Este han año han asesinado 40 líderes en el país.
El 24 de diciembre Oscar Gerardo Salazar recibió dos mensajes en su celular firmados por las Autodefensas Unidas de Colombia. Un día después, en un camino de Argelia (Cauca), fue asesinado Anuar José Álvarez.
Dos nuevos hechos de violencia contra líderes sociales, y a su vez militantes del partido Marcha Patriótica se registraron en Cauca durante el fin de semana de Pascuas. De acuerdo con la información difundida por la Red de Derechos Humanos del suroccidente colombiano “Francisco Isaías Cifuentes” (Redhfic), el pasado 24 de diciembre el líder Oscar Gerardo Salazar recibió dos panfletos amenazantes en su celular.
Dichas imágenes, señalaban que las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), declaraban “sentencia de muerte a los líderes auxiliadores de la guerrilla en el cauca (sic). Ya sabemos en donde mantiene, hablamierda, mentirosos y campesinos que no dejan trabajar a la gente de bien con sus paros maricones que dañan a la sociedad los vamos a acabar a tiros”, dice el inicio del primer panfleto, que fue enviado a las 9:45 de la mañana del 24 de diciembre.
Un día antes, el líder Oscar Gerardo Salazar había participado en la VI Marcha por la Vida y por el Agua Macizo, en el municipio de La Vega (Cauca). En dicha marcha, el militante de la Marcha Patriótica y vocero de la Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular, apoyó a las comunidades campesinas e indígenas realizaron acciones de control y protección del Macizo contra la minería en ese municipio.
Asimismo, se amenazó a todos los campesinos que apoyaran las zonas de reserva campesina y a los militantes de Marcha Patriótica y de la Unión Patriótica (UP), que ya en los ochentas y noventas vivió un genocidio. Más tarde ese mismo día, a las 6:14 de la tarde, el mismo líder recibió un nuevo panfleto, en el que, entre otras cosas, señalan que “líder advertido no muere en guerra” y que se necesita “una Colombia sin líderes ni que hp (sic). Las AUC volvimos con más fuerza”.
Ese mismo día, en la vía que conduce de Santander de Quilichao al Municipio de Corinto, a las 6:50 de la tarde el líder Cristobal Guamanga recibió un mensaje de texto de su compañera sentimental, en el que ella le avisaba que el carro que en días pasados se había aparcado frente a su casa, había regresado. El hombre le avisó a la Policía, que mandó una patrulla a su casa, pero el vehículo en mención ya se había retirado. Según el testimonio del hombre, después de que la patrulla se retirara “la camioneta volvió a hacer una nueva ronda”.
Como en otras ocasiones, señaló el presidente de la Red de Derechos Humanos del suroccidente colombiano, Deivin Hurtado, los panfletos y seguimientos fueron seguidos por un homicidio. A las 9:30 de la mañana del pasado 25 de diciembre, mientras se desplazaba desde el corregimiento de El Plateado en Argelia (Cauca) hacia la vereda Mirolindo, fue asesinado Anuar José Álvarez, líder campesino de Mirolindo y perteneciente al Comité cocalero de esa vereda.
Según la información difundida por la Redhfic, el hombre, que iba en una motocicleta eco delux, fue hostigado durante el recorrido por dos hombres que iban montados en una moto marca Honda de color azul. A la altura de Chamuscado, un punto desolado de la vereda Deziderio Zapata, la motocicleta azul se detuvo y uno de los hombres le disparó en tres ocasiones al líder Anuar José Álvarez, quien alcanzó a pedir ayuda a un vehículo que pasaba.
A pesar de que el vehículo lo recogió y lo trasladó hasta la clínica de Argelia, cuando llegaron a la unidad médica el campesino ya había fallecido. “Él no tenía ningún tipo de amenazas pero tenemos que tener en cuenta que un día antes había llegado el panfleto que señaló que eran objetivo militar todas los líderes que hicieran parte de Marcha Patriótica. Sí estábamos en alerta”, señala el presidente de la Redhfic, Deivin Hurtado.
“Esto sí es sistemático”
Para él, la forma como se han ido presentado asesinatos y amenazas en el Cauca sí son sistemáticos, contrario a lo que ha sostenido el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, quien ha dicho que se trata de homicidios que no responden en su mayoría al activismo social de las víctimas.
De acuerdo con Hurtado, “Esto es una situación sistemática. En Corinto llegaron panfletos y asesinaron gente; luego en Buenos Aires llegaron panfletos y luego llamaron a líderes para hostigarlos; en Caloto también hubo panfletos y luego hostigamientos. Para nosotros es señalar que se va a hacer, para que nos demos cuenta”.
No obstante, la Fiscalía, en cabeza del fiscal Néstor Humberto Martínez, ha insistido en que las investigaciones adelantadas por estos hechos apuntan a que las motivaciones de los criminales no son políticas. «Eso desdibuja la sistematicidad”, señala Hurtado, y añade que “no estamos de acuerdo con esa afirmación”.
Pone el ejemplo del asesinato del Gobernador del resguardo indígena de Pueblo Blanco Willar Alexander Oime Alarcón, ocurrido en marzo de este año. “La persona que lo asesina intenta quitarle el bolso, pero no lo logra, entonces le dispara y se retira. Pero luego se devuelve a rematarlo, pero no le quita nada. Este tipo de situaciones nos hacen creer que son hechos que obedecen al tema de liderazgo pero que intentan camuflarse como otro tipo de delitos”, explica Deivin Hurtado.
Asimismo, señaló el presidente de Redhfic, quienes atentan contra los líderes están cambiando las modalidades de los ataques. Hurtado le dijo a este diario que tras el asesinato de Cecilia Coicue en agosto, la dueña de una de las fincas donde se pre agruparían las Farc en Corinto (Cauca), “en Miranda, mientras iba por un camino veredal, un hombre en moto comenzó a perseguir a una compañera, Briceyda Lemus Rivera, con un puñal en la mano. En su momento la Fiscalía dijo que la muerte de la compañera Cecilia había sido un pleito entre vecinos porque era con arma blanca, pero luego vimos este nuevo ataque”, señala Hurtado.
Además, los habitantes de otro de los puntos de pre agrupamiento de las Farc, en Miranda (Cauca), han denunciado desde noviembre pasado el asesinato de sus líderes –ya van cinco– , la llegada de hombres desconocidos que patrullan con armas de largo alcance y que se paran encapuchados, según relatas los campesinos de la región, frete a las casa de los líderes y presidentes de Juntas de Acción Comunal, “pero no hacen nada. Lo mismo con camionetas frente a las casas, como una forma de amedrentar”, explica Hurtado.
Si bien el presidente de la Redhfic, Deivin Hurtado, reconoce que se han realizado reuniones con la Fuerza Pública, la Fiscalía y el Ministerio de Defensa para tratar estos hechos, cree que aún no existe el compromiso suficiente por parte de las autoridades para que estos hechos no sigan ocurriendo. Dice que el tiempo de reacción de la Policía de los municipios todavía es demasiado lento, pues casi siempre tardan una hora o más en llegar al lugar de los hechos.
Ver El Espectador