Foto: tomada de informecifras.com
México elige al Presidente de la Republica, para el sexenio 2012-2018, en una campaña ajustada. La responsabilidad recaerá en Enrique Peña Nieto candidato del histórico PRI o en Andrés Manuel López Obrador, de una convergencia de izquierdas y social, agrupada en el Movimiento de Renovación Nacional MORENA, la candidata del PAN, partido que rompió la hegemonía del PRI. Josefina Vásquez Mota, se rezagó en la contienda y hubo un espontáneo Gabriel Quadri, que se presentó con el argumento de que “mi objetivo fue enriquecer con ideas el debate electoral”. La voluntad ciudadana y los juegos de poder, han decidido que entre Peña Nieto y López Obrador esté el próximo Presidente de México.
México vive su mas grave crisis contemporánea, se libra una dura batalla contra las mafias, que al igual que en Colombia han penetrado en la política, el estado, la economía, cuentan con apoyo social y han desatado una violencia enorme. Cifras oficiales reportan 30 mil homicidios en este sexenio del Presidente Felipe Calderón, pero otras voces como las del poeta Javier Sicilia, cuyo hijo de 24 años fue asesinado en Cuernavaca, afirma que la violencia creada en torno a las drogas dejó un saldo de alrededor de 60.000 víctimas fatales, 10.000 desaparecidos y más de 160.000 mexicanos desplazados de sus hogares.
En medio de una violencia criminal sin precedentes, México decide si el PRI vuelve al poder con Peña Nieto o si le da una oportunidad de gobierno a la izquierda con López Obrador.
López Obrador y Peña Nieto, deberán asumir este como el mayor reto de México, ambos han trasegado en la vida política, desde orillas ideológicas muy diferentes, y en sus vidas están reflejados dos Méxicos muy diferentes, en tanto que López Obrador viene de cuna humilde, del México rural. Nacido en el estado de Tabasco, en un pequeño poblado de no mas de seiscientas personas rodeado de agua y con una niñez modesta. Peña Nieto nació en el Estado de México y en sus ancestros hay gobernadores e importantes políticos, tanto por parte de madre, como de padre. En las raíces de López Obrador, en cambio, está un abuelo materno que huye de la guerra civil española. Son dos mexicanos que expresan en sus vidas el México de la tradición y el poder y el México de la exclusión y la revolución que no fue, de los ya lejanos Emiliano Zapata y Pancho Villa.
Siendo de edades diferentes, López Obrador nacido en el 53 y Peña Nieto en el 66, están desde jóvenes en la actividad política. López Obrador se inició en el PRI, en su natal Tabasco y llego a ser presidente del comité estatal en 1983, cuando Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del legendario Lázaro Cárdenas, promovió una separación del PRI en 1988, y junto a otras organizaciones de Izquierda, conformaron el PRD, que es la fuerza mas organizada y de presencia nacional del Movimiento de Renovación Nacional, que puede llevarlo a la presidencia. Peña Nieto, igualmente se vinculo al PRI desde los 18 años y ha recorrido de manera constante en la vida del partido, desde los cargos mas básicos hasta llegar a la importante responsabilidad de candidato presidencial.
Tanto López Obrador como Peña Nieto han tenido responsabilidades de gobierno: el primero fue jefe del Gobierno de DF, o sea el alcalde de la ciudad de México entre el 2001 y el 2005, y renunció sin terminar el mandato para postularse como candidato presidencial a las elecciones de 2006. Peña Nieto fue gobernador del estado de México entre 2005 y 2011 cargo que lo catapultó a las presidenciales. Ambos son políticos de largas trayectorias y búsquedas encontradas uno representa la tradición del poder, Peña Nieto, en tanto que López Obrador significa la emergencia de los temas pendientes, para realizar como él lo ha propuesto “Hacer de México un real estado social y de derecho con vigencia y realización de los derechos de ciudadanía”.
En los cierres de campaña son muy dicientes las formulaciones. Peña Nieto cerró con una critica abierta a López Obrador quien siempre considero al actual presidente Felipe Calderón como espurio y producto de un fraude, en unas elecciones del 2006 en que las autoridades electorales le dieron una ventaja de 0.5%, por lo cual formuló la critica en términos de “»Me propongo ser un presidente de México que gobierne con respeto irrestricto a los principios de nuestra democracia, que respete nuestras instituciones». En tanto que López Obrador ante una multitudinaria concentración en el Zócalo la Plaza Principal de la ciudad de México, expresó con contundencia su formulación de rupturas o continuidades, en términos de: “¡El domingo sólo hay dos opciones: o más de lo mismo, más corrupción, más pobreza y más violencia o el cambio verdadero! ¡Haremos de la honestidad un estilo de vida y una forma de Gobierno!”, son los dos méxicos enfrentados, en la contienda democrática.