Un mes de paro y resistencia callejera: fotoreportaje.

Por: AMA

Va un mes de paro nacional y las conquistas han sido varias: se cayó la reforma tributaria, el Ministro de Hacienda y otros funcionarios del alto gobierno. El estallido social que vivimos es fruto de un acumulado de descontento que comenzó a aflorar con el proceso de paz, el 21N y la lucha juvenil contra la brutalidad policial y el sino del no futuro. Hoy es la juventud sin las consignas y movimientos tradicionales la que sostiene el paro y lo renuevan con diferentes repertorios. Fraguan en la calle el pueblo que viene: libre de la tiranía uribista de 15 años y de todo autoritarismo disfrazado de orden y normalidad. Libres, ante todo, del miedo. Por eso es que el paro continúa.

«El amarillo ya no es, el azúl se lo comió un pájaro, en el rojo vivimos hace tiempo».
La primera línea.
Los gases lacrimógenos vencidos han generado desmayos, vómito y dificultad para respirar.
El 28A empezó un ciclo de movilización que inundó las calles con multitudes indignadas conta el gobierno Duque y su política autoritaria.
Multitudes proliferando en cada movilización. La resistencia la encarna la juventud rebelde.
Sin importar la pandemia y el confinamiento en las calles el mensaje fue claro: el virus es otro.
Las paredes se llenaron de consignas: «Quieren las paredes limpias, pero el suelo está lleno de sangre».
La cifra de los 6402 falsos positivos ha estado presente en las movilizaciones y no son solo una cifra: prohibido olvidar.
Las paredes han sido el espacio de denuncia contra el asesinato de los jóvenes en las calles.
El partido político nacido del acuerdo de paz, Comunes, antes FARC, movilizándose desde el 28A.
La primera línea, 28M.
El arte ha estado presente en cada movilización desde diferentes expresiones.
Los músicos también han salido a la calle a manifestarse y a acompañar las marchas con sus instrumentos.
Performance de los estudiantes de Teatro de la U de A en el Parque de la Resistencia.
Estudiantes de Artes en pie de lucha.
La bandera de Colombia ha sido el símbolo de una lucha multitudinaria que ningún partido o movimiento hegemoniza.
Barricadas y bloqueos: la legítima defensa de un pueblo contra policías y civiles armados.
Llegada de la marcha del 28M al Estadio Atanasio Girardot, Medellín.
Detenciones masivas e ilegales en varias ciudades por parte de la Policía.
Homenaje de un niño a la Primera Línea.
Acompañamiento de la Minga a finales de Abril.
La Batucada y sus tambores también se ha hecho sentir en las calles de Colombia.
Los que llaman «vándalos» ayudando a los carros a que se desviaran su ruta para no quedar en medio de la confrontación con la policía.
La gaseada, una escena que se repite en cada movilización.
!Si el presente es lucha, el futuro es nuestro!