Un llamado de sensatez contra la violencia y por el futuro de la paz

Ante los últimos hechos violentos registrados en el país, que desestabilizan la confianza en la paz y aumentan la percepción de inseguridad ciudadana, hacemos un llamado a la sensatez por parte del ELN para que anuncie su disposición de continuar con el cese al fuego bilateral y así mismo al Gobierno Nacional a persistir en la salida negociada a este conflicto y no condenar al país a una violencia indeterminada en el tiempo.

Contextualicemos, por un lado el asesinato continuado y sistemático de líderes sociales, que en los últimos días cobró la vida de Temistocles Machado (Ver Asesinan a líder social de Buenaventura) , apreciado dirigente cívico de Buenaventura y vocero del comité de paro en el puerto del Pacífico y que eleva esta estadística a 7 líderes asesinados en lo que va corrido del mes de enero, indica el estado de indefensión y vulnerabilidad en que se encuentran los voceros de las organizaciones sociales, de DD.HH y reclamantes de tierras en los territorios, ante la arremetida de estructuras armadas sicariales programadas para sembrar el terror paramilitar mediante asesinatos selectivos en las regiones en las que con mayor fuerza las comunidades le han apostado a la paz, la reconciliación y la ampliación de los mecanismos de participación democrática.

De otro lado la persecución, estigmatización y asesinato del que vienen siendo víctimas los excombatientes de las FARC o los militantes del nuevo partido político surgido de los acuerdos de La Habana son otros hechos alarmantes, que de paso pone en duda la eficacia del decreto 895 de 2017 “por el cual se crea el sistema integral de garantías de seguridad para el ejercicio de la política”, expedido por el presidente Santos para brindar garantías de seguridad a las comunidades y a los integrantes de las FARC en proceso de reincorporación plena a la vida civil.

En tercer lugar la ruptura del cese al fuego bilateral entre el ELN y el Gobierno Nacional, después del 09 de enero, ha generado graves hechos de violencia de lado y lado de la mesa de Quito, como los atentados a la infraestructura petrolera y los ataques a miembros del Ejército Nacional en la región de Arauca y el Catatumbo por parte del ELN (Ver Desde fin del cese del fuego, ELN ha perpetrado más de diez atentados, según el Ministerio de Defensa). A la vez en el mismo lapso el Ejército Nacional ha desarrollo operaciones en contra del ELN, en los que han perdido la vida insurgentes de esta guerrilla en el nordeste Antioqueño, Casanare y Arauca (1*), a lo que se le suma las denuncias de muerte de civiles, como los indígenas asesinados en el departamento de Arauca(2*), por parte de unidades militares, en confusos hechos, sobre los cuales las comunidades indígenas han denunciado que se trató de asesinatos extrajudiciales cometidos contra miembros de su comunidad o el reciente asesinato de un guardia indígena de la comunidad Embera, en la vía Medellín Quibdó (Ver ONIC denuncia asesinato de guardia indígena por parte del Ejército).

Por último los graves atentados este fin de semana, con explosivos de alto poder, sucedidos en Barranquilla, Soledad y Santa Rosa del Sur en el departamento de Bolívar, que dejó el saldo trágico de 7 policías muertos y varios heridos, hechos sobre los cuales hasta el momento no es claro quién es el autor, pues en principio fuentes de la policía señalaron como responsables a bandas criminales “en retaliación a la captura de alias Happy”, o como una acción distractora para asaltar un carro de valores (…) en el que perdieron la vida dos (2) guardias de seguridad” (Ver “Atentado es una retaliación”) o la última hipótesis en el sentido que el responsable es “el frente urbano nacional del ELN” (Hipótesis que al día de hoy coge más fuerza a partir de las investigaciones y declaraciones del Gobierno Nacional).

Pues es muy grave que estos sucesos han desembocado en el anuncio del presidente Juan Manuel Santos en el día de ayer de “suspender la instalación del quinto ciclo de conversaciones que estaba prevista para los próximos días, hasta que no vea coherencia por parte del ELN entre sus palabras y sus acciones”; como respuesta a las últimas acciones violentas atribuidas a esta insurgencia, así como la orden a las fuerzas militares de incrementar los operativos para golpear las estructuras de esta organización guerrillera en las áreas donde hacen presencia, aplicando la doctrina RABIN: “se combate el terrorismo con toda contundencia como si no hubiese negociación de paz, y se negocia como si no hubiese terrorismo” (Ver Presidente Santos suspende diálogos de paz con el Eln). Todo lo anterior en medio de una campaña electoral tremendamente polarizada y en donde sin duda hay sectores políticos de derecha, interesados en posicionar el discurso del miedo y la mano dura, al más puro estilo de la nefasta política de la “Seguridad Democrática” como única salida para enfrentar la violencia en el país.

La experiencia nos señala que construir la paz requiere constancia, racionalidad y grandeza en los momentos difíciles, tal como se evidenció en el proceso de paz con las FARC, en el que hubo momentos de crisis que amenazaron su continuidad, sin embargo se mantuvo vigente el mecanismo de negociación, por encima de las perturbaciones propias del conflicto, por lo tanto y ante el peligro que corre la consolidación de la paz, por cuenta del posicionamiento de la retórica del odio y el miedo como arma, desde la Corporación Nuevo Arco Iris, hacemos un llamamiento a rodear la paz como bien supremo de los Colombianos, pedir al ELN escuchar el clamor de la ciudadanía de pactar un nuevo cese al fuego bilateral y al gobierno nacional profundizar las medidas que permitan la implementación medular del acuerdo de paz, en especial, garantizar la protección de las organizaciones defensoras de derechos humanos y la preservación de la vida de los líderes sociales y reclamantes de tierras así como los integrantes del nuevo movimiento político FARC.

CORPORACIÓN NUEVO ARCO IRIS

(1) Combate entre ELN, Policía y Ejército, en Antioquia deja 5 guerrilleros muertos, dos heridos y cuatro capturados.
(2) Dos hermanos, integrantes de la comunidad indígena Julieros, del Pueblo Betoy del municipio de Tame, murieron en confusos hechos tras enfrentamientos entre el Ejército y el ELN en zona rural de Tame.