La quiebra de cinco nuevos yuppies

Imagen: Aquí funcionó Acción Factoring, hoy en bancarrota | cortesía elpais.com.co

En el año 2003 los jóvenes Federico Andrés Rojas, Marco Cardona, Franklin Gaitán, Luis Villa y José Vega crearon una firma de intermediación financiera llamada Acción Intermedia S.A.. Los nuevos emprendedores convocaron en un voz a voz a conocidos y referenciados para que pusieran considerables sumas de dinero en su mesa de negocios. La supuesta dinámica de trabajo que prometieron a sus clientes consistía en “realizar operaciones de venta, descuento o colocación de títulos, por cuenta propia, sin mandato o representación y sugerir alternativas de inversión en donde no tenían responsabilidad en las operaciones y el cliente tomaba la decisión final”.

Los nuevos yuppies caleños pusieron un capital base para arrancar de 150 millones de pesos. Así empezaron a captar grandes cantidades de dinero, entregando periódicamente cierto rendimiento a sus clientes. En efecto y para mostrar tenían un proyecto de vivienda de interés social en la ciudad de en Palmira, en el cual habían invertido $1258 millones.

Sin embargo, en julio de 2009, la Superintendencia Financiera, decidió intervenir la firma, para aclarar en qué y cómo se invertía el dinero que entregaba jugosas rentabilidades a sus clientes. En la acción encontraron irregularidades como por ejemplo que la sociedad tenía obligaciones con más de 20 personas que superaban el 50 % de su patrimonio líquido.

Esta vez fue en Cali donde un grupo de jóvenes creó una firma de intermediación financiera que terminó arrasando con los ahorros de decenas de caleños. Esta es la historia.

La firma fue intervenida, pero  misteriosamente salió del meollo ocho meses después. Algunos de sus clientes reclamaban sus dineros con afán, pues algo olía mal. Los propietarios aprovecharon la coyuntura y cambiaron su razón social; de Acción Intermedia S.A. pasaron a llamarse Acción Factoring SAS, con lo cual continuaron captando dinero de nuevos clientes. Pero la caja fuerte se vació y el 18 de mayo del 2012 sus socios se declararon en bancarrota.

Tras un año de investigaciones los yuppies caleños no han reconocido las deudas con sus centenares de clientes. Uno de ellos, incluso, hizo cambios en su cédula, se quito el segundo nombre y ahora se llama Federico Rojas, este mismo cedió su puesto como socio a Darío Domínguez, de quién se dice es el mayordomo de una de sus fincas. Así mismo, la sede principal donde funcionaba la firma, en el barrio San Fernando, pasó a ser escriturada a nombre de Nelly Rojas, hermana de Federico.

Aunque los investigadores no han establecido la cuantía real captada por los supuestos  yuppies caleños, se sabe que solo a un cliente le deben 4000 mil millones de pesos: falta verificar cuánto más deben al centenar de incautos que pusieron sus ahorros en esta mesa sin fondos.