Las 650 emisoras comunitarias que existen hoy en Colombia emprendieron la tarea de fortalecerse para apoyar la implementación de lo acordado entre la guerrilla y el Gobierno. ¿Qué están haciendo?
Un hombre santandereano, quien fue el gerente de la emisora comunitaria La Cometa, es hoy el encargado de dirigir el proyecto más grande en el país para las emisoras locales: “Radios Comunitarias para la Paz y la Convivencia”. Así se llama el programa financiado por la Unión Europea y guiado por Fernando Tibaduiza Araque. Él sabe de radio desde 1997 cuando nacieron las emisoras comunitarias en Colombia.
La Cometa es una emisora del municipio de San Gil (Santander). Surgió con los primeros diales concedidos por el Ministerio de Comunicaciones hace 20 años y, hoy, entre las 650 estaciones comunitarias que existen en el país, es el modelo ideal de lo que debería ser una emisora local: con enfoque social y empresarial para lograr la sostenibilidad. Tibaduiza duró 12 años dirigiéndola.
En 2001, el apogeo de las emisoras en cientos de municipios del país hizo que se constituyeran las redes regionales de la radio local. En la actualidad existen 29 y una de esas es la Red Cooperativa de Medios de Comunicación Comunitarios de Santander (Redsander), cuyo gerente hasta hace algunos meses fue Tibaduiza. Ahora, con el compromiso de fortalecer la voz local de la paz, dirige este proyecto que inició a mediados del año pasado y que terminará al finalizar el 2017.
Hablamos con Fernando Tibaduiza, gerente de Radios Comunitarias para la Paz, intentando develar cuál es el futuro de la radio comunitaria y qué papel jugará en el posconflicto.
¿Cuál es el objetivo de Radios Comunitarias para la Paz y en qué va el proyecto?
Nuestro propósito es contribuir en la construcción de una cultura de paz y convivencia en los territorios desde la radio comunitaria, es decir, fortalecer a las emisoras locales para que se fomente el diálogo público en los territorios. Esa es la finalidad del proyecto.
Y en la vida práctica ¿cómo se está materializando ese objetivo?
El proyecto tiene varias líneas: formación y capacitación; producción de contenidos; fortalecimiento y participación ciudadana; y difusión. Ahora bien, para llevar a cabo estos componentes, desde junio pasado se vienen desarrollando una serie de actividades: cinco talleres regionales de producción de contenidos sobre cultura de paz. Dichos encuentros se realizaron en Rionegro (Antioquia), Neiva (Huila), Bucaramanga (Santander), Cali (Valle del Cauca) y Bogotá y Cundinamarca. En cada uno participaron 40 periodistas de cada una de estas regiones, con el fin de capacitarse en el proceso de paz y en la producción de material corto para hacer pedagogía de paz. Se produjeron alrededor de 120 mensajes radiales que ya están en la plataforma y que van a ser difundidos a través de 400 emisoras comunitarias de todo el país. Ahí va el proyecto.
¿Y ahora qué sigue?
Este año iniciamos con la convocatoria nacional de estímulos «Así suena la paz en los territorios». Se lanzó el pasado 9 de febrero en el Museo Nacional. Este programa va a favorecer a las 50 emisoras comunitarias de todo el territorio nacional que mejores propuestas presenten de cara a fortalecer la producción de contenidos, la participación ciudadana y la difusión de material de cultura de paz.
¿Cuál es el estímulo para esas 50 emisoras locales?
Cada emisora recibirá $12 millones para la producción y difusión de contenidos de paz, a través de una franja específica de su programación. Esperamos que las emisoras se apropien de este proceso. Es para todas las 650 que hay en el país.
A parte del dinero, ¿hay otro estímulo?
También se les va a dar un kit que se compone de una grabadora profesional de periodista y unos audífonos para el colectivo de producción, eso es aparte del estímulo económico.
¿Cuál es el modelo ideal de una emisora comunitaria en Colombia?
Una radio comunitaria debe fomentar la participación ciudadana, debe construir sus ciudadanías y fortalecer la democracia. Cuando eso se da, entonces el proceso realmente tiene incidencia. Ese es el modelo de una radio comunitaria ideal. La radio comunitaria tiene un desafío mucho más grande que la radio comercial. Este es: tiene que ir más allá de educar y entretener, o sea, construir sus propias audiencias de manera activa y recíproca, lo cual se logra construyendo un proyecto comunicativo que sea coherente a la realidad local.
¿Organizativamente cómo se fortalecerán, después de este proyecto, las emisoras comunitarias?
La idea es que las emisoras se articulen en redes regionales y que, a su vez, las agrupe una gran red nacional. Si eso se consolida, será determinante en los próximos años de cara a instaurar un discurso de tolerancia en los territorios donde históricamente se libró la guerra.
Se cumplen 20 años, se vencen las licencias
Este 2017 la radio comunitaria cumple 20 años de nacimiento, ¿cómo van a conmemorar esta efeméride?
En octubre próximo se realizará el Encuentro Nacional de Radios Comunitarias como un evento de evaluación de cierre del proyecto y, también, para conmemorar los 20 años de la radio comunitaria. De otro lado, estamos asesorando a los concesionarios de las emisoras para que agilicen los trámites de renovación de las licencias, puesto que este año también se les vence a muchos.
De las 650 que hay en el país, ¿cuántas tienen que renovar la licencia este año?
A 261 estaciones el permiso se les vence en 2017. Mientras que en 2018, a 160 de ellas. Es decir, estamos hablando de más del 50% de las que están licenciadas.
¿Y qué se está haciendo para que no les cancelen las licencias a esas emisoras?
El proyecto «Radios Comunitarias para la Paz» está orientando, los ha hecho en los talleres, para que las emisoras revisen de cerca todos los aspectos normativos ante el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic), Mintrabajo, Cámara de Comercio, etc. Por eso, elaboramos una ficha diagnostico para que cada emisora realice una autoevaluación de lo que debe actualizar.
A los que dejen vencer la licencia por algún motivo, ¿qué les puede pasar?
Hay un procedimiento que el Mintic ha orientado: cada emisora debe solicitar por escrito, con 3 meses de anticipación y formalmente, la prorroga. Sino se hace dentro de ese periodo el Ministerio interpretará que el concesionario no está interasado en seguir con la renovación de la licencia y se la pueden cancelar. La recomendación que hacemos es que lo hagan antes que inicie el proceso de verificación del ministerio.
¿Qué ayuda hay para las emisoras que no tienen dinero para ponerse al día?
Las emisoras van a hacer una solicitud para modificar el decreto del Registro Único de Contribución (Ruc), o sea, el pago del uso del espectro que la radio tiene que hacer cada año. Bajarlo al 50%. Esperemos que esa buena noticia llegue muy pronto. Normalmente una emisora paga millón doscientos mil pesos cada año, aparte de los compromisos mensuales como nómina, servicios públicos y etc.
¿Cuál es el diagnóstico de la radio comunitaria hoy en Colombia?
En el país hay alrededor de 650 emisoras comunitarias funcionando. Una mayoría tiene dificultades técnicas, económicas y, sobre todo, para poder cumplir con los requerimientos que la normatividad le exige a través del Mintic. Sin embargo, hay que mencionar que la radio está legitimada y posicionada en sus territorios, y que al contrario de cerrar una, se debe entregar más licencias.
Se sabe de las limitaciones económicas que tiene la radio comunitaria hoy. No obstante, en el marco del acuerdo de paz se habla de la distribución equitativa de la pauta ¿Sabe cómo se va a implementar ese punto?
Por una parte, existe el Conpes 3506 de 2008, que establece unas líneas estratégicas, inclusive para la misma sostenibilidad de la radio comunitaria. Lamentablemente no se ha podido gestionar para que se cumpla lo que dice ese documento. Llevamos más de 8 años después de la expedición y seguimos en lo mismo. Menciona que las entidades del Gobierno, a través de los planes de desarrollo, deben destinar un porcentaje para la sostenibilidad de la radio comunitaria.
¿Cuáles son los desafíos que tiene la radio comunitaria de cara al posconflicto?
El principal: poderse fortalecer como empresa social y como proyecto cultural y de desarrollo comunicativo en sus territorios.
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