En Medellín el capo político Álvaro Uribe Vélez y su nuevo guardaespaldas el «Señor J.J. Velásquez alías Popeye» lideraron la marcha anticorrupción del país; vale la pena recordar que para el 2013 en la Comisión de Acusaciones reposaban 4058 procesos contra el ex presidente: 27 por paramilitarismo, la investigación sobre la ‘Yidispolítica’, en donde se le acusa de haber comprado votos para aprobar su reelección en 2008, ‘las chuzadas’ del DAS a las comunicaciones telefónicas de líderes de oposición, magistrados, periodistas y funcionarios del Estado. La mayoría de sus colaboradores en los dos mandatos, están judicializados, presos o huyendo de la justicia, sin mencionar los líos judiciales por lo de Odebrecht, encabezados por su ex candidato presidencial Iván Zuluaga, agazapado y de bajo perfil durante la marcha.
No se explica, cómo los convocantes tratan de normalizar a los ojos del país la obra y vida de un sicario que, admitió haber matado a 300 personas él mismo, y haber participado en 3000 homicidios más, además de haber torturado y liderado operaciones de narcotráfico, así como dirigir ataques terroristas con carros bomba. Como si no fuera suficiente con lo que hace Caracol Televisión.
En Bogotá D. C., el ex-procurador Alejandro Ordoñez, destituido por el Consejo de Estado del Ministerio Público por corrupción, dado que efectuó nombramientos de parientes de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, órgano que lo postuló para su reelección, además de usar el cargo para hacer política. Otro de los convocantes fue el ex ministro del Interior y Justicia en el primer gobierno del ahora senador, Álvaro Uribe Vélez, se unió a la marcha con un enfático video en el que aseguró que destituirán a “un presidente corrupto” el 1 de abril, olvidando que fue denunciado por apropiarse de manera fraudulenta de 9000 millones de pesos en acciones, es decir el 20% del holding en la década de los noventa cuando era gerente de Invercolsa. El préstamo fue tramitado por el Banco Pacífico, junta directiva que él presidió en la sucursal de la entidad financiera en Colombia, “blanco es frito se come”.
Mientras tanto el cuestionado “Pastor de las Lucas” un tal Arrazola, aprovechando la afamada marcha anti corrupción en Cartagena, esgrimía la palabra de Dios como argumento, para denunciar a los periodistas que según él hacen cuestionamiento a religiosos “probos” como él, acusándolos de fraudulentos y corruptos, vaya ironía. Como dato curioso el Senador Fernando Araujo, quien encabezaba la marcha, aparece en una foto respaldando al “pastor de las lucas” contra los periodistas Cartageneroos que hoy le reclaman, a lo que manifestó “no sabía qué decía la pancarta cuando tomaron la foto”. Ojala su Dios no se les ofenda con tamaña ofrenda, tratando de satanizar a los periodistas cartageneros que se atrevieron a criticarlo, incluida Semana. (Ver Indignación por cartel contra periodistas en Cartagena)
Poco se ha dicho sobre esta jornada que al parecer pasó sin pena ni gloria, poco respaldo tradicional de los medios al final de la jornada, ni en días siguientes a la misma, no hay cifras estadísticas oficiales de parte del Centro Democrático ni de los sectores del conservatismo que allí estuvieron, fotos coloridas, banderas en alto, cruza calles y pancartas, muchas de ellas incoherentes o por fuera de los acuerdos entre las Farc-Ep y el Gobierno Nacional e incluso de la misma corrupción.
La búsqueda activa en medios de comunicación públicos y privados, redes sociales, prensa local, no arrojó cifras ni estadísticas que hablen del volumen de participantes. Más allá de frases huecas o de cajón como: “miles de personas marcharon contra la corrupción”, “multitudinaria movilización”, “gracias Bucaramanga”, “Córdoba Cumplió”, “Plaza llena en Bogotá”, etc.
El grito de victoria, el grito de guerra, el grito de triunfo, no resonó a los cuatro vientos cardinales con bombos y platillos en esta ocasión, como sí sucedió en octubre de 2016 en la del NO contra el SÍ, en el plebiscito liderado por el Centro Democrático, el ala Conservadora del ex presidente Pastrana y la franja del ex procurador cuyas razones saltan a la vista:
La participación ciudadana en la marcha fue muy pobre, no sabemos cuántos esperaban los opositores, pero nos arriesgamos a decir que no marcharon más de 150 mil personas. Cifra pírrica e irrisoria si se compara con los 6.422.136 puesto que no llegaron ni al 3% del caudal acumulado.
Otras de las razones pasa necesariamente por la actitud asumida por ciudadanos probos que rechazaron la presencia de “Popeye” en la marcha, abucheándolo e incluso obligando abandonar la marcha, como forma de protesta y desacuerdo, seguramente otros no salieron para no aparecer en la foto al lado de semejante adefesio político contra la ética ciudadana, evitando con ello lo que le paso al Senador Araujo en Cartagena.
Fue una marcha sin propuestas, ni argumentos serios y reales de cambio para el país, no puede prosperar indefinidamente. El “no más Santos”, “fuera las Farc”, “devuelvan los niños que están en las filas”, “no entreguen el país a los comunistas”, “no quiero una dictadura como la venezolana”, entre otras del mismo corte, que solo representan el deseo desesperante de recuperar el poder político a toda costa sin importar el costo moral.
Lo único positivo de la marcha es la reafirmación que ésta hace sobre la polarización del país, como una verdad de esas que llaman de a puño, verdad evidente que no se puede ocultar, la deformación política como caldo de cultivo se pavonea con su ignorancia en todos los confines de la política corrupta que por siglos reina y conduce el país, apoyada por los medios, el Gobierno de turno, la oposición, la izquierda, como si la corrupción fuera el paradigma que debe regir nuestros destinos por siempre.
Luis E. Sánchez Puche
Sociólogo CNAI
Son unos sinvergüenzas y cínicos descarados