Foto: archivo CNAI.
/ Por Sylviane Bourgeteau*. Los recientes decomisos de armas de fabricación china en Colombia y el hecho de que la mayor parte de las armas decomisadas últimamente provienen de este país plantea la cuestión de las relaciones entre quién vende, quién transporta, quién compra y con qué paga. Y mas allá, es pertinente preguntarse: ¿qué tipo de control ejercen las autoridades sobre el flujo marítimo de productos chinos hacia Colombia, las actividades de multinacionales chinas y de ciertos miembros de esta diáspora? Donde se descubren tráficos ilegales con productos chinos -incluyendo el de personas- las mafias de ese país, conocidas como Triadas, no están muy lejos.
En un reciente articulo titulado “Decomiso de armamento: de China con furor” y publicado en la revista Semana, leí que la suerte de 9.000 de las 12.000 armas chinas que entraron hace cuatro años en Colombia “sigue siendo un misterio para las autoridades” y que “no han logrado establecer cómo semejante arsenal salió de una empresa estatal china (Norinco, la Indumil china) y termino en Colombia”.
Dos afirmaciones bastante preocupantes cuando se sabe que en mayo del 2012, el presidente Juan Manuel Santos dijo durante una conferencia en Pekín que su país desea reforzar el entendimiento mutuo con China y atraer más inversiones de este país asiático. O sea, reforzar la política de comercio exterior Asia-Pacifico. Nada más normal que un país quiera extender y multiplicar sus intercambios. Pero siempre es bueno conocer todas las facetas, las dimensiones, así como los problemas colaterales que pueden conllevar nuevos acuerdos comerciales. Y sobre esto último pareciera que Colombia juega de ingenua cuando pululan hechos e informaciones internacionales sobre precedentes en otros países.
Que se lo diga España que, en desarrollo de la operación Emperador, acaba de arrestar a 87 personas y desmantelar una Triada cuyo jefe, Gao Ping, un empresario exitoso y respetable, había tejido una impresionante red de blanqueo de capitales que sacaba anualmente del país ibérico hasta 300 millones de euros.
Donde se descubren negocios ilegales con mercancía venida del país oriental siempre están presentes las Triadas, esas mafias milenarias que tienen gran poder de control dentro y fuera de esa nación. Colombia no es ajena a su influencia.
Recientemente responsables de los servicios de inteligencia norteamericanos afirmaron al Whashington Post que Panamá se ha vuelto una de las principales bases de China en América latina. Y que las Triadas chinas, aliadas a los carteles colombianos, desarrollaron ahí sus redes de tráfico de droga, armas y emigración clandestina.
Ya en el 2007, el entonces director de la Policía Nacional colombiana, General Oscar Naranjo, lo había advertido: “la llegada de las mafias china y rusa a México y todos los países de América es más que una hipótesis”.
En lo que a las mafias rusas se refiere, no es ninguna hipótesis dado que en una entrevista que le había hecho en 1999 para un semanario francés, cuando Naranjo era Teniente Coronel y ocupaba el cargo de Director de la Cipol (Central de Inteligencia de la Policía), me había afirmado lo siguiente: “tenemos cuatro indicios de la penetración de la mafia rusa en Colombia. Desde 1997, hemos realizado cerca de 12 decomisos de cargamentos de armas: Kalashnikovs rusas -de fabricación reciente- destinadas a la guerrilla y al movimiento paramilitar. La mayoría de estos cargamentos debían ser intercambiados por cocaína cuyo destino final era la unión europea”. (sic)
En México, por ejemplo, según R. Evan Ellis, analista en temas económicos y estratégicos de América Latina y hemisféricos de Defensa, “existen reportes que sugieren que la entrada de dichas armas (chinas) se lleva a cabo en puertos como Manzanillo (costa pacifica mexicana) coincidentemente controlado por la compañía de logística basada en Hong Kong, Hutchison Whampoa, y son traficados hacia el país en contenedores de mercancía china”.
Y otra coincidencia: existen varias líneas navieras directas o con transito en Balboa (Panamá) entre Manzanillo y Buenaventura (Colombia), puerto donde la mayoría de las líneas navieras que llegan ahí salieron de China (Xingang, Kaohsiung Keelung, etc). Más aún, es otra empresa china, la Shanghai Zhenhua Heavy Industry, que construyo la nueva terminal del puerto de Buenaventura.
Penetración de las Triadas, alianza con los carteles, trafico de drogas y emigrantes clandestinos, canje de armas contra cocaína: nada de todo esto es nuevo, nada de todo esto es un misterio.
Ciertamente, faltan muchas piezas al rompecabezas (le incumbe a las autoridades encontrarlas) pero les contaré más sobre la potencia marítima que es China, su apetito desmesurado de materias primas, su política o falta de política en materia de control de armas y en el seno del TCA -Tratado sobre Comercio de Armas-, y sobre los modus operandi de penetración en el exterior de sus milenarias Triadas en una segunda entrega.
* Sylviane Bourgeteau es periodista francesa
Ver segunda entrega ‘Desde China con amor’