El grito de independencia y autonomía de Sergio Fajardo frente al Partido Verde y su dirección constituye un duro revés para este partido y añade nuevos factores de perturbación a la crisis interna, a sus cálculos y pretensiones políticas. Tras la entrevista a Yamid Amad los ha dejado en la manigua. http://goo.gl/LeKi8
Con precisión de matemático ha dicho: “Hace dos años no cruzo una palabra con quienes dirigen el Partido Verde…”Hoy, el gran problema del partido es que suscitamos una gran movilización pero no la convertimos en un proyecto político juicioso que diera respuesta a quienes tenían esperanza en nosotros. Ese es el gran fracaso del partido hasta el día de hoy. ¿Conoce alguna propuesta del Partido Verde para el medio ambiente en Colombia? No. ¿Conoce propuestas del Partido Verde para la educación o para la lucha contra la corrupción? … Me salí apenas vi todo lo que le digo sobre falta de políticas. http://goo.gl/LeKi8
Al movimiento Pido la Palabra los ha dejado entre mudos y desconcertados, al afirmar: “Ni es mi movimiento político ni organicé ese grupo. Son personas con su propio criterio. No tengo ninguna relación política con ellos ni estoy organizando grupos, ni me interesa hacerlo. Entiendo que están buscando ubicarse dentro de este enredo político en que está el país, pero nada que ver conmigo.
La entrevista es también una respuesta clara y contundente, algo descortés, a quienes de manera generosa y un tanto ilusa lo propusieron como “jefe natural” de los verdes, alrededor de la cual podría construirse una candidatura alternativa, de corte centro izquierda, a la polarización Santos-Uribe. http://goo.gl/3ntez
Su distanciamiento de los Verdes y sus posturas críticas frene al gobierno de Santos y las negociaciones de la Habana, le aseguran a Fajardo una rentable independencia y autonomía. Una manera pragmática de negociar al detal y en beneficio propio un futuro apoyo a la reelección de Santos o a una candidatura de recambio de las toldas del ex presidente Uribe
Los Verdes viven hoy una profunda e inocultable crisis de dirección y liderazgo. Cada uno de los máximos dirigentes está en lo suyo, al margen del partido. Cada tendencia, cada parlamentario cuida sus feudos y sus voticos. Sus avances en materia de representación política en más de 400 municipios, las alcaldías y gobernaciones bajo su responsabilidad, sus logros parlamentarios quedan hoy a la deriva, sin liderazgos fuertes, sin quien asuma las responsabilidades y señale el camino.
Los cuatro grandes impulsores de la ola verde que juntos enfrentaron la candidatura de Santos, a la que en su momento calificaron como Uribe III, hoy están marginados de las direcciona del Partido. La “larga marcha” la inició Mockus en medio de diatribas y acusaciones mutuas, como consecuencia de su desaprobación a la alianza política con Uribe Vélez en torno a la candidatura de Peñaloza a la alcaldía de Bogotá, sin duda el mas duro revés del partido en su corta y agitada existencia.
Lucho Garzón, uno de los grandes animadores y gran pregonero del partido, decidió también dejar la dirección e interrumpir su “carrera” política para aventurar fortuna como alto funcionario público en el recién creado cargo de Ministro Consejero para la Movilización y el Diálogo Social, cargo en el cual se siente cómodo. Según sus propias palabras “Mi cargo es como el de un ministro extraterrenal. Un ministro que estará en todas partes, el más cercano al jefe supremo, que es el presidente Santos.” Pocos pueden ostentar un poder tan especial. Irrenunciable. http://goo.gl/JiLDb
Los cuatro grandes impulsores de la Ola Verde que enfrentaron la candidatura de Santos, a la que en su momento calificaron como Uribe III, hoy están marginados de la dirección del Partido.
Enrique Peñaloza encontró en sus múltiples ocupaciones como asesor y conferencista internacional la mejor excusa para colocarse libre de toda responsabilidad y de toda inhabilidad para barajar sus opciones políticas futuras, que van desde un eventual candidatura del Puro Centro Democrático o un nuevo intento de luchar por la esquiva segunda alcaldía de Bogotá.
Sergio Fajardo, considerado por muchos la gran esperanza de liderazgo de los Verdes para enrumbarlo hacia sus origines, y sin duda el más grande elector, ha dejado clara su decisión de marginarse y consolidar su independencia. Lo suyo, por ahora, es construir su capital político desde la gobernación de Antioquia, su mirada no está puesta en el 2014, sus tiempos son de más largo plazo. Consciente de que es posible construir un fuerte liderazgo regional que lo proyecte nacionalmente como una alternativa para gobernar el país, es claro en su empeño de ahora: “Lo único que quiero en este momento es que al 31 de diciembre del 2015 todos reconozcan lo extraordinario que hicimos en la gobernación, en el sentido de que logramos educar para transformar mi departamento. Esa es mi responsabilidad hoy.” http://goo.gl/LeKi8
A los jóvenes y a la tendencia Reverdecer, que tenían cifradas esperanzas de convertir a Fajardo en el “jefe natural del partido”, por ahora les toca seguir la enseñanza maoísta: “desechar las ilusiones, prepararse para la lucha”.
La postura crítica de Sergio Fajardo frente al gobierno de Santos y en particular frente al proceso de paz en La Habana añade un nuevo elemento a las contradicciones políticas internas de los Verdes. “No soy ni uribista ni antiuribista, ni santista ni antisantista. El Presidente tiene la responsabilidad de liderar ese proceso de paz, y eso no significa estar cerca ni lejos de Uribe. Las sucesivas críticas del ex presidente Uribe hacen parte, sin duda, de esa confusión en que está el país.
La perdida de independencia frente al gobierno de Santos, tras su ingreso a la Unidad Nacional, es una de las criticas que con mayor vehemencia expresan los jóvenes del partido, convertidos hoy en día en los grandes renovadores de lo que otrora fue considerada la amenaza verde, al igual que quienes se han constituido en la tendencia “Reverdecer”. Del estribillo critico que en su momento pregonó Lucho Garzón “que la locomotora sea la minería, el vagón la agricultura y el medio ambiente el socavón”, como en el bolero, “hoy no queda nada”. http://goo.gl/z6uBW
Para el Verde de la Unidad Nacional las preocupaciones son otras: convencer a Santos de que reduzca el umbral electoral del 3 al 2% y evitar el desastre de no alcanzarlo. Convencer a la mayoría del partido de la conveniencia de apoyar la reelección de Santos y desechar las ilusiones y riesgos de una tercería de centro izquierda.
Mientras la dirigencia histórica de los Verdes se coloca al margen del partido a la espera de mejores y más claras oportunidades, la esperanza de renovación de este partido está en manos de los jóvenes, en su inconformidad, en su rebeldía contra la nomenclatura que los dirige, en su ilusión de volver a la época dorada de la “ola verde”. Falta ver si sus mayores, tanto los que dirigen hoy el partido como los que están “marginados”, los siguen considerando “inmaduros” e “ilusos” o aceptan que de la mano de los jóvenes es posible salir de la manigua y reverdecer.
* Asesor Editorial