Después de la aprobación de la Corte Constitucional al plebiscito como mecanismo para refrendar los acuerdos de paz entre el gobierno y las FARC-EP, se establecieron las condiciones para que este proceso se lleve a cabo, se dispuso que el plebiscito sea de carácter vinculante y se determinó la participación de personas públicas o partidos políticos en las campañas del si o el no.
«Si la ciudadanía, si la población no se deja arrastrar por la demagogia o por el miedo, sino por el contrario se tranquiliza, se empodera, estudia los acuerdos, escuchas las posiciones y participa activamente, será un total éxito, va a ser algo muy importante para la vida democrática del país» afirmo Rodolfo Arango.
En principio el carácter vinculante se refiere a que si gana el sí en el plebiscito por la paz, el presidente de la República, en este caso Juan Manuel Santos, podrá incorporar los acuerdos en la Constitución a través de proyectos o actos legislativos que posteriormente el Congreso debatirá, de acuerdo con el análisis del abogado y constitucionalista Rodolfo Arango, esto significa que finalmente será el Congreso quien incorpore a la legislación y al orden jurídico los acuerdos por vía de debate, a través de una reforma constitucional que se desarrollaría en 3 sesiones.
Sobre la decisión de la Corte referente a la participación de funcionarios públicos y partidos políticos o contenidos que promuevan un movimiento social o grupos significativos de ciudadanos, Arango considera que sí se permitiría que funcionarios públicos participen de las campañas del si o el no al plebiscito, sin embargo afirma que lo que se quiere evitar es que se mezclen las campañas electorales con las campañas del plebiscito desde los partidos políticos, para que no exista una promoción de candidatos ni una instrumentalización del proceso.
Frente a la posibilidad de que gane el No al plebiscito por la paz, el constitucionalista cree que «el panorama no es tan catastrófico, ya que en algunas ocasiones las FARC-EP han señalado que ellos no están dispuestos a volver al monte y empuñar las armas», hecho que generaría que se lleve a cabo una re negociación de las condiciones de los acuerdos.
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