Foto: tomada de psuv.org.ve
El próximo octubre se desarrollaran las elecciones presidenciales venezolanas, las cuales han cobrado mayor expectativa por la incertidumbre que plantea la salud del presidente Hugo Chávez y la existencia de una oposición que llega con mayores niveles de cohesión y un candidato que ha tratado de no agudizar la polarización, que ha marcado la política Venezolana en los últimos 14 años, quizás con el interés de atraer votantes de un Chavismo moderado.
En un reciente informe del International Crisis Group, cuyo resumen se puede consultar en su pagina: http://www.crisisgroup.org, se señala que sea cual sea los resultados de la contienda electoral, es evidente que hay una debilidad institucional y una violencia exacerbada, como temas preocupantes, que colocan el futuro de Venezuela en una perspectiva de pensar, bien sea desde una continuidad del proyecto Chavista o de un relevo de la oposición, en trabajar en un fortalecimiento de sus instituciones y la calidad de su desempeño y el apremiante reto de contener la violencia, en cuya dirección el Gobierno actual ha mostrado mayor iniciativa en los últimos meses al expedir medidas de mayor control sobre la circulación de armas de fuego y una actitud de mayor confrontación a la criminalidad organizada.
El tema que ha resultado mas inquietante en el transcurso del debate presidencial, es si las partes involucradas van a respetar los resultados finales, tema nada fácil y que no debería estar en cuestión, pero luego de un tiempo tan prolongado de los gobiernos de Hugo Chávez y la caracterizada polarización, y declaraciones desafortunadas de altos mandos militares, ha quedado la duda sobre el punto, a lo cual analistas han respondido que no hay lugar a que las Fuerzas Armadas Venezolanas, interfieran en el devenir de los resultados electorales y si bien no se descartan que hayan conatos de violencia, no se prevén que sean extendidos o de gran envergadura, en la medida en que las instituciones de seguridad y de manera particular las Fuerzas Armadas, van a ser garantes de la voluntad popular y de tramitar una transición pacifica en caso de que gane la oposición.
Es la primera vez desde que Hugo Chávez, asumió la presidencia en 1999, que no hay certeza sobre el resultado final, en todas las ocasiones anteriores el clima político, la dispersión de la oposición y la fuerza del candidato, daban siempre como seguro ganador a Chávez. En esta ocasión, la situación es un poco diferente, hay un ambiente de disputa, en el que el resultado puede ser favorable al Presidente o al joven candidato de la oposición, sobre este punto, el informe del ICG, afirma: “Al igual que Chávez, su joven contendiente, Henrique Capriles, nunca ha perdido una elección. Su moderación, muy alejada de las tácticas anteriores de la oposición, bien podría tener impacto entre los votantes aún indecisos o el voto independiente. Además, a pesar de que el espacio político durante los gobiernos de Chávez se ha estrechado, será difícil manipular el resultado de las elecciones en Venezuela. La oposición ha ganado anteriormente y en las últimas elecciones parlamentarias de 2010 su participación en la votación igualó a la del partido en el poder.”
Hay una valoración muy extendida en Venezuela, entre analistas y lideres políticos de todo el espectro, que no ven quiebres institucionales, lo cual es resaltado en el informe del ICG, quien sobre este punto afirma: “Chávez siempre ha adjudicado su legitimidad a las urnas y promete aceptar el resultado en octubre. Es probable que las autoridades electorales se resistan a ser manipuladas por el gobierno, más que otras instituciones”, punto importante, el de la fortaleza y autonomía del sistema electoral, que ha logrado desarrollos tecnológicos e institucionales que bien podrían recibir la afirmación de que es el sistema mas robusto de la región andina, lo cual a pesar de denuncias y señalamientos de manipulación por parte de la oposición, ha logrado pasar evaluaciones de expertos tanto de la OEA como de la Unión Europea, que han participado de la observación electoral y de conflictos sobre asuntos electorales, durante la era Chávez.
Es tal el impacto con que la figura del presidente Hugo Chávez a marcado la política Venezolana, que su situación particular de enfermedad a copado una parte muy importante del debate político, tanto por las posibilidades de que se pueda desempeñar en plenitud de facultades, como por la incertidumbre del relevo, sobre este asunto el informe señala: “Sin embargo, la enfermedad de Chávez lleva Venezuela hacia un terreno desconocido e impredecible. No solo está en juego su gobierno, sino también un modelo de estado que muchos venezolanos perciben como favorable para sus intereses. Un posible escenario consistiría en el intento, por parte del partido en el poder, de suprimir los resultados en caso éstos no les sean favorables, incluso recurriendo a la violencia y usándola como pretexto para retener el poder por medios extraordinarios. Otro posible escenario consistiría en retrasar la votación si es que la salud de Chávez se deteriora sensiblemente, utilizando con dicho fin al poder judicial, y de esa manera ganar tiempo para elegir un candidato sustituto. En cualquiera de estos dos escenarios, se podrían generar protestas de la oposición y entrar en confrontación abierta con los partidarios del gobierno.”
Ante un momento político tan importante es importante el informe recientemente presentado, que tiene la virtud de presentar un conjunto de recomendaciones, que reproducimos de manera integra.
Recomendaciones
Para reducir los peligrosos niveles de incertidumbre antes de la elección presidencial
Al Gobierno del Presidente Chávez, al Partido Socialista Unido de Venezuela y a las Fuerzas Armadas:
1. Comprometerse públicamente a respetar la Constitución, incluidas las disposiciones que rigen la forma en que se gobernaría Venezuela en el caso de que la enfermedad del presidente lo obligara a retirarse, así como el calendario y los resultados electorales.
2. Proporcionar información sobre la salud del presidente y su pronóstico.
3. Aclarar los procedimientos internos para determinar un nuevo líder del partido y candidato presidencial en el caso de que la salud del presidente así lo requiera.
4. Mantener la participación de Venezuela en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, incluido el reconocimiento de la competencia de la Comisión y Corte Interamericanas de Derechos Humanos, y comprometerse públicamente a observar las normas de la Carta Democrática Interamericana.
A las autoridades electorales (Consejo Nacional Electoral, CNE):
5. Difundir ampliamente las disposiciones de la ley electoral que rigen la forma en que los partidos políticos sustituyen a los candidatos (particularmente, los artículos 62 a64) y comprometerse a celebrar las elecciones el 7 de octubre de 2012.
A los socios regionales de Venezuela, en particular a los Gobiernos de Brasil y Colombia, y a los miembros de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y a los organismos regionales, particularmente a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR):
6. Comprometerse, de manera pública y privada, con el orden constitucional en Venezuela y exigirle al gobierno del Presidente Chávez y a la oposición liderada por Henrique Capriles que respeten la Constitución y los resultados electorales.
Para reducir la polarización y el riesgo de violencia
A los líderes políticos venezolanos, incluidos el Presidente Chávez y Henrique Capriles:
7. Evitar el uso de lenguaje divisivo e incendiario, en particular aquel que busque denigrar a los oponentes políticos; comprometerse pública, convincente y frecuentemente a renunciar a la violencia electoral en torno a las elecciones; hacer un llamado a sus partidarios para que se abstengan de ejercer violencia y vigilar que todos los candidatos puedan hacer su campaña en todo el país sin correr riesgo personal.
A las autoridades electorales:
8. Hacer cumplir la ley electoral, en particular las reglas que prohíben el uso de lenguaje divisivo e incendiario por parte de los políticos, incluyendo sanciones para los infractores.
Al Gobierno venezolano y a las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley:
9. Investigar y sancionar con eficacia a quienes cometan actos violentos.
Para equilibrar la competencia electoral y aumentar la posibilidad de tener elecciones libres y justas en octubre
Al Presidente Chávez, al Gobierno venezolano y a los gobernadores estatales:
10. Desvincular los actuales programas de bienestar social de la campaña, lo cual incluye evitar cualquier lanzamiento de éstos por parte de candidatos o representantes del Gobierno; Suspender las transmisiones en cadena en los medios y dejar de inaugurar públicamente obras durante la campaña.
Para las autoridades electorales:
11. Cumplir con las normas de la ley electoral sobre el control del uso de recursos estatales para las campañas, incluyendo la aplicación de sanciones para aquellos que infrinjan la ley.
12. Invitar con celeridad a observadores internacionales, idealmente de organizaciones como la Unión Europea, la Organización de los Estados Americanos y el Centro Carter, para observar todos los aspectos de la elección de octubre, incluida la campaña y la resolución de cualquier disputa. Extender asimismo una invitación a la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE) a través de su secretaría técnica, el Centro de Asesoría y Promoción Electoral del Instituto Interamericano para los Derechos Humanos (CAPEL).
13. Acreditar rápidamente a los testigos de la oposición, facilitar su acceso a todas las partes del proceso electoral, así como suprimir las restricciones relativas a la cantidad de observadores por organización de la sociedad civil.
14. Difundir las reglas que regulan el plan de seguridad electoral (Plan República) y desarrollar un código de conducta a ser firmado por todos aquellos involucrados en él, con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
Para las Fuerzas Armadas:
15. Garantizar que todos sus miembros encargados de proporcionar seguridad a las mesas electorales estén correctamente capacitados, comprendan el código de conducta y su mandato; y protejan a todos los votantes por igual durante la elección.
/ Por Luis Eduardo Celis