/ Por Remco Bouma.* “Estamos cansados de que digan que el Codito es lo peor, que en el Codito no se ve sino violencia,” dice Marcela Castillo, lider comunal del barrio Buenavista, segundo sector, en El Codito. “La gente acá es gente humilde y pacífica. El Codito tiene historias muy bonitas.”
En las últimas semanas, el nombre del Codito se relacionó frecuentemente a violencia, microtráfico, microextorsión y bandas criminales, en particular por el asesinato de cinco integrantes de la banda Los Pascuales, el 6 de enero, que disputaban el control del microtráfico en la zona.
“Esos muertos fueron en la 161,”dice Castillo. “Y nosotros vivimos en la 192, imagínate. Pero siempre dicen que es El Codito. La 161 no es El Codito, es San Cristobal, Villa Nidia. Es muy aparte. Pero a los medios de comunicación les falta aprender. Mirar bien. Estudiar el caso – ¿será que es verdad lo que decimos? Lo que les importa es la noticia.”
Castillo se refiere en particular a Caracol y RCN, que se siguen mencionando El Codito como lugar donde ocurrieron los hechos, aunque la comunidad ya les ha advertido que el uso del nombre es inadecuado. “Dijeron que iban a cambiar la noticia. Pero mentiras. Siguen hablando de El Codito, también en las noticias recientes.”
El asesinato de cinco integrantes de la banda Los Pascuales en el sector, volvió a sus habitantes amenaza y peligro. Con una marcha pacífica y un festival de música, los 17 barrios del Codito, en el norte de Bogotá, quisieron mostrar que son gente de paz.
Según Castillo, los habitantes del Codito sufren estigmatizaciones por la repetitiva imagen del sector en los medios de comunicación. “Los taxistas ya no nos suben porque dicen que los matan allá seguro. Otra gente han ido a un trabajo y cuando colocan que viven en El Codito, los rechazan el trabajo.” Según Castillo, esas prácticas ya existían, pero se aumentaron notablemente tras las noticias negativas sobre el sector.
Para declarar la paz en los barrios, los habitantes montaron un festival en la Carrera Septima con la calle 181, en el pie del cerro. Todo la tarde del domingo pasado, músicos jóvenes del Codito performaron en la calle, con la ayuda logística de varios habitantes y Bogotá Humana. Se escuchaba una variedad de estilos musicales, entre ellos punk, hardrock y más que nada mucho hip-hop.
A esto, se juntaba a las cuatro de la tarde una marcha de unos cien personas que había recorrido todo El Codito, en la cual participaban integrantes de frentes comunales, la parroquía local y varias organizaciones locales, todos residentes del Codito. Los habitantes prepararon una ola común en la calle. “Acá la gente es muy unida,” comentaron varios vecinos.
Lo más importante para los barrios, según Castillo, es que la Alcaldía y la Presidencia cumplan las promesas que hicieron posterior a los asesinatos en una reunión con los líderes comunales. En ella, prometieron invertir en actividades por los niños: deporte, educación y talleres. “Lo único que hemos visto es más policía, dice Castillo.“Estamos agradecidos por ellos, pero que los niños tengan herramientas para aprender.Si no las hay, ¿qué hacen los muchachos? ¿Cómo van a ser? Que también piensen en eso, y no que vayan a solucionar todo con más Policía.”
La comunidad seguirá marchando, cantando, bailando para demostrar que El Codito está más cerca de la vida y de la paz que de la muerte y la violencia.