Por Luis Puche / Sociólogo
“Nosotros actuamos con el corazón, pero también empleamos la cabeza, y cuando combinamos las dos cosas así, somos sentipensantes”. Fals Borda.
Una polifonía de humanos y humanas recorre el país armonizando el multiverso étnico, pluricultural y biodiverso que lo compone, refleja en su andar la inclusión democrática seguida de un coro de voces multicolores que eleva su expresión política por un voto plural, gritando presente más allá de los asegunes que la condicionan, de los ningunos y las ningunas, los mayores y las mayoras que la acompañan haciendo visible lo invisible, a las víctimas y los victimarios, a los que todo lo tienen y los que no tienen nada, los que pueden y no pueden estudiar, ni trabajar, los que reprimen y los reprimidos, los corruptos y los honesto pero sobre todo, marchan más allá de los derecha, izquierda o centro.
Sin lugar a dudas, es la marcha triunfal de ciudadanos y ciudadanas en busca de un cambio real que rompa el paradigma perverso construido por las elites corruptas que terminaron “normalizando” en la sociedad la depredación de nuestro erario, el robo y la usurpación de la democracia puesta como un proceso legítimo, atrapando en sus fauces los bienes públicos como si fueran privados, estableciendo estereotipos históricos estales que han convertido el Estado en un Estado fallido, incapaz de garantizar la vida como el más elemental de los derechos sin lo cual ningún otro derecho humano es posible. La audiencia que camina va sembrando a su paso la esperanza de sentar por fin en el solio presidencial y vicepresidencial, el paradigma de la diversidad como nuevo prototipo.
Es por ello que negros, mulatos, raizales y palenqueros, hacen eco a las voces de nuestra Francia Negra y la Cha Dorina libertaria de San Basilio de Palenque, territorio de hijos ilustres como Antonio cervantes “Kid Pambele”, Batata el tamborero y Dionisio Miranda (qepd) líder político indiscutible de nuestra Colombia negra. Crece, crece, la audiencia.
Vienen del agua -mar, río-ciénaga, selva, llano, cordillera, páramo, humedal, corregimientos, veredas, municipios, ciudades, barrios, asentamientos, edificios, condominios, iglesias, colegios, universidades, oficinas, la calle, son la marcha de una democracia participativa que se cansó de esperar y se puso a caminar. La valentía de marchar juntos es quizás el reto principal de este sueño de soñadores y caminantes que hombro a hombro y codo a codo, pelean contra el miedo a ser estigmatizado como la primera línea, de ser asesinados o desaparecidos como los lideres sociales, de acallar sus voces por parte de los violentos, por defender el agua, la diversidad, los ecosistemas, o simplemente morir por pensar diferente, sentir diferente, actuar y vivir diferentes, con opciones sexuales diversas, con creencias religiosas disímiles, con libertades que rompen viejos estereotipos sin ofender ni humillar a nadie, solo ser lo que se es sabiendo como cita el gran uruguayo “Hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana”.
Y mañana es el 29 de mayo o quizás lo sea el 19 de junio, pero de allí no pasa, así que debemos seguir caminando, sumando, cantando en fiesta de alegría porque la oportunidad es histórica, no viene sellada por un pacto ni amarrada por un partido, es sin lugar a dudas el nudo gordiano más grande de nuestra historia republicana: campesinos, indígenas, afrocolombianos, niños, niñas, adultos mayores, jóvenes, adultos, hombres, mujeres, viudas, viudos, LGTBIQ, recicladores, feministas, desplazados, retornados, reinsertados, educadores, estudiantes, vendedores informales, consumidores de SPA y toda la población colombiana de sentipensantes marcha por un nuevo país gritando en su andar “Tu voto cuenta, súmate”.
Petro Presidente, Francia Márquez Vicepresidenta. Para marchar hay que saber caminar, además tener el coraje de hacerlo juntos y la valentía de atreverse a soñar distinto, pues todo orden social es construido o deconstruido por el sujeto, principio y fin de toda sociedad. Atrévete a votar por un nuevo orden.
Desde algún lugar del Caribe caminando sobre las olas del mar una tarde de abril de 2022.