos en el casco urbano de La Uribe, para lo cual las Fuerzas Militares garantizaban el traslado seguro de los heridos y sus acompañantes.
Informé a Iván Márquez de esta decisión la cual describí como una operación de buena fe en un marco de medidas de confianza con el fin de salvaguardar la integridad de quienes, según versión de las FARC, habían sido heridos.
Iván Márquez aceptó que el error en las coordenadas era de exclusiva responsabilidad de las FARC. Agradeció el gesto humanitario pero solicitó la presencia del Comité Internacional de la Cruz Roja. Su solicitud fue atendida y hubo presencia de una delegada del CICR.
Después de varias conversaciones con Iván Márquez, quedó en marcha la operación. Sin embargo, para mayor seguridad, el día sábado 9 de julio, en la mañana establecí nuevamente comunicación con Iván Márquez, una vez me enteré de que los heridos no habían hecho presencia en La Uribe. Tras varias conversaciones, nuevamente quedó concluida la gestión y a la espera de los heridos, con expresiones de agradecimiento por parte de las FARC.
Ayer el Ministro de Defensa me transmitió la información del Comando General de las FFAA, en el sentido de que el CICR daba por cancelada la operación humanitaria. En vista de lo anterior, el helicóptero medicalizado ya regresó a su base.
Con fundamento en lo anterior, informo a la opinión y a los interesados que me consta personalmente el profesionalismo con el que las Fuerzas Militares cumplieron de sus obligaciones humanitarias.
Una reflexión final: Es el momento de salvaguardar el proceso. Los colombianos tenemos que protegerlo. Es una oportunidad que no debemos perder. Al lamentar estos acontecimientos, además de reafirmar el propósito del Gobierno de concluir a la mayor brevedad las conversaciones, quiero hacer un llamado a las FARC para que le de un tratamiento ponderado y completo a la información que decidan brindar. Cualquiera haya sido la motivación para suspender al final esta gestión humanitaria, las FARC tienen el deber de informar de manera completa a la opinión. Declaro mi sorpresa y frustración por la forma como se omitieron todos los esfuerzos de buena fe que he narrado. A estas alturas del proceso, estas omisiones son todavía más reprochables y también más dañinas. Es preciso continuar adelante. El 23 de Junio pactamos las reglas del cese del fuego. Tenemos que terminar los acuerdos que faltan para llegar al cese definitivo y evitar así que estas dolorosas circunstancias se repitan.
Lo ocurrido ayer en Briceño donde comenzó el plan piloto de sustitución de cultivos de uso ilícito, debe ser leído con optimismo.
De aquí en adelante debemos redoblar los esfuerzos para evitar que sucedan nuevos hechos como estos y concentrarnos en la construcción de la paz.»
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