Por Walter Aldana
Dos sucesos acaecidos este mes involucran nuestro Cauca. Por un lado, la publicación por parte de la revista Cambio y noticias Uno tv, con relación a unos audios que involucran al general Herrera (excomandante de la sexta división del ejército nacional), donde se entiende claramente una alianza con sectores del narcotráfico (el grupo ilegal los Pocillos) para «combatir» a las disidencias que se autodenominan Farc en nuestro territorio.
De otra parte, según el periódico virtual.com del 15 de febrero de 2022 y sustentado en una información de BLU radio, el ex general retirado Leonardo Alfonso Barrero Gordillo, excandidato por el partido Centro Democrático a la gobernación del Cauca, acaba de ser vinculado a una investigación: según “un informe reservado de 663 páginas en el que la Fiscalía señala al general (r) Leonardo Alfonso Barrero Gordillo, excomandante de las Fuerzas Militares, como alias ‘El Padrino’, uno de los militares que presuntamente haría parte de la organización narcotraficante La Cordillera, que delinque en Nariño para el Clan del Golfo”
Así como el silencio es el seguro de vida de los habitantes de veredas y corregimientos en los municipios, guardar prudente distancia sobre el tema se ha convertido en la constante de los comunicadores regionales. No es de poco calado, el riesgo en un país donde la opinión seria y alternativa es perseguida, se entiende tal comportamiento.
Y es por ello que me atrevo a iniciar una reflexión que tiene que ver con la ética pública; reconocer que políticas y actuaciones de funcionarios estatales deben estar abiertas a la revisión de la comunidad, así mismo es necesario que se den las garantías para que esa evaluación la haga la sociedad y los medios de comunicación, ello fortalece su gobernabilidad en un país democrático; de lo ¿contrario cómo rodear a instituciones que hacen parte de la defensa del país, cómo en el tema en cuestión, al ejército nacional?
«Todos lo sabíamos”, me decía un taxista, refiriéndose al caso de los dos militares, y estas expresiones dejan de ser especulaciones, cuando con valor patriótico, alguien se atreve a denunciar (en este caso la revista y el noticiero), con pruebas (audios e investigaciones), con resultado inmediato (retiro del cargo de Herrera quien en la actualidad se desempeñaba como comandante en Florencia Caquetá).
¿Y cómo la suspicacia es propia del ser colombiano? Eso explicaría por qué, aunque tenemos más de ocho mil efectivos de la fuerza pública desplegados en el departamento, pasan como Pedro por su casa precursores químicos, dinero para comprar la droga y grupos armados que hacen masacres, asesinatos selectivos, hostigamientos a la policía, a los y las defensoras de derechos humanos, así como a líderes sociales.
Bueno es recordar que en la publicidad del candidato a la gobernación decía: que “El Cauca tiene por quien votar. El general Leonardo Barrero cuenta con la experiencia y tiene los resultados”.