Por Albeiro Caro Fernández – Coordinador Nacional – Equipo Gestor Territorial.
Hoy, Nuevo Arco Iris repotencia un sueño: la construcción de un Centro de Desarrollo Productivo con dinámicas socioeconómicas en siete regiones que se ubican en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Nariño, Risaralda, Sucre, Valle-Cauca y Bogotá.
En su trayectoria de incidencia social, la Corporación ha incursionado en procesos socio-productivos de organizaciones de base y en las dinámicas de su entorno territorial. Ha desempeñado roles de asesoría, acompañamiento, diseño, capacitación, investigación, comunicación y promoción de capacidades de organizaciones y comunidades, con base en el reconocimiento, cada vez más consciente, del protagonismo de los actores sociales, económicos, culturales y ambientales como sujetos de cambio para un mejor vivir.
Esas incursiones han dejado, aparte de la concreción de una metodología, de experiencias y construcciones, una lección central: es necesario garantizar la continuidad de los procesos de acompañamiento a las iniciativas productivas e identificar y contribuir a fortalecer los lazos territoriales de las comunidades de donde nacen esas iniciativas. Han mostrado lo valioso que es para las personas y sus dinámicas productivas el poder contar con un espacio permanente de actualización de conocimientos, saberes y alianzas; un espacio donde poder identificar las lecciones aprendidas, los aspectos a mejorar, las buenas prácticas y lo que se debe potenciar en la construcción y fortalecimiento socio-empresarial, así como en la promoción del desarrollo de los territorios desde donde participan.
Desde su génesis, la promoción del desarrollo social y productivo constituye un pilar en la incidencia de la Corporación Nuevo Arco Iris, precisamente, como entidad no gubernamental formada para el acompañamiento de la población del entorno de la Corriente de Renovación Socialista, de sus familias y de su contexto territorial. Esto ocurre en el proceso de reorganización de su vida socioeconómica, política, cultural y ambiental de personas, familias y comunidades, con base en el Acuerdo de Paz suscrito con el Gobierno Nacional en 1994. Posteriormente, y a lo largo de más de 25 años, la Corporación, sus asociados y comunidades territoriales han pasado por diversas etapas vivenciales, experienciales, de logros, discontinuidades y conflictos que han influido en sus métodos de incidencia socio-económica, así como de articulación de iniciativas sociales.
En la actualidad, Nuevo Arco Iris, luego de ser reconocida como sujeto de reparación colectiva en 2014, por su condición de entidad víctima del conflicto armado, emprende la ruta de la reparación entendiendo que la mejor manera de asumirla consiste en el reforzamiento de su carácter de centro de pensamiento y acción social para dar cumplimiento a su misión institucional y re-desplegar sus programas en el territorio nacional. Para lograrlo, desde el Programa Territorio, Paz y Desarrollo, se retoma la idea de construir un Centro de Desarrollo Productivo y se inicia su impulso en siete regiones del país, con personas y comunidades que han sido acompañadas por la Corporación en el proceso de materialización de sus iniciativas productivas.
El propósito del artículo es mostrar las perspectivas del modelo de Centros de Desarrollo Productivo, actualmente en dinámica de implementación en las siete regiones mencionadas, recogiendo lecciones aprendidas desde la trayectoria corporativa.
Breve descripción del proceso adelantado en el contexto nacional
Nuevo Arco Iris surge en abril de 1996 con un alto componente empresarial. Primero, en relación con el apoyo y acompañamiento a proyectos productivos de la población de exintegrantes de la CRS que se reinsertaron a la vida civil y el diseño e implementación de proyectos de apoyo a viudas y huérfanos de dicho entorno en los territorios de Sucre, Bolívar, Atlántico, Antioquia, Eje Cafetero, Valle del Cauca, Nariño, Santander del Norte, Santander del Sur y Bogotá.
También, en su primer período incursionó como proveedora de recursos financieros para el apalancamiento de actividades productivas y comerciales, como las Canastas Alimentarias Locales – CALÓ, con apoyo de IEPALA de España, con tres establecimientos de comercio en Bogotá y un servicio de transporte y de abastecimiento de productos básicos.
Posteriormente, a finales de la década del 90, avanzó en el diseño e implementación de contratos de mandato sin representación legal con el Fondo Nacional de Garantías-FNG, como figura de acción social afirmativa para avalar los créditos de dicha población y facilitar su otorgamiento para fortalecer sus iniciativas productivas, por parte de entidades como Actuar Microempresas, el Programa Contigo del Minuto de Dios, Fundaempresa, Colsubsidio y otras.
Luego, en 1999, desarrolló la experiencia de promoción del desarrollo local, desde el fortalecimiento de la economía popular. Al respecto, se apoyaron iniciativas productivas regionales en Bolívar, Sucre, Antioquia, Bogotá, Bucaramanga y Cúcuta y se promovieron relaciones con asociaciones empresariales en el Eje Cafetero, en el marco de la reconstrucción frente al desastre provocado por el terremoto. En esa etapa, la CNAI pretendió insertarse, sin grandes logros, dentro de los eslabones de la cadena productiva como actor empresarial. Parte de las restricciones estaban en la lógica de toma de decisiones corporativas.
De estas experiencias, se destacan la desarrollada en Cartagena, donde se incursionó en la dinámica de comercialización de productos básicos, con acompañamiento del SENA dejando aprendizajes y énfasis en procesos de relacionamiento con la Cámara de Comercio, la Gobernación de Bolívar, la Alcaldía de Cartagena e inserción en procesos de emprendimiento cultural de la ciudad.
En Sucre, se participó en procesos de comercialización de yuca para producción de concentrados, a través del acompañamiento a los productores, la constitución de una empresa unipersonal y el aporte de recursos para la concreción de la Asociación Nacional de Productores y Procesadores de Yuca –ANPPY-. Este proceso duró tres años y se interrumpió debido a medidas de descapitalización, a partir de decisiones del ámbito nacional.
También, en Bucaramanga, Nuevo Arco Iris hizo alianzas con empresarios de productos innovadores, en el marco de la Incubadora de Empresas de base tecnológica, Bucaramanga Emprendedora, liderada por la Universidad Industrial de Santander. No obstante haber logrado realizar inversiones y asociaciones fructíferas, el equipo asignado por parte de la corporación en la ciudad terminó abandonando el proceso, por motivos de desconocimiento e inexperiencia en el manejo de la participación en juntas directivas y fondos de capital de riesgo.
En Cúcuta, a la par con las experiencias en los procesos de construcción de vivienda, que fueron exitosos a través de la Federación de Vivienda – Unavida, coexistieron experiencias de leasing social mediante el arrendamiento de carros para la venta de comidas rápidas en el espacio público para 25 comerciantes callejeros, con base en lo cual se hicieron alianzas con grandes salsamentarías de la ciudad. Veinte años después, este modelo es empleado por el Instituto para la Economía Social-IPES y la Secretaría de Desarrollo Económico del Distrito, sin que ello quiera decir que conocieron la experiencia de la Corporación o que se esté implementando en la comercialización de cárnicos. El mensaje se refiere a la valoración de haberse atrevido a innovar en formas de apoyo social a la economía popular y a promover microcadenas productivas en la dinámica territorial para encontrar alternativas de generación de ingresos y empleo. Aquello permitió consolidar relaciones con población empresarial de los sectores de cárnicos, animar procesos de fortalecimiento socio-productivo e impulsar ejercicios de trabajo decente.
En Medellín, se contó con el supermercado en la Plaza de Campo Valdés, para distribución de artículos de la canasta familiar a negocios de tienda y hogares de ICBF con mecanismos de suministro de créditos. En ello, se evidenció el vacío de no contar con una empresa recaudadora de cartera, lo que hubiera permitido garantizar su consolidación, sin consumir la inversión.
De igual forma, en Bogotá se hicieron alianzas con Asometal, la Asociación de Empresarios del Metal, localizada en el Barrio Carvajal de Kennedy y se otorgaron créditos a empresarios para inversión en proyectos de sustitución de importaciones; se llevaron a cabo experiencias de financiamiento de la producción de elementos de la cadena automotriz para la exportación. Sin embargo, este ejercicio no tuvo continuidad, dado que la Corporación no era un ente financiero, con las limitaciones que plantea el no contar con instrumentos especializados y con la autonomía requerida para desarrollar estas actividades.
Otra experiencia nacional es la incursión en Bogotá de Nuevo Arco Iris en el sector turístico, con la compra del Hotel Casa Santa Mónica. La operación fue entregada en arriendo a una persona experta en hotelería, quien actuó como gerente liquidador cuando, posteriormente, una obra pública del Distrito bloqueó la zona y obligó al cierre. Al perderse los accesos de huéspedes, durante más de dos años, la infraestructura del hotel fue puesta en venta conservando la razón social.
El contexto sociopolítico y los perfiles de la dirección corporativa del período 2002 a 2013 marcaron un rumbo que posicionó la investigación relacionada con temas del conflicto armado. Este énfasis invisibilizó otras dinámicas corporativas; especialmente, la proyección empresarial y los temas relacionados con el acompañamiento a grupos humanos y comunidades en la materialización de los derechos económicos, sociales y culturales – DESC-, roles que corresponden a la naturaleza y perfil de los asociados en las regiones, como expresión de su quehacer histórico, en el ámbito del liderazgo social.
Sin embargo, la Corporación mantuvo su labor de acompañamiento en temas menos mediáticos y “taquilleros” en dinámicas territoriales de promoción de la convivencia, la participación ciudadana y el emprendimiento, como manera de acompañarlas en procesos de inclusión, de concertación y goce efectivo de derechos. Al respecto, se tuvo fuerte incidencia en ejercicios de consultoría con el Ministerio de Agricultura, en proyectos de implementación de las alianzas productivas.
En esta óptica, se recogen enseñanzas de trabajo conjunto con entidades como la Fundación Restrepo Barco, la Fundación Social y Julio Mario Santodomingo, en el marco de proyectos de acogida en Bogotá, a población víctima de la violencia, con el auspicio de la Unión Europea. Se afianzan el rol de entidad promotora y acompañante de procesos para el desarrollo de capacidades de las organizaciones sociales y comunidades.
La Corporación inicia en el año 2010, mediante convenios con la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico y la Alcaldía Local de La Candelaria, en Bogotá, el acompañamiento e impulso a formas organizativas de empresarios y empresarias del sector del turismo; fortalece o promueve asociaciones que confluyen en la creación del Clúster de Turismo de La Candelaria, concebido como un arreglo productivo territorial, en una dinámica de circuitos económicos y aprovechamiento de una Plataforma de Comercio Electrónico que sirve para visibilizar nacional e internacionalmente la actividad turística territorial, para contar con una agenda de desarrollo turístico diseñada de manera compartida y avanzar hacia la innovación en productos y paquetes turísticos, como concreción de múltiples encadenamientos productivos diseñados a partir del mundial juvenil de fútbol realizado en 2011 en Colombia.
En esta línea de acción se realizaron ejercicios de acompañamiento a procesos de reparación de 350 víctimas del conflicto armado en convenio con el IPES en Bogotá y luego, con el Ministerio del Trabajo, a 65 empresas de población víctima del conflicto armado en dinámicas de retorno, en siete regiones del país. También fueron acompañadas 240 mujeres en condición de vulnerabilidad socio-económica (algunas en ejercicio de prostitución) en ocho localidades de Bogotá.
Estas vivencias de la Corporación como parte del sector productivo, le han permitido durante los últimos doce años, acompañar procesos de emprendimiento o fortalecimiento de iniciativas productivas generadas desde la economía popular y, en su mayoría, desde poblaciones en situación de vulnerabilidad psicosocial y económica. Estos acompañamientos se han realizado en alianza con entidades estatales, con asociaciones empresariales privadas, agremiaciones de sectores económicos o con cooperación internacional.
Construcción en la actualidad de los CDPs y sus proyecciones
En la labor para materializar los Centros de Desarrollo Productivo, se ha conformado un equipo de gestores regionales, con el cual se busca socializar experiencias y saberes, en aras de continuar construyendo y mejorando los enfoques y metodologías de acompañamiento a iniciativas productivas que ha venido implementando la Corporación.
El enfoque pedagógico de aprendizaje colaborativo parte del auto-reconocimiento personal y grupal de experiencias, fortalezas y debilidades relacionadas con prácticas y costumbres de las y los emprendedores en su vida cotidiana; de la promoción del desarrollo de capacidades y del respeto por la autonomía de los actores socioeconómicos y de las comunidades participantes. Se fundamenta en la Andragogía (pedagogía para personas adultas). Acude a postulados del constructivismo (del diálogo de saberes, del mostrar y preguntar, del aprender haciendo y revisar lo hecho), de la pedagogía de Paulo Freire. Se nutre de las enseñanzas de la Investigación, Acción Participativa de Orlando Fals Borda, así como de los aportes de José Luís Coraggio en economía popular, del estado del arte de las disciplinas empresariales con enfoque multicultural y perspectiva de género y su concreción en los contextos territoriales. Todo esto, en un proceso de potenciación de la capacidad de resistencia y reexsitencia de las comunidades participantes desde sus territorios.
La metodología busca adaptarse a las particularidades de los contextos, de los sectores económicos y a los perfiles de las y los empresarios participantes en el CDP. Esto determina el rol facilitador, promotor y acompañante de los equipos gestores de la Corporación y les plantea la exigencia de ser animadores de procesos de construcción de tejido social y productivo. En cuanto a la forma de relacionarse con los y las empresarias, se enfatizarán en dos aspectos del acompañamiento en la primera etapa:
El primero, se refiere al intercambio de saberes y promoción de alianzas entre los participantes, el cual se desarrollará en torno a diez módulos que invitan a la reflexión sobre temas claves del desarrollo socio-empresarial y de los territorios donde tienen asiento estas iniciativas.
Módulos de Capacitación del CDP | |
Empresariales | Psicosociales |
Mercadeo | Derechos Económicos, sociales y culturales |
Logística y Operaciones | Comunicación |
Administración | Negociación y Gestión de Conflictos |
Finanzas | Trabajo Digno |
Gestión de Redes y Asociatividad | Gestión Ambiental |
El Plan de Negocio |
El segundo, será la promoción del comercio electrónico, utilizando para ellos una plataforma virtual, donde los y las empresarias podrán fortalecer el componente comercial de sus iniciativas productivas, gestionar redes y cadenas productivas, encontrar espacios de interacción educativa y comercial e iniciar procesos para fortalecer sus actividades empresariales en los diversos aspectos relacionados con la actividad logística, comercial, administrativa y financiera cumpliendo los requisitos, regulaciones y especificaciones de calidad y confiabilidad esperados por sus clientes.
El impulso a los CDPs, se llevará a cabo en dos fases. La primera, se inició el primero de noviembre y cierra el 31 de diciembre de 2021 y enfatizará en la conformación de los grupos participantes, en identificar sus características, así como potenciales y necesidades; de igual forma, se adelantará en un ejercicio piloto de funcionamiento de la plataforma de comercio electrónico y también se diseñarán diez módulos de capacitación.
La segunda fase, se iniciará en febrero del 2022 y se centrará en la consolidación de prácticas de comercio electrónico de los y las empresarias participantes, utilizando la plataforma de comercio electrónico diseñada respetando y entendiendo los perfiles, potencialidades, condiciones y expectativas de las personas participantes. También en esta fase se fortalecerá el acompañamiento con la utilización de los módulos de capacitación.
Actualmente se impulsan Centros de Desarrollo productivo en siete regiones del país: Sucre, Bolívar, Antioquia, Risaralda, Valle del Cauca, Nariño y Bogotá D.C.
En Bolívar. Se proyecta acompañar a dos asociaciones de pequeños productores agrícolas; tres puntos de acopio de pescadores afro de Cartagena y el Caribe; un club deportivo y recreativo, con proyección de emprendimiento social; tres unidades de Chambaculeras; además de empresarios y emprendedores de las áreas de ecoturismo en el circuito de los cuerpos de agua de Cartagena, de gastronomía y de la comercialización de productos básicos.
En Sucre. En los últimos años, el Capítulo ha adelantado procesos de acompañamiento a las organizaciones comunitarias en comercialización de productos agrícolas, piscícolas, artesanales, de conservación ambiental, turismo y otras, en el marco de la promoción de la Zona de Reserva Campesina de los Montes de María. Esta dinámica se ha enmarcado, en la gestión de proyectos basados en la estrategia gubernamental, “Construyendo Capacidades Empresariales Rurales, Confianza y Oportunidad, El campo Emprende”.
Dando continuidad a este proceso, el CDP Sucre acompañará el fortalecimiento de emprendimientos agrícolas, piscícolas, apícolas, ambientales, artesanales, así como de escuelas deportivas.
En Antioquia. Durante esta primera fase del CDP en Antioquia se fortalecerán dos iniciativas: La primera es Jabón Artesanal La Marcha. Este emprendimiento agrupa a veinte mujeres rurales que cultivan plantas aromáticas y medicinales para elaborar un jabón natural con todas las propiedades y beneficios en Godó, km 11, vía Dabeiba-Mutatá, Antioquia.
Y el segundo es COTEPAZ (Cooperativa Multiactiva Tejiendo Paz), que cuenta con 100 asociados. Tiene dos proyectos en desarrollo: Mercado de las Mujeres (Belén) y Taller de Motos (Bello), y en gestión se encuentra una Agencia de turismo con hostal y restaurante. Dentro de sus asociados cuenta con 35 mujeres cabeza de hogar.
En Risaralda. Desde el capítulo, integrantes de la Corporación han acompañado a grupos de víctimas de varios municipios en aspectos legales y tributarios, promoviendo la asociación y el emprendimiento para facilitar su acceso al goce efectivo de los derechos consagrados en la legislación de reparación a víctimas del conflicto armado.
En Valle del Cauca y Cauca. En la región comprendida entre los municipios de Cali a Popayán, pasando por Puerto Tejada, se articulan iniciativas agrícolas, de gastronomía ancestral, de procesamiento de productos derivados de frutos autóctonos, comercialización de confecciones, de turismo étnico en Buenaventura y de servicios ambientales. Esto fortalece la integración productiva de grupos asociativos de organizaciones sociales y comunitarias cuyas iniciativas han contado con el acompañamiento de los gobiernos territoriales y de cooperación internacional.
En Pasto, Nariño. En la Comuna Diez de Pasto, el Capítulo de Nuevo Arco Iris da continuidad al acompañamiento que históricamente ha realizado a las Juntas de Acción Comunal. Al respecto, asume la implementación del CDP como acción de promoción de economías comunitarias relacionadas con el impulso de iniciativas que faciliten el acceso a productos alimenticios, al desarrollo de espacios culturales para promover dinámicas de formación, promoción y fomento de organizaciones y/o comunidades, así como cambios en la “cultura del consumo”. Por tanto, desde la CNAI Nariño se concibe el CDP como espacio para el encuentro de iniciativas productivas que surgen en formas organizativas familiares, comunales y barriales.
En Bogotá D.C. Se retoma el acompañamiento a empresarios y empresarias vinculadas al sector turístico y se ubica como nodo la Plaza de la Concordia, situada en la Localidad de La Candelaria. Allí confluyen varios participantes del Clúster de Turismo y de las Asociaciones sectoriales que la Corporación contribuyó a construir y a fortalecer. Así mismo, se ha vinculado una empresa de comercialización de café y un emprendimiento de producción de cerveza de miel, liderado por dos mujeres que, junto con su proyecto, fortalecen programas de protección a polinizadores, externos a Bogotá. Actualmente, los emprendimientos que se acompañan pertenecen todos al sector de la gastronomía, pero se adelantan contactos con empresarios de los sectores de hospedaje, artesanías, guías turísticos y agencias de viajes.
Desde una perspectiva nacional, cabe resaltar que se han adelantado contactos con empresas y organizaciones socioeconómicas, culturales y ambientales quienes han formalizado sus manifestaciones de interés, han expresado sus inquietudes y expectativas. También, se ha invitado a las entidades e instituciones territoriales quienes, desde las gobernaciones, alcaldías, organismos de implementación de políticas públicas, Cámaras de Comercio, organizaciones académicas y programas de cooperación han exteriorizado su beneplácito por la iniciativa, han planteado recomendaciones y han abierto espacios de cooperación y complementación, en primera instancia, a partir del intercambio de información y exploración de escenarios para establecer rutas de articulación de iniciativas.
Al finalizar el año 2021 se podrá contar con los diseños de los módulos con fundamento en procesos de promoción de dinámicas de reflexión-acción, de carácter interactivo. Estos módulos se podrán implementar por regiones desde dinámicas presenciales, a través de talleres y ejercicios personalizados de acompañamiento. Así mismo, se tendrán diseños digitales para adelantar actividades de capacitación de manera asincrónica (con Plataforma Moodle) y de manera sincrónica, a través de talleres en línea previamente programados cuya duración no será superior a las dos horas. Eso permitirá que, a través del diseño del plan de negocio, cada organización pueda adelantar dinámicas de gestión por prioridades en sus diversos componentes socio empresariales y articular esfuerzos con otras organizaciones.
Así mismo, se habrá diseñado la Plataforma de Comercio Electrónico y se contará con un grupo pionero de empresas y componentes empresariales de las diversas organizaciones regionales, con su imagen corporativa y sus datos claves en la plataforma para iniciar el análisis de requerimientos de soporte, inducción y acompañamiento para iniciar actividades en 2022, luego de realizar los correspondientes ensayos pre-operativos.
De las reflexiones conjuntas realizadas en las diversas regiones, se puede concluir que la iniciativa CDP interpreta una necesidad sentida de las comunidades, más allá de la Corporación, a la vez que permite desplegar energías que estaban adormecidas o frenadas en sus iniciativas y potencialidades a raíz de las crisis vivida por la Corporación.