“Hablar de reforma agraria en Colombia no tiene sentido, pues el Congreso no lo va a permitir”: Cecilia López

Foto. Cecilia López | tomada de revista Cambio. 

/ Por Luis Eduardo Celis*. Cecilia López es la mujer que mayores responsabilidades ha tenido en la tecnocracia económica de gobierno. Economista de la Universidad de los Andes y con una  especialización en demografía de la misma universidad. Durante el gobierno de Ernesto Samper fue ministra de Medio Ambiente (1994-1996), ministra de Agricultura (1996-1997) y directora de Planeación Nacional (1997-1998). En 2005 se presentó como precandidata liberal pero, por solicitud del director del Partido, se retiró para ser la cabeza de la lista al Senado en las elecciones de2006, resultando elegida para el cargo y realizando un brillante desempeño en el Congreso de la Republica.

Habla con vehemencia y la propiedad de una persona que conoce el sector rural y donde ha tenido una opción por las mujeres del campo, lo cual demostró con iniciativas concretas cuando se desempeño como ministra de Agricultura.

Cuando se le pregunta por el diagnóstico del sector, responde con contundencia: “El sector agrario colombiano está estancado por la falta de atención en el sector campesino. El ancla del desarrollo colombiano se encuentra en la brecha que se abrió entre el desarrollo económico y el desarrollo del sector agropecuario a partir de la apertura económica”. Sobre el tema tiene autoridad de sobra, cuando el presidente Cesar Gaviria, promovió su política de apertura económica, que a dos décadas deja un balance desalentador para el campo colombiano, Cecilia López renuncio a ser parte de su gobierno en el que se desempeñaba como directora del Instituto de Seguros Sociales.

Sobre la política rural del actual gobierno considera que “es necesario contestar a la pregunta acerca de las intenciones que tiene el gobierno con el campesinado y los desplazados; ya que si  lo que trata de hacer el gobierno es  una política rural acorde con las necesidades del país, están haciéndolo de manera equivocada, pues si esa es su intención deben:

1) Garantizarles seguridad (en consecuencia, es necesario que la seguridad democrática continúe);

2) Política de producción de alimentos (hasta ahora inexistente)

3) Institucionalidad para desarrollo rural (hasta ahora inexistente)

4) Investigación para la producción alimenticia (hasta ahora inexistente).

Al indagarle por la iniciativa de revertir el despojo de tierras, de los últimos treinta años, afirma: “Se podría pensar que la intención del gobierno con la Ley de Tierras se limitaría a devolver el dinero a las personas que fueron víctimas de desplazamiento, es decir, compensar el daño financiero. Esto sobre la base de que las personas que vinieron del campo no tienen la intención de regresar, pero la pregunta es: se quedan en el sector urbano  haciendo qué?  Pues lo que busca la política de restauración de tierras es apoyar, de algún modo, el modelo de agricultura capitalista que tenía Uribe. La cuál se basaba en dejar que las tierras estuvieran solo en manos de los industriales”. 

Sobre el delicado tema del modelo de desarrollo, del cual ella ha sido critica, tanto que durante la segunda administración del presidente Álvaro Uribe lo calificó como un modelo “Pro-ricos”, y frente al pronunciamiento de Iván Márquez, jefe negociador de la FARC, en Oslo, del modelo de desarrollo no tiene reparos en afirmar que “coincido con muchas de ellas, por supuesto no con sus métodos de violencia.

Al preguntarle por el tema del modelo desarrollo, así lo explica y califica: “El modelo de crecimiento económico en Colombia está enfocado en la minería y no se han invertido recursos en los tres millones de desplazados que existen en Colombia. El ministro se excusa en que los desplazados no quieren regresar a sus tierras, pero es lógico que no quieran pues los que regresan son asesinados. En tal sentido, las únicas tierras donde hay producción son  las de los grandes industriales que tienen algún tipo de acuerdo  con los grupos al margen de la ley. Luego a las personas afectadas solo recibirán una restitución financiera que no solucionará el problema porque ellos gastarán el dinero y pronto quedarán en las mismas circunstancias”.

Cecilia López, una de las personas que más conoce sobre las políticas rurales, afirma que las únicas tierras donde hoy hay producción son  las de los grandes industriales que tienen algún tipo de acuerdo  con los grupos al margen de la ley.

En cuanto al tema rural, afirma: “Existen diez millones de campesinos, de las cincuenta y dos millones de hectáreas, hay treinta y cuatro en ganadería latifundista, seis en ganadería menos latifundista, es decir, cuarenta millones de hectáreas en manos de ganaderos. La agricultura comercial tiene un millón punto seis millones de hectáreas, lo cual es muy poco y la campesina tiene dos punto seis millones de hectáreas donde están ubicados diez millones de personas, de los cuales dos tercios de la población es pobre. Entonces la pregunta que se genera es: ¿qué vamos a hacer con esas personas? ¿Se van a traer a la ciudad? Pero a qué si el único motor generador de desarrollo es la minería porque los demás sectores están estancados. En consecuencia, es necesario comenzar un proceso de cambio de los puntos de interés en el desarrollo rural, pues el problema no es en el fondo un problema agrícola, sino un problema de territorio”.

Cuando compara el sector rural colombiano con la región, tema en el que es ampliamente conocedora por sus responsabilidades como consultora del Banco Mundial,  la FAO  y la CEPAL, entre otras muchas instituciones, afirma: “En Brasil el sector rural es el que ha jalado la economía porque la organización campesina desempeño un papel importante en la planeación del desarrollo rural. Los recursos naturales de Colombia se están desaprovechando, debido a que todos los intereses están puestos en la minería y no en los recursos hídricos y de tierras fértiles con las que cuenta el país por esto otros países: Perú, Argentina, Chile y el más reciente Ecuador están avanzando de una forma más rápida de lo que lo está haciendo Colombia”.

Al preguntársele por los obstáculos, dice: “Colombia no tiene una tierra bien distribuida porque tienen a una gran cantidad de personas en un espacio reducido. Por otro lado, no se le ha dado el lugar que se le debiera dar a la ganadería y esta podría ser el primer peldaño para que el país avance; ya que los países que están avanzando no tienen como avanzar en la producción de alimentos”.

Sobre la siempre postergada tesis de que Colombia requiere una reforma agraria, es pesimista, siendo este el tema central para avanzar en un país que logre cerrar el conflicto armado y donde han habido tantas y poderosas resistencias desde siempre, en los poderes establecidos en el campo Colombiano, Cecilia López es contundente: “Hablar de una reforma agraria en Colombia no tiene sentido, pues el Congreso no lo va a permitir. Sin embargo, está el impuesto a la tierra mediante el cual se puede ejercer ciertos mecanismos que son políticamente menos expuestos a corrupción. Entonces, es de vital importancia para Colombia concientizarse de que el modelo de desarrollo que debe seguir es diferente al de países como EEUU, Europa y Asia”.

Sobre el Presidente Juan Manuel Santos y sus apuestas es clara: “Juan Manuel Santos ha modificado su manera de actuar, quizá debido a que se dio cuenta que no debía seguir el mismo camino de su antecesor”.

*Periodista del portal ArcoIris.com.co