La intervención del Espacio Construcción de Paz Montes de María, a través de su escuela Montemariana de Paz, Reconciliación y Convivencia, que involucra hasta hoy 14 de los 15 municipios, con una participación del 60 % de sus veredas y corregimientos, deja al descubierto que después de más de 15 años de intervención de la cooperación nacional e internacional, a través de operadores privados, u ONGs, existen incertidumbres y preguntas sin respuestas de cara a la implementación de los acuerdos de paz de La Habana.
Las encuestas y cuestionarios aplicados por la Escuela indican que la situación socioeconómica de las veredas y corregimientos de esa otra Montes de María, la más Rural, la que poco se visita, sigue siendo de miseria y pobreza y de muchas cosas por hacer. En lo que coinciden los participantes en la escuela, dando respuestas a los resultados, es la consideración que hay “acción con daño”, lo que se evidencia en la poca capacidad sociopolítica y socioeconómica instalada, producto de las metodologías de intervención excluyentes, ejecutadas pensando más en resultados mediáticos, medidos en extensos libros o informes, listados de asistencia y fotos, que en construcción de procesos sociales.
Se ha evidenciado entre los líderes y lideresas de los grupos asistentes a las Escuelas Montemarianas, ciertos eventos que muestran la existencia de una crisis en dichos liderazgos, los celos, desconfianzas, la falta de verdaderos afectos, una especie de marca de territorios entre los líderes, producto de las metodologías de intervención de los operadores u ONGs que afectan el buen ejercicio del liderazgo. En algunos casos es evidente que los líderes tienen conocimiento sobre lo que lideran pero no tienen conocimiento de cómo liderar.
En múltiples ocasiones se observa que el discurso de los líderes es mediático y está enfocado a exigir soluciones individuales, o puntuales, más que proponer y solucionar problemas estructurales. Se hace notorio y explícito el temor al cambio entre estos líderes, lo que genera que dichos liderazgos siempre sean los mismos, y no se da la oportunidad a nuevos líderes, quienes acaban parados en la premisa del “es mejor malo conocido que bueno por conocer”. Todo lo anterior genera que en ocasiones las dificultades de liderazgo se vuelvan problemas personales y se generen conflictos entre los miembros del grupo.
Las encuesta y cuestionarios aplicados en el marco de la escuela, indican que el 70 % de las personas aptas para laborar y generar empleo e ingresos, en los Montes de María, no tienen acceso a la tierra, quienes la poseen faltan en la formalización o están en litigio por abandono o despojo, y es que la política equivocada del centralismo gubernamental, pensada y ejecutada de forma clientelar y corrupta, por quienes manejan la implementación de dichas políticas, llevan 6 años de retraso entre las convocatorias realizadas para la dotación de tierra y los predios adquiridos para cumplir con el resultado de dichas convocatorias.
De otra parte, frente a la alta proporción del despojo y abandono de tierras, los procesos transcurren de manera lenta y caracterizados por resolver casos de pequeños predios, sobre todo los adquiridos por INCORA que fueron negociados entre campesinos sin ningún piso jurídico, fallándose casi siempre en favor del que abandonó o vendió el predio y mantuvo su titularidad jurídica como propietario, sin importar la existencia de segundos o terceros tenedores, que produjeron mejoras que hay que evaluar y resarcir al tenedor o poseedor, con lo cual se ha creado un clima de tensión y conflicto entre unos y otros, que cada día crece. Pero en el caso de los grandes predios que fueron productos del englobe de pequeños y medianos predios, despojados, abandonados o usurpados por nuevos dueños, sus trámites han sido más lentos, incluso poco se han movido en los estrados judiciales en el marco de la Ley 1448.
En los diálogos que se desarrollaron en los talleres de la Escuela, se ha encontrado claridad en que en las negociaciones y acuerdos de La Habana no se hablaría de cambios en el modelo económico Estatal o de reformas estructurales, la aprobación del congreso y ratificación, por parte de la Corte Constitucional de la Ley ZIRES, así lo indican, sólo se introducirían reformas en lo relacionado con los sistemas productivos, y una que otra inclusión menor, así se refleja en el Congreso de la República de allí que existen reservas en la población de Montes de María sobre la implementación de una Reforma Rural estructural que conlleve a modelos de economía solidaria, equitativa e incluyente.
Finalmente al averiguar sobre el conocimiento de las comunidades con respecto a qué es el Acuerdo de Paz y la nueva estructura del Estado para la Implementación de los acuerdos, se evidencia que la otra Montes de María sabe muy poco acerca de qué son o para qué sirven los acuerdos y el 95 $ lo conoce por la televisión, la radio y prensa escrita, lo que indica que el conocimiento es sesgado.
Se plantea la importancia de una circunscripción especial de paz, pero en expresión de un campesino es difícil, ‘‘Como van las cosas serán los mismos con las mismas los que lleguen a las curules’’, porque la crisis de liderazgos permite algo que en política no se puede aceptar, dividir antes que sumar, nosotros nos peleamos, mientras las maquinarias politiqueras y la plata que manejan sus líderes de turno, prestan nombres de organizaciones y sus líderes, para hacerse elegir y representar en cuerpo ajeno.
Por José Macareno Acosta