En el Día D más 90, cumpliendo con el cronograma.
Este miércoles empezará el proceso en las zonas veredales. Antes de terminar la semana saldrán indultados de las cárceles del país 1.200 guerrilleros y ya están definidos los nombres de los 60 que saldrán de las zonas de concentración a hacer pedagogía por la paz.
“Nuestra única arma será la palabra”. Fue lo que dijo Rodrigo Londoño, Timochenko, el máximo comandante de las Farc, el 26 de septiembre del año pasado, tras la firma en Cartagena del Acuerdo de Paz con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Después vino lo del plebiscito —que ganó el No—, la renegociación, una segunda y definitiva firma el 25 de noviembre y la refrendación por parte del Congreso. Y el Día D, entendido como el punto de partida en el conteo regresivo hacia el desarme y la desmovilización de la guerrilla, se estableció que era el 1º de diciembre de 2016.
En este sentido, el cronograma dice que en el Día D más 90 debe iniciarse el proceso de dejación de armas por parte de las Farc. Había mucho escepticismo. Los retrasos en la adecuación de las zonas veredales transitorias hicieron pensar en que no se iba a cumplir e incluso hubo un cruce de cartas entre Naciones Unidas y el Gobierno, explorando la posibilidad de replantear el calendario. Pero no será así: hoy, 1° de marzo, se inicia la dejación de las armas que, según lo pactado, en esta primera fase corresponderá al 30 % del material de guerra e incluye lo que se conoce como armas inestables o artesanales, por ejemplo, los llamados “tatucos” y otro tipo de explosivos.
“Realizaremos, como asunto que atañe exclusivamente a las Farc y a la ONU, según el protocolo acordado, el registro de las armas en todos los campamentos y reajustaremos el plan de destrucción de armas inestables o explosivos que ya había empezado el año pasado en las sabanas del Yarí. Anunciamos también que, como inicio en firme del proceso de dejación de armas y como muestra de nuestro irrestricto compromiso con la paz, las armas de los integrantes farianos del Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MM&V), pasarán a custodia de las Naciones Unidas”, explicó Iván Márquez, segundo al mando en el Secretariado.
¿Qué sigue ahora? El cronograma fijado en La Habana habla de que la dejación de armas se desarrollará en dos tiempos. Uno de registro, identificación, monitoreo y verificación de la tenencia; y otro de recolección, almacenamiento, extracción y disposición final. El procedimiento incluye el transporte del armamento a las zonas de concentración, la destrucción del armamento inestable y la recolección y almacenamiento en contenedores del armamento individual de manera secuencial en tres fases. La primera es la que arranca hoy. La segunda es en el Día D más 120, cuando también se recogerá un 30 % del armamento, y la tercera en el Día D más 150, cuando se deberá completar el 40 % restante.
Según le confirmó a El Espectador el abogado Enrique Santiago, asesor jurídico de las Farc, los contenedores donde se van a guardar las armas ya están instalados. Para garantizar el control efectivo del armamento en cada zona, se determinará un solo punto de almacenamiento, dentro de uno de los campamentos, bajo el monitoreo y verificación permanente de las Naciones Unidas, de acuerdo con los protocolos concertados. Por último, en el Día D más 180 (o sea, en junio) deberá darse el proceso de extracción de las armas. Se cumplirán entonces seis meses tras la firma del Acuerdo y se dará por terminado el funcionamiento de las zonas de concentración. Se supone que para ese entonces las Farc ya deben estar constituidas como un movimiento político legal cuya única arma, como lo dijo Rodrigo Londoño, será la palabra.
Sin duda, un paso trascendental. “El país entró en una etapa irreversible de consolidación de la paz. Y vamos, como gobierno, como Estado y como sociedad, a hacer realidad los frutos de la paz”, expresó el presidente Juan Manuel Santos, al término de una reunión en la Casa de Nariño con el llamado Gabinete del Posconflicto, en la que se decidió una adición presupuestal de $1,5 billones para poner en marcha programas que beneficien a 750 municipios del país en aras de la consolidación de la paz en el sector rural. Se trata de proyectos de salud, acceso a educación, vivienda, agua y saneamiento básico, energía eléctrica y vías terciarias.
Ahora las preocupaciones de las Farc corren por los lados de la urgencia de aplicar la Ley de Amnistía e Indulto, ya aprobada en el Congreso. “Es comprensible y razonable que en paralelo con el proceso de dejación de armas que hoy comienza, deba garantizarse de manera diáfana y tangible la seguridad jurídica para los guerrilleros. Esta tiene que ver con la excarcelación de los indultables y la aplicación de la ley de amnistía, sin más retrasos, porque para eso fue aprobada”, manifestó también Iván Márquez.
Un clamor que, por lo visto, tuvo eco en el Gobierno pues, según anunció el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, antes de terminar esta semana serán liberados 1.200 integrantes de las Farc; se enviará una comunicación, a través de la Cancillería, para adjuntar al secretario general de Nacional Unidas el texto del Nuevo Acuerdo y reiterar el compromiso del Gobierno en el cumplimiento de las obligaciones derivadas de lo pactado; y se expedirá un decreto legislativo para garantizar la suspensión de las órdenes de captura contra integrantes de las Farc que no sean objeto de amnistía ni de indultos, después del Día D más 180.
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