Foto: Juan Ricardo Ortega, director de la DIAN | Giovanni Moreno C.
En diálogo con León Valencia, Juan Ricardo Ortega, director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), explica los alcances de la reforma y asegura que está pensada no en aumentar impuestos, sino en reorganizarlos de una manera más equitativa.
León Valencia (LV): ¿En dónde quedó la promesa de campaña del presidente Juan Manuel Santos de no presentar una reforma tributaria, ni grabar a los colombianos con más impuestos?
Juan Ricardo Ortega (JRO): La promesa se cumplió, aquí no se están creando más impuestos, sino garantizando que los que se cobran se administren de manera eficaz y más organizada para que no haya lugar ni a la evasión, ni a la elusión.
LV: Llama la atención que en el proyecto se hable de la intención de incentivar la generación de empleo con exenciones tributarias, cuando eso es algo que en el pasado se ha hecho y no ha producido mayores resultados.
JRO: Aquí hay una confusión muy grande en el lenguaje. No se sabe qué es un rico, qué es una empresa. Las empresas son el pilar para generar oportunidades de empleo y un rico es la persona que tiene que ver con el gobierno de esa empresa y se beneficia del dinero de esa empresa para consumos y lujos excéntricos.
LV: Bajo esta premisa ¿qué busca la reforma tributaria que se presenta a consideración del Congreso de la República?
JRO: La reforma lo que busca es que las expresiones materiales de la empresa, el gasto no productivo como tres o cuatro casas adicionales, vehículos de doscientos mil dólares, se desincentiven a cambio de oportunidades laborales para la gente. Colombia tiene un desempleo cercano al 10% y eso no aguanta más. Que crezcan las empresas es bueno, pero debe haber generación de empleo equivalente a este crecimiento.
LV: Con esa misma idea se redujeron las horas extras en el gobierno de Álvaro Uribe, y los resultados no fueron mayores.
JRO: El cambio fue bueno para la acumulación de inversiones y bienes capitales, pero es cierto, no hubo mayor generación de empleo. Cuando se escribió la ley se pensó en la necesidad de que alguien le apostara a Colombia invirtiendo en maquinaria, lo que se tradujo en que el desempleo que estaba en el 20% a finales de los noventa, al terminar el periodo de Uribe cayó a 10% , pero lo que se dio fue la inversión en bienes amortizables producto del decreto de 2004, que beneficiaba a los pozos de petróleo y las concesiones viales. Aquí lo que se está diciendo es “solo hay beneficios para quienes contraten personal”, porque solo así no tendrán que pagar parafiscales, pero no con mano de obra calificada, sino todo lo contrario, la que no está calificada.
LV: ¿Quiero decir que esto es para los casos de quienes devenguen un salario mínimo?
JRO: No queremos que quede el mensaje de que no queremos que las personas que ganen un salario mínimo no puedan prosperar, por eso se tomó un rango bastante amplio, que son las personas que devenguen menos de diez salarios mínimos. Los salarios altos no tienen ningún beneficio.
LV: Con esta redistribución del cobro de impuesto, ¿esperan recaudar mucho más de lo que hasta el momento se ha logrado?
JRO: Con cada reforma uno espera elevar la meta; sin embargo, ésta no aumenta el cobro de impuesto, hay casos en que baja y en otros sube, pero de una manera más justa.
LV: Comienzan a surgir críticas al proyecto por la propuesta de cobrar el impuesto a la renta a partir de ingresos de los 2 millones trescientos mil.
JRO: Sería bueno que esas personas que hoy critican esta propuesta, preguntaran a su empleador por la cifra que reporta en su contabilidad como el supuesto salario que devenga, y se darán cuenta de que fue más de lo que recibió. Empleados que reciben un salario mínimo pagan ese impuesto, sin enterarse. Nosotros no estamos grabando a la clase media, pero si queremos que sean consientes de lo que ha venido tributando desde 1986, que con seguridad no se dan ni por enterados. Los colombianos saben lo que pagan en la declaración de renta, pero no tienen la más mínima idea de lo que les descontaron por retención en la fuente.
LV: Para eso habría que incentivar una cultura y una pedagogía en materia tributaria
JRO: De acuerdo, porque así de paso la reforma no se prestaría a confusiones. Lo que buscamos con este proyecto no es grabar con impuesto a esta población, porque esto se hace a partir de los ocho millones, pero ese grupo de personas que están con una tabla salarial por debajo de los ocho millones deben pedirle a su empleador les certifique el monto total de lo que le pagó y que destino le dio, porque hemos encontrado que muchas veces en las contabilidades se introducen ingresos más altos en las contabilidades para bajar la base tributaria y que la retención no se reportan en la DIAN y a la persona se le suministra información con retenciones menores que lo que en verdad retuvieron.
LV: ¿Quiere decir que con esta reforma se le va a cobrar menos impuestos a los asalariados de lo que se le venía cobrando?
JRO: Primero, habría que definir lo que en realidad es la clase media. Desde mi punto de vista, la clase media arranca de los hogares que tienen ingresos que van desde los dos millones trescientos mil pesos, por debajo de este rango son clase media baja y pobre. Esta clase media comienza a tocar fronteras cuando se acerca a los 8 millones de pesos en un hogar, porque cuando se llega a ingresos de este monto ya se toca el 1% de personas ricas en Colombia. Decir que este 1% de personas en Colombia no pueden pagar impuestos porque son de clase media, es negar que existe capacidad de tributar y es ahí donde empezamos a apretar las clavijas.
LV: Precisamente por esto que acaba decir existe preocupación en el gremio sindical, donde aseguran que la reforma tributaria beneficia al empresario en detrimento del asalariado.
JRO: Generar alarmas es una buena estrategia para ganar réditos. En Colombia tenemos alrededor de 20 millones de personas ocupadas, de las cuales 10 millones están en la informalidad, muchas de ellas ganándose menos de un salario mínimo. Este grupo no se va a tocar, lo que si no va a ocurrir con las otras 10, de las cuales algunos son jefes que tienen propiedades y más de una sociedad y que reportan sueldos bajitos. A esos si los vamos a apretar en materia tributaria.
LV: Veo que también le apuntan a la propiedad agraria.
JRO: Por supuesto. Vamos a tratar de generar un orden en la manera cómo se paga impuesto cuando se tiene propiedad agraria. Las personas naturales son propietarias de fincas y estas están a su nombre, pero cuando tributan, no lo hacen detallando el número de vacas, ni los litros de leche que proporcionan, por esto creamos un sistema de declaración por actividad donde no se mezcle los gastos de la finca con otro tipo de actividad que nada tiene que ver. En cuanto a los avalúos rurales vamos a actualizarlo, pero ese es un trabajo más complejo que requiere de mayor tiempo.
LV: ¿Está dispuesto a enfrentar el debate que se avecina?
JRO: A todos nos preocupa cuando se avecina un cambio, yo espero que cuando conozcan el proyecto y se den cuenta de la seguridad que se le brinda al ICBF y al Sena vuelvan a la calma y desaparezcan esos falsos mensajes. Nadie ha pensado en quitar los parafiscales, pero si en reestructurarlos porque estos no crecen porque no ha crecido la economía formal. El futuro de este país está en la tributación de la renta y una cuarta parte de esa renta es la que va a garantizar la educación y el cuidado de la infancia en nuestro país.
LV: Sin embargo las bancadas en Senado y Cámara parecen no estar convencidas de esas bondades en la reforma tributaria que usted menciona.
JRO: No sé por qué en Colombia existe la costumbre de pensar que uno tiene una mala intención con el trabajo que se hace desde la DIAN y el Ministerio de Hacienda. Si uno se ha dado la pela por aumentar el 35% del recaudo de impuesto, que es una medida impopular, qué se va a poner a quitarles la asistencia del bienestar a la niñez y la educación técnica que brinda el Sena a los jóvenes. Esa incapacidad del pueblo colombiano para pensar en la buena fe de los servidores públicos que como yo, llevan más de 12 años trabajando por el progreso del país, se debe superar. El único interés de la reforma es darle garantías a las personas más débiles y empleo a los que lo necesiten.