Por Carlos Orlas

Con la presencia de representantes del Instituto Popular de Capacitación (IPC), la Asociación de Familiares de detenidos desaparecidos ASFADES, Reiniciar (que agrupa a las víctimas del genocidio contra la UP), el Movimiento Cívico del Oriente Antioqueño, Mesa LGBT de la Comuna 8, Derechos Humanos de la CUT y la Corporación Nuevo Arco Iris, todas como sujetos de reparación colectiva, nos reunimos el 5 de agosto en la ciudad de Medellín con el fin de compartir experiencias en el marco del proceso de reparación colectiva y las relaciones con la Unidad para la Atención y la Reparación Integral de las Víctimas (UARIV). En general, las personas participantes manifestaron su desazón con el modelo de reparación del que han sido sujetos, por varias razones:

1. No repara de manera integral a estas organizaciones como sujetos políticos, sin considerar su carácter histórico, político y organizativo. Se sienten sometidas a un modelo de reparación exprés que no logra restituir los derechos perdidos ni mucho menos aportar verdad, ni justicia, ni garantías de no repetición.

2. La UARIV, mediante terceros u operadores, gasta más del 70 por ciento del dinero de la reparación. Es decir, los operadores, mediante eventos y la logística, se llevan la mayor cantidad del dinero, dejando a las organizaciones como meros sujetos pasivos-receptores de la limosna estatal.

3. Ninguna de estas organizaciones, con historia y trabajo en los territorios, ha sido fortalecida y resarcida en sus derechos de manera integral. Ellas mismas han tenido que resistir y mantenerse vivas con el esfuerzo propio. Algunas, como es el caso de la CNAI, han sido revictimizadas con el asalto a su sede con cuantiosos daños materiales y el robo de sus equipos y discos duros.

En este encuentro se expresó un descontento general frente a un modelo de reparación que desconoce los criterios del sistema internacional de los derechos humanos, y que pisotea la dignidad de las mismas víctimas. Estas más que dinero buscan justicia, condiciones para continuar con su trabajo y garantías de que no van a ser revictimizadas.

Estas organizaciones, más que ser la voz de todas las que están en este proceso, buscan aportar su experiencia e incluso sistematizar la de las cerca de 43 organizaciones sujeto de reparación colectiva en todo Antioquia. Labor liderada por el IPC con un trabajo adelantado sobre varias organizaciones, y que busca evidenciar un patrón de reparación que no es integral ni satisface las necesidades de las organizaciones. Al contrario, en muchos casos, termina entorpeciéndolas y enredándolas con trámites burocráticos.

Con el fin de conocer el proceso de sistematización que sobre 22 organizaciones ha desarrollado el IPC y buscar la ampliación del mismo a otras organizaciones, se acuerda un segundo encuentro para el 19 de agosto del presente año. La idea es no dejar pisotear por este gobierno de turno ni la memoria, ni la dignidad, ni el espíritu crítico de estas organizaciones.