La minería amenaza a las comunidades afrodescendientes de Barbacoas

Este mapa fue tomado de la página Tierra Minada (Mapa consejos comunitarios afrodescendientes)/ Las secciones en marrón, hace referencia a los diferentes territorios afro, en la zona del municipio de Barbacoas.

Presentación de: «Afectaciones en los territorios colectivos de afrodescendientes por la solicitud de títulos mineros en Barbacoas (Nariño) entre 2011 y 2015»

El modelo extractivo de minería ha sido considerablemente desarrollado bajo los dos gobiernos de Juan Manuel Santo como “locomotor” de la economía nacional. De modo que las Áreas Estratégicas Mineras establecidas en 2012 representan cerca del 20% del territorio nacional. Aunque el Presidente de Colombia afirma que “La minería no destruye el ambiente ni empobrece comunidades” (Semana, 20/02/2014), el informe siguiente se propone llamar la atención sobre los desastres causados por la explotación minería en los territorios colectivos afrodescendientes de un municipio que concentra todos los problemas enfrentados actualmente por el departamento de Nariño.

Barbacoas se encuentra ubicado en el piedemonte costero al suroccidente de Nariño. Se trata de un municipio clave en la implementación del posconflicto debido a la complejidad histórica del conflicto en su territorio y de los actores que lo integran. La presencia de estos grupos ilegales se explica por los intereses económicos que representan los recursos naturales de este municipio. Primero, esta región tiene una importancia geoestratégica para la producción y exportación de clorhidrato de cocaína. El departamento de Nariño fue el lugar de conflicto armado al final de las noventa entre las FARC, el ELN y las AUC para el control de áreas para cultivar coca. Después de la desmovilización de las AUC aparecieron en el escenario las Bandas Criminales ‘Águilas Negras’ y ‘Los Rastrojos’. Los narcotraficantes del Valle también compraron tierras para sembrar coca. Así, esta zona produce la quinta parte de la hoja de coca de Colombia al servicio de grupos armados ilegales. En la actualidad, con el proceso de paz con las FARC se nota un copamiento de las zonas que dejaran libres por parte de las Bandas Criminales.

La minería ocupa también un papel preponderante, ya que ha sido una labor que ha sido practicada desde la época colonial por la existencia de cantidades de recursos minerales. La producción aurífera en el departamento de Nariño ha tenido un crecimiento exponencial de forma repentina desde 2013, y en el municipio de Barbacoas desde el 2014. Este municipio tiene una solicitud de 16,048 hectáreas para explotación aurífera. Se explica porque la demanda de oro aumenta al nivel mundial, y porque constituye una considerable y estable fuente de ingresos para las organizaciones ilegales, en comparación con la versatilidad y los riesgos de la producción de coca. Además, el informe explica como la minería representa una forma de lavado de dinero fácil y rentable. Así, las explotaciones minerías tanto legales como ilegales se están implementando especialmente en las mismas regiones en las que las redes de narcotraficantes han establecido sus cultivos de coca y los laboratorios para el procesamiento de la droga. Se explica por la proximidad con los puertos de la costa, la baja presencia del Estado, la corrupción del sector público y sus nexos con el paramilitarismo. Así, “la guerrilla, los exparamilitares y las bandas criminales han infiltrado empresas y alcaldías para tener el control de la explotación de todo tipo de metales preciosos”.

La solicitud de título de minería en Barbacoas causa afectaciones culturales y medioambientales muy graves en los territorios colectivos afrodescendientes. El grupo étnico más grande del municipio son los afrocolombianos con un 78.5%, seguido de los indígenas con 15.1%. Para esas comunidades, la tierra es el espacio de reproducción de sus lógicas sociales, culturales y de su concepción no capitalista de la economía. El territorio permite cohesionar un grupo. La idea de comunidad negra del Pacífico nariñense con cultura, identidad, prácticas y derechos específicos se construyó justamente en los años 1990, frente a los primeros proyectos de desarrollo de la costa pacífica.

Los conflictos en territorios mineros se pueden simplificar como la amenaza que sobre los sitios sagrados ejerce la minería, tanto en la fase de exploración como en la de explotación, la desintegración cultural, la pérdida irreversible de conocimientos tradicionales y la presencia de grupos armados legales e ilegales que puede llegar a tener como consecuencia el desplazamiento forzado. En Barbacoas, el mayor número de acciones han sido efectuadas por actores paramilitares que se han encargado de sembrar el terror entre grupos indígenas y afrodescendientes a quienes han direccionado acciones de desplazamiento forzado, masacres y asesinatos selectivos.

Además, las solicitudes de títulos de minerías afectan los ecosistemas de los territorios, provocando un gran daño de sus recursos hídricos y una alta contaminación de los ríos. Al nivel nacional, más de 2.000 hectáreas de bosques y vegetación son deforestadas cada mes en Colombia por cuenta de la explotación minera de oro a cielo abierto, que se está llevando a cabo en 17 de los 32 departamentos del país.

Frente a esta situación, es relevante identificar cuál es el interés de los inversionistas de las solicitudes mineras para explotación aurífera en Barbacoas. Las dificultades son altas, debido a la presencia de todos los actores del conflicto armado, al cual se añade el conflicto con las comunidades. Sin embargo, el texto explica como los actores armados usan empresas legales para controlar la explotación de todo tipo de metales preciosos.

A lo largo del artículo se desprende la problemática de la propiedad de la tierra en Colombia. La falta de claridad sobre la propiedad de varias porciones del territorio permite que personas pertenecientes a la clase política y con intereses comerciales se apropien de territorios pertenecientes a otras comunidades. Así, la política de atribución de títulos de minería va en contravía de las políticas del gobierno nacional ya que por una parte superpone los intereses de quienes desean explotar recursos auríferos e ignora el detrimento de la calidad de vida de las comunidades afrodescendientes que tienen titularidad sobre estos territorios. A pesar de los acuerdos de la Habana, el problema de la propiedad de tierra subiste y asegura la persistencia de la razón principal del conflicto colombiano. Para lograr la paz al nivel nacional, es más que nunca esencial recordar la situación específica de cada región en el escenario del postconflicto y diseñar políticas coherentes al nivel nacional y regional.

Por Alice Brogat (Segunda publicación de cuatro artículos sobre zonas de copamiento por parte de organizaciones al margen de la ley en antiguos territorios de dominio de las Farc. Espere el siguiente el próximo viernes).

Le puede interesar:

Violencia y disputa territorial: los desafíos para la paz

Buenaventura: corredores estratégicos entre la legalidad y la ilegalidad

A continuación pueden leer completa la investigación: AFECTACIONES EN LOS TERRITORIOS COLECTIVOS DE AFRODESCENDIENTES POR LA SOLICITUD DE TÍTULOS MINEROS EN BARBACOAS (NARIÑO) ENTRE 2011 Y 2015.

Realizada por:
Julián Herrera Millán.
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia.
Observatorio del Conflicto Armado y del Posconflicto –OCAP-.
Corporación Nuevo Arco Iris.