“Es importante que las comunidades no sigan sufriendo ni sigan siendo envenenadas por el odio”, le dijo al senador y expresidente Álvaro Uribe Vélez un joven de Buenaventura en plena campaña por el NO en el plebiscito. Lo hizo el sábado en un auditorio de ese municipio del pacífico vallecaucano mientras el expresidente, rodeado por un grupo de escoltas, lo escuchaba en silencio.
En su intervención, dijo que respeta el derecho “de pensar diferente, de ser diferente y de hacer diferente”, pero insistió en que su pueblo merece “empezar a caminar para construir una paz, paz que Buenaventura no ha visto”. También hizo un inventario de las masacres de los paramilitares en esa región. Dijo que fueron ellos quienes se encargaron de arrasar las vidas de muchos jóvenes que nada tenían que ver con la guerra.
Fue en ese punto cuando recordó la negociación entre el gobierno Uribe y las Autodefensas Unidas de Colombia en el año 2003. Acuerdo que, dijo, tuvo “cualquier cantidad de cosas que todos sabemos que no fueron por el norte que debería ser”.
Pero el joven aseguró que no quería centrarse en eso. Uribe dejó de ser el destinatario de su mensaje. Empezó a hablarles al auditorio, a las personas que habían llegado a ese lugar para escuchar los postulados del líder del Centro Democrático: “Ellos –dijo señalando la comitiva del expresidente– se van a ir del territorio hoy, pero quienes vamos a seguir en el territorio sufriendo las secuelas de la guerra somos nosotros, porque nosotros hemos puesto y seguiremos poniendo los muertos, porque él –señaló a uno de los asistentes– no se puede mover con libertad en su territorio de un lugar a otro porque allí están las bandas criminales que no son más que los paramilitares que nunca se sometieron a la desmovilización”.
Luego, el joven volteó de nuevo su mirada hacia el expresidente y preguntó que quiénes eran los soldados de las Farc. Él mismo respondió:“son jóvenes pobres, empobrecidos, que no tuvieron nada, que quizás por una u otra cosa terminaron allá”. Luego repitió su pregunta, pero esta vez refiriéndose a los soldados del Ejército. Dijo que son “muchachos pobres, porque los hijos de los ricos no van a la guerra. A la guerra vamos nosotros”.
Finalmente, dijo que es víctima directa de la guerra, pero que, a pesar de eso, si debe dar la mano a sus victimarios, está dispuesto a hacerlo. “Pero es diferente usted que es senador, que anda con escoltas, que tiene su casa en Bogotá, que vive tranquilo; a mi persona o a cualquiera de ellos que vive en casa de madera, que vive en zona de bajamar, que sufre las secuelas que pone la empresa privada que se roba el territorio, que pasa por encima de la consulta previa y sigue abusando de los derechos de esta gente. Eso no tiene derecho, eso no tiene nombre. Nos merecemos el perdón, nos merecemos la reconciliación entre nosotros porque ustedes no han hecho más que, en el poder, acabar con nosotros”.
En el desarrollo del evento, Uribe dijo que el Gobierno aceptó “una agenda de las Farc y del chavismo” y que quiere la paz “como la quieren los del sí. Pero nos preocupa enormemente que estos acuerdos no son camino de paz sino camino de entrega del país a las Farc”.
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